Informe Mundial sobre Desastres 2013: «Tecnologías y futuro de la acción humanitaria»
En la 21ª edición del Informe Mundial sobre Desastres, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja analiza la rápida difusión e incidencia de las nuevas tecnologías, especialmente de las tecnologías de la información, en la acción humanitaria.
Como sostiene Bekele Geleta, Secretario General de la Federación Internacional, se adopta una perspectiva equilibrada entre el optimismo y la cautela, aprovechando las nuevas posibilidades que brindan estos instrumentos pero también teniendo en cuenta los riesgos que implican. En este sentido, destaca la necesidad de aplicar en torno a estas implementaciones principios rectores, pruebas y evaluaciones más rigurosas.
El documento recoge la efectiva contribución de las tecnologías a la mejora de la calidad de la ayuda humanitaria; en este sentido, se ha avanzado en la gestión de desastres en todas sus etapas. Las nuevas tecnologías están contribuyendo, a su vez, a reforzar los sistemas de alerta temprana. Se han normalizado los servicios de alerta y vigilancia automatizados y en numerosos países se cuenta con bases de datos que recogen los recursos disponibles ante una crisis.
Además, se observa cómo las nuevas tecnologías han contribuido a dotar a las comunidades afectadas de mayores capacidades para prepararse en casos de desastres, sobrevivir y recuperarse de los mismos. Las poblaciones generan una gran cantidad de información, de gran utilidad para la ayuda humanitaria. Estos instrumentos les permiten comunicar de una forma más eficaz sus necesidades y prioridades y, por tanto, hacen posible una mejor respuesta a su situación. Por poner un ejemplo, en el terremoto de Chile de 2010 se utilizaron redes sociales y Twitter para contactar víctimas y familiares.
Los miembros de las comunidades se transforman de esta forma en «agentes de intervención», proporcionando información crítica y contribuyendo además a las primeras evaluaciones de daños.
Comunidades de práctica: profesionales y voluntarios
Otro de los principales cambios que puede observarse es el aumento de la interconexión y la cooperación entre las personas, comunidades y organizaciones humanitarias. Se establecen sitios web de aprendizaje e intercambios de conocimiento. Esto además contribuye a extender la participación y a hacer posible un debate más abierto. Cobra impulso el concepto de comunidades de práctica.
Las nuevas tecnologías permiten a las organizaciones una gestión más sencilla de sus voluntarios y además se desarrollan nuevas posibilidades de servicio voluntario, a distancia. Se tienden puentes entre el voluntariado tradicional y expertos en tecnologías. El Informe observa así el surgimiento de una red internacional de agentes humanitarios con conocimientos de informática.
Riesgos y retos
El Informe también advierte de los riesgos que entraña la aplicación de las nuevas tecnologías y formula una serie de recomendaciones en su uso. En este sentido, es esencial apuntar la desigualdad en el acceso a estas nuevas herramientas, se advierte así de la existencia de la denominada brecha digital. Existen diferencias entre Estados y también dentro de ellos. Las personas que tienen un menor acceso (personas sin recursos, instrucción y mujeres) son, además, las más vulnerables a los desastres. Las organizaciones locales, e incluso los gobiernos de los países en desarrollo, tienen también menos posibilidades de aprovechar estos recursos.
Otro factor clave de riesgo es la obtención de datos a partir de fuentes externalizadas, en lo que ha venido a llamar terciarización masiva o crowdsourcing. Y esto es debido a que el uso de información incorrecta en la actividad humanitaria genera consecuencias más graves que en cualquier otro sector.
En este sentido, la comunidad humanitaria aún no ha podido aprovechar todas las posibilidades para analizar el flujo de datos, es decir convertirlo en información útil para la adopción de medidas. En todo caso. se trata más bien de un problema de fallos en la aplicación de filtros que en lo relativo al volumen de datos.
Otras cuestiones que el Informe insta a tener en cuenta son los problemas que pueden surgir de una excesiva dependencia en las tecnologías en un momento de colapso y la necesidad de abordar cuestiones éticas y de seguridad en el uso de estas nuevas herramientas que no se han estudiado en profundidad y que tienen graves consecuencias.
En definitiva, el Informe Mundial sobre Desastres 2013 recoge los numerosos avances que las nuevas tecnologías han aportado al ámbito de la acción humanitaria, y dado que esta contribución puede seguir mejorando las respuestas a las crisis, insta a que agentes humanitarios y expertos aúnen esfuerzos en el desarrollo de nuevos mecanismos para salvar vidas. Todo ello, teniendo en cuenta los riesgos y la necesidad de asegurar el acceso a la comunicación y a la información para toda la población.
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