Carrera espacial, carrera militar
Para elPeriódico.com
El Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre, establecido en 1967, es a todas luces insuficiente para gestionar una competencia que pronto llevará a contenciosos sobre reclamaciones de propiedad de lo que, según dicho tratado, es patrimonio común de la humanidad.
Más allá del afán de aventura, del progreso tecnológico ‘per se’ y del negocio que pueda representar, desde su mismo nacimiento, la carrera espacial es una cuestión de prestigio y, más concretamente aún, de poder militar. El espacio es, en definitiva, el cuarto ámbito de competencia geoestratégica entre las grandes potencias- junto al terrestre, naval y aéreo. Algo que quedó de manifiesto ya en 1957, en plena Guerra Fría, cuando la URSS lanzó el satélite Sputnik, sorprendiendo a un Estados Unidos que se creía superior. Una sorpresa y un temor que llevó a John F. Kennedy a plantear que antes del final de la década de los sesenta llegarían a la Luna, volviendo a tomar la delantera. No en vano Washington decidió en diciembre de 2019 crear una Fuerza Espacial, seguido en Moscú, en junio de 2001.