Tendencias en la financiación humanitaria internacional
En 2022, la demanda de asistencia humanitaria aumentó más que nunca. Hubo una escalada del número de crisis complejas y prolongadas, impulsadas por causas estructurales, incluyendo el cambio climático (CC) y la guerra de Ucrania, además de las nuevas e intensas crisis como los devastadores terremotos que tuvieron lugar en Turquía y Siria, o el empeoramiento de las crisis de Afganistán y del Cuerno de África. A pesar de la respuesta excepcional por parte de los donantes ante el aumento sin precedentes del número de personas en situación de necesidad, la magnitud de las necesidades hizo que el déficit en la financiación humanitaria alcanzara un máximo histórico.
Por todo ello, la necesidad imperante de realizar cambios en la financiación y en la respuesta humanitaria, así como de abordar de manera más efectiva las causas estructurales y la recuperación de las crisis, es evidente y reconocida, pero más urgente que nunca.
Este capítulo muestra un análisis basado en datos de las necesidades derivadas de las crisis humanitarias, la financiación para las mismas, los avances en las reformas y de cómo los recursos, más allá de la financiación humanitaria, como la financiación climática, podrían emplearse para abordar los ciclos de las crisis.
