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Yemen, 10 años después: la guerra interminable y la crisis humanitaria olvidada

Hace diez años, en marzo de 2015, una coalición liderada por Arabia Saudí lanzó una intervención militar en Yemen con el objetivo de restaurar el gobierno reconocido internacionalmente tras la toma de la capital, Saná, por los rebeldes hutíes. Lo que inicialmente comenzó como una operación militar, se ha transformado en una de las peores crisis humanitarias del mundo, dejando cicatrices profundas no solo en la población yemení, sino también en la estabilidad regional. A pesar de la retirada progresiva de las fuerzas de la coalición desde 2020, el conflicto sigue sin resolverse, y las heridas siguen abiertas. 

El costo humano y social 

A lo largo de esta década, la población yemení ha soportado un sufrimiento incesante. Hasta 2023, más de 377.000 personas han perdido la vida, la mayoría debido a las consecuencias indirectas del conflicto, como el hambre, las enfermedades y la falta de acceso a servicios básicos (CAAT, 2023). Más de cuatro millones de personas continúan desplazadas y cerca de 24 millones—casi el 80% de la población—dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir. Además, la guerra ha dejado a una generación entera de niños y niñas sin acceso a una educación adecuada, con más de 4 millones de menores fuera del sistema escolar (OCHA, 2024; UNICEF, n/d). Un informe de la Famine Early Warning Systems Network (FEWS NET) advirtió que cerca de 19 millones de personas en Yemen podrían necesitar asistencia humanitaria urgente para febrero-marzo de 2025. Este informe resalta el impacto devastador de la crisis económica, que ha sumido a millones en la pobreza y la inseguridad alimentaria (Sana’a Center for Strategic Studies, 2025). 

El sistema sanitario ha colapsado, y los brotes de enfermedades prevenibles, como el cólera, se han propagado sin control. La pandemia de COVID-19 solo agravó esta crisis sanitaria, dejando a las comunidades en situación de vulnerabilidad y sin recursos para protegerse. Las mujeres y los niños y niñas han sido los más afectados, enfrentando altos índices de desnutrición, violencia de género y matrimonios forzados como resultado de la pobreza extrema. 

La devastación económica e infraestructura destruida 

La infraestructura del país está devastada. Hospitales, escuelas y sistemas de agua han sido destruidos o gravemente dañados. El bloqueo aéreo y marítimo impuesto por la coalición ha restringido la llegada de alimentos, medicinas y combustible, empeorando aún más la situación (UNHCR, 2024). Yemen, que ya era el país más pobre de la península arábiga antes del conflicto, ha visto cómo su economía se desmorona por completo. El colapso de la moneda local ha disparado la inflación, dejando a la población sin medios para adquirir productos básicos (Sana’a Center for Strategic Studies, 2025). 

El Monitor de Yemen del Banco Mundial para la primavera de 2024 señala que la crisis actual es el resultado de la caída de los ingresos del petróleo y las aduanas, que habían sido la columna vertebral de la economía yemení. El gobierno también ha recortado drásticamente el gasto público, lo que ha limitado la provisión de servicios esenciales y ha puesto en peligro el desarrollo económico sostenible. La crisis económica ha empeorado significativamente durante el último año, y problemas como la interrupción de las exportaciones de petróleo, la principal fuente de ingresos del gobierno, y la ayuda externa inconsistente y escasa, han contribuido a la caída de las reservas de divisas. La inflación severa ha erosionado el poder adquisitivo de la población (Sana’a Center for Strategic Studies, 2025). 

En las ciudades, los cortes de electricidad son la norma, y el suministro de agua potable es intermitente. En las zonas rurales, las familias deben caminar kilómetros para obtener agua de pozos contaminados. La pesca, fuente vital de sustento en la costa, se ha visto afectada por los ataques aéreos y los combates navales, dejando a miles de pescadores sin medios de trabajo. 

La dinámica geopolítica: ¿un conflicto local o una guerra por el poder regional? 

El conflicto en Yemen ha trascendido sus raíces locales, convirtiéndose en un escenario de competencia geopolítica. La intervención saudí, respaldada por Estados Unidos, Reino Unido y otras potencias occidentales, se ha enfrentado a la creciente influencia de Irán, que apoya a los hutíes. Esta dinámica ha convertido a Yemen en un campo de batalla indirecto entre potencias regionales, intensificando el conflicto y dificultando los esfuerzos de paz. 

Desde hace más de un año, el grupo hutí (Ansar Allah) ha impuesto un asedio debilitante sobre el puerto israelí de Eilat. Tras el anuncio de un alto el fuego en Gaza, los hutíes han prometido continuar atacando los buques israelíes hasta que se complete el acuerdo, y sus capacidades no mermadas suponen una amenaza constante de nuevos ataques (Sana’a Center for Strategic Studies, 2025). 

