Algo se mueve en Chad; nada en Darfur
(Para Radio Nederland)
Pese a las malas noticias que siguen llegando de la situación en Darfur y del drama que viven cientos de miles de personas en las fronteras de Sudán, Chad y República Centroafricana, nada se sabe del despliegue real de la llamada fuerza “hibrida” de Naciones Unidas y la Unión Africana en Sudán (UNAMID) comprometida por la ONU hace ya varios meses. Por ello, la comunicación durante esta semana de la autorización por parte de la Unión Europea para el despliegue de un fuerza militar y de policía (EUFOR) en Chad siguiendo la resolución 1778 del Consejo de Seguridad de la ONU, del pasado mes de septiembre, parece, al menos, introducir elementos de acción en aquella crisis regional y es presentado por sus promotores como una iniciativa pacificadora con grandes dosis de optimismo.
Sin embargo, la percepción por parte de las organizaciones humanitarias presentes en el terreno y por los propios responsables militares desplegados en Chad, nos indican una elevada confusión entre las diversas fuerzas desplegadas en el país y un elevado riesgo de que esta confusión no redunde en resultados positivos desde el punto de vista del mantenimiento de la paz ni de la resolución de los problemas de acceso humanitario. Recordemos que la resolución 1778 autoriza, además de la participación de la Unión Europea, la movilización de 300 policías y 50 oficiales militares de enlace de la ONU dentro de la que se denomina MINURCAT (Misión de Naciones Unidas en la República Centroafricana y Chad) que ya ha comenzado a desplegarse en el país. En unas curiosas declaraciones por tratarse de un mando militar, el coronel Jan Vall, subjefe de relaciones públicas del contingente de Naciones Unidas, ha reconocido que “será muy complicado, tanto para los voluntarios como para la población local, distinguir la diferencia entre la nueva fuerza de apoyo y el resto de tropas internacionales desplazadas en el país. La UE está allí armada, y con el logotipo de la UE. Pero los franceses -estacionados en Chad desde hace 20 años para respaldar la labor del Gobierno- llevan los mismos uniformes que los franceses de la UE, pero con un logotipo francés, y con intereses distintos, etcétera, etcétera…”, explicó Vall, que anunció de todos modos la puesta en marcha de una campaña informativa que proporcione información clara y concisa sobre la función de este nuevo contingente.
Evidentemente, una campaña informativa puede aclarar algunas cosas pero la confusión de base que hay en el enfoque de todo este despliegue en Chad no se resuelve con campañas de prensa. Habría que citar en primer lugar que ha sido exclusivamente Francia el país que ha mostrado interés en este despliegue y promovió la Resolución 1778 aprobada finalmente en el mes de septiembre de 2007. Los intereses económicos y políticos de Francia en Chad son bien conocidos y las tropas francesas en aquel país han mantenido, usando la fuerza y su capacidad militar en varias ocasiones, al actual régimen.
Por tanto, pese al uso y abuso de la retórica humanitaria tan del agrado de la diplomacia francesa y de su mediático Ministro de Asuntos Exteriores, ni el más ingenuo de los observadores cree en las motivaciones solidarias del país europeo en este caso. Este obvio interés francés ha hecho que el resto de países de la UE hayan mostrado reticencias y escasa pasión en este iniciativa y todo ello ha ido retrasando el despliegue de las tropas. Según la red de información de Naciones Unidas IRIN, la falta de equipamiento y fondos provocó que, a mediados de diciembre, la avanzadilla del equipo de la UE, compuesta por 23 miembros, todavía se encontrara enclaustrada en un hotel, dependiendo totalmente de financiación francesa. Precisamente Francia, el país que más ha apoyado el despliegue de ambas misiones, ha incrementado su contribución en beneficio de la EUFOR. El pasado 10 de enero, el Gobierno de Nicolas Sarkozy se comprometió a aportar 2.000 de las 3.500 tropas necesarias, junto con 10 helicópteros y un personal adicional de 500 efectivos encargados de desarrollar tareas logísticas. Este aumento del compromiso francés es el que ha facilitado el tímido apoyo de la UE que finalmente se ha producido. Finalmente el contingente estará al mando de un general irlandés, pero la mayor parte de países europeos han sido muy renuentes al envío de tropas y sólo algunos participarán en la misión de modo directo. Otros como España, aportarán simplemente dos aviones para apoyo logístico.
En cualquier caso, la puesta en marcha de EUFOR pone más en evidencia el retraso de cualquier actuación en el vecino Sudán y en el incumplimiento de las resoluciones sobre Darfur. La movilización completa de UNAMID sigue retrasándose y el Secretario General Ban Ki-moon parece haber perdido fuerza para presionar a las autoridades sudanesas en esta materia. Y mientras tanto Darfur se desangra y el acceso a ciertas zonas de la región es muy complicado para las organizaciones humanitarias. Confiemos que , pese a sus limitaciones, la acción de EUFOR tenga efectos positivos y contribuya a movilizar la mucho más ambiciosa UNAMID.