Development Initiatives publica el informe GHA 2011
El programa Global Humanitarian Assistance (GHA) lanza su informe GHA Report 2011, donde se muestra una visión, a través de datos y análisis, muy actualizada y completa sobre la financiación humanitaria. El informe muestra la sorprendente foto de unos volúmenes crecientes de ayuda humanitaria y ayuda oficial al desarrollo dentro de una economía mundial que está sufriendo los efectos de la crisis económica (en 2010 la respuesta humanitaria internacional superó la de años pasados, alcanzando los 16.700 millones de dólares).
De los 16.700 millones de dólares destinados a ayuda humanitaria internacional, 12.400 millones procedieron de gobiernos (estimación preliminar), siendo EEUU, las instituciones de la UE y el Reino Unido los principales donantes. En 2009 , Sudán siguió siendo el principal receptor por quinto año consecutivo, con 1.400 millones de dólares, y la ayuda humanitaria a Palestina/TPO se incrementó notablemente pasando de los 863 millones de dólares en 2008 a los 1.300 en 2009, convirtiéndose en el segundo receptor. Más del 65% de toda la ayuda humanitaria fue dirigida a países afectados por conflicto y en situación de posconflicto. La solicitud de financiación para ayuda humanitaria realizada a través de los llamamientos consolidados de las Naciones Unidas (ONU) se incrementó en 1.500 millones de dólares, llegando así a los 11.300 millones en 2010 –aumentando de igual modo el vacío de financiación: 4.200 millones (37%) de dichas necesidades no se cubrieron, siendo el mayor porcentaje desde 2001-.
Nueve gobiernos donantes del CAD de la OCDE recortaron sus volúmenes de ayuda humanitaria bilateral durante más dos o más años consecutivos. Sin embargo, estas reducciones se compensaron en 2010 por los incrementos de los principales donantes, como EEUU, Canadá y Japón.
Jan Kellett, Director del Programa GHA, dijo «en un mundo en el que los presupuestos están sometidos a tan alta presión, el hecho de que los niveles globales de ayuda continúen aumentando demuestra un claro compromiso a la hora de responder a las crecientes necesidades humanitarias. Sin embargo, se está forzando a la ayuda humanitaria a responder a muy diversas crisis en contextos muy diferentes. Sin duda, el equilibro no es el adecuado cuando de cada 100 dólares que se destinan a ayuda humanitaria, sólo 75 céntimos van dirigidos a prevención y preparación ante desastres naturales. Existe una creciente necesidad de que la ayuda humanitaria sea eficaz y se distribuya de forma equitativa. Un requisito clave para esto es la transparencia en la financiación. Sólo así podemos determinar si se están tomando las decisiones adecuadas».