Aunque los ataques de misiles y drones hutíes a Israel no han causado grandes daños materiales ni muchas víctimas, su impacto económico y psicológico es significativo. Los hutíes han golpeado objetivos en el interior de Israel, como Tel Aviv, Jaffa, Jerusalén y Ashkelon, lo que demuestra la capacidad del grupo armado de uno de los países más pobres del mundo para penetrar un sistema de defensa aérea avanzado (Sana’a Center for Strategic Studies, 2025). 

La paz esquiva y el futuro incierto 

Los esfuerzos internacionales para alcanzar la paz han sido, en su mayoría, infructuosos. Los acuerdos, como el de Estocolmo en 2018, lograron frenar temporalmente los enfrentamientos en ciertos puntos estratégicos, pero no consolidaron una paz duradera. La guerra se ha estancado en un equilibrio violento, donde ninguna de las partes logra una victoria decisiva. 

El conflicto en Yemen se ha visto complicado por varios factores clave: la guerra en Gaza ha intensificado las tensiones, especialmente entre los hutíes y potencias extranjeras, estancando los esfuerzos de paz; el Consejo de Liderazgo Presidencial (PLC) sigue siendo débil y dividido, lo que favorece a los hutíes; las iniciativas internacionales han sido ineficaces al centrarse en acuerdos entre partidos urbanos, sin involucrar a actores clave; la rivalidad saudí-emiratí ha obstaculizado una solución unificada; la política de EE. UU. ha sido inconsistente, con una postura pasiva bajo la administración Biden; y los ataques hutíes a Israel han escalado la violencia, aunque la respuesta israelí ha sido moderada. A pesar de todo, la paz sigue siendo posible si se adopta un enfoque inclusivo que involucre a todos los actores locales y fomente la reconstrucción.  

La situación en Yemen sigue siendo profundamente compleja, marcada por los intereses contrapuestos de actores internacionales y locales que frenan cualquier avance hacia la paz. A pesar de los obstáculos, organizaciones humanitarias como el Programa Mundial de Alimentos, Médicos Sin Fronteras y la Cruz Roja continúan brindando asistencia esencial. Sin embargo, enfrentan serios desafíos debido a la inseguridad, las restricciones impuestas por las partes en conflicto y los recortes en la financiación internacional. La retirada de fondos de USAID —que desde 2015 ha aportado más de 6.000 millones de dólares— amenaza con agravar aún más la crisis humanitaria, dificultando la lucha contra la inseguridad alimentaria, la malnutrición infantil y la atención de enfermedades no transmisibles (Dawn MENA, 2025). 

El décimo aniversario de la intervención es una oportunidad para reflexionar sobre las consecuencias del conflicto y replantear los esfuerzos diplomáticos. Los esfuerzos multilaterales deben revitalizar las negociaciones de paz, presionar por el levantamiento de bloqueos y garantizar que los actores involucrados rindan cuentas por las violaciones de derechos humanos cometidas. La esperanza de una solución política sigue viva, pero requiere un compromiso renovado y una voluntad genuina de las partes para anteponer el bienestar de la población yemení a sus intereses geopolíticos.  

Referencias  

The Economy – The Yemen Review, October-December 2024 – Sana’a Center For Strategic Studies, https://sanaacenter.org/the-yemen-review/oct-dec-2024/24105 

The Houthi-Israel Confrontation – The Yemen Review, October-December 2024 – Sana’a Center For Strategic Studies, https://sanaacenter.org/the-yemen-review/oct-dec-2024/24131 

Navigating Yemen’s Ongoing Quest for Peace: Key Challenges and Prospects for 2025 – The Yemen Review, October-December 2024 – Sana’a Center For Strategic Studies, https://sanaacenter.org/the-yemen-review/oct-dec-2024/24153 

UNICEF, n/d “Yemen crisis”, https://www.unicef.org/emergencies/yemen-crisis  

Campaign Against Arms Trade (CAAT), 2023, “The war on Yemen’s civilians”, https://caat.org.uk/homepage/stop-arming-saudi-arabia/the-war-on-yemens-civilians/  

UNHCR, 2024, “UNHCR Yemen Protection Brief (December 2024)”, https://reliefweb.int/report/yemen/unhcr-yemen-protection-brief-december-2024 

OCHA, 2024, “Yemen”, https://www.unocha.org/yemen   

Dawn MENA, 2025, “What Trump’s ‘cruel’ halt to foreign aid means for Yemen”, https://dawnmena.org/what-trumps-cruel-halt-to-foreign-aid-means-for-yemen/#:~:text=USAID’s%20programs%20fund%20United%20Nations,devastation%20of%20the%20Yemeni%20economy.  

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