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Se necesita un cambio en el sistema humanitario de respuesta ante desastres

RRD

En los últimos tiempos, diversas organizaciones (como Oxfam o la Cruz Roja) están haciendo hincapié en la necesidad de de que el sistema humanitario se oriente hacia una respuesta local en vez de global cuando se produce un desastre.

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Por Marta de la Nuez

En los últimos tiempos, diversas organizaciones (como Oxfam o la Cruz Roja) están haciendo hincapié en la necesidad de de que el sistema humanitario se oriente hacia una respuesta local en vez de global cuando se produce un desastre.

Un elevado número de personas se ven afectadas por estos fenómenos por razones como el aumento de desastres naturales, el incremento de personas en centros urbanos (donde existe un mayor riesgo de que se produzcan desastres más complejos) o la creciente población mundial, que alcanza los 7 mil millones de personas y, que según las estimaciones, se duplicará para el año 2100.

Según indica la Cruz Roja, trabajar con personal y voluntarios locales es un aspecto fundamental para responder ante cualquier desastre. Tanto la Cruz Roja como las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja son actores neutrales para los gobiernos, lo que significa que los voluntarios y el personal permancen activos desde los primeros momentos en que aparece una crisis. Un ejemplo de esto sería el terremoto de Haití de 2010, donde los voluntarios locales fueron los primeros en participar en las tareas de ayuda.

Asimismo, en el informe se insiste en la necesidad de que los recursos para situaciones de emergencia se hallen más próximos de los lugares donde se produzcan los desastres.

La Cruz Roja cuenta con 187 Sociedades Nacionales repartidas por todo el mundo, con sus propios suministros para emergencias almacenados dentro de cada país. Aunque, por supuesto, en caso de emergencia a gran escala se requiere también ayuda internacional. Por ejemplo, la Cruz Roja británica almacena material de socorro en Kuala Lumpur y Panamá, cuya posición resulta estratégica al estar cerca de zonas más proclives a sufrir desastres. Otro mecanismo es la entrega de dinero en efectivo para adquirir artículos dentro del país o cerca del mismo, como ha ocurrido en la respuesta a la crisis alimentaria en el Cuerno de África. Así pues, se trata de una respuesta eficiente y, además, se favorece a la economía local.

A la hora de responder ante una emergencia, tanto la Cruz Roja como los gobiernos afectados se podrán encargan de gestionar la ayuda de Naciones Unidas y otras organizaciones humanitarias. Esto siempre supone un reto ya que todos los actores tienen la responsabilidad de mejorar la forma en la que trabajan juntos y de manera eficaz.

Por tanto, invertir en la Reducción del Riesgo de Desastres (RRD) es clave, ya que por ejemplo,.en los programas de recuperación, también se contemplan formas de disminuir el impacto de desastres futuros.

Bangladesh es uno de los paíes más proclives a sufir desastres. El trabajo realizado las organizaciones humanitarias ha contribuido a que las comunidades en riesgo por ciclones estén mejor preparadas, lo que ha supuesto un gran impacto en los últimos años.

Cuando se produce un desastre, la ayuda humanitaria es esencial y las contribuciones de los donantes llegan a salvar vidas. A pesar del énfasis que se pone en la respuesta a las crisis, sigue sin haber suficiente inversión en la prevención y reducción del riesgo de desastres. Como se sabe, se recaudan más fondos cuando las cámaras de televisión ponen el foco en un desastre humanitario. No obstante, supone un desafío conseguir donaciones destinadas a preparar a la población para un desastre que no ha tenido lugar.

Con todo, según la Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), por 1 dólar gastado en RRD, se podrían ahorrar 4 dólares en la respuesta ante emergencias.

Por lo tanto, en la actualidad queda de manifiesto el reto que supone que se produzcan donaciones para la RRD.

Fuente: http://www.preventionweb.net/english/professional/news/v.php?id=25030

Fuente foto: www.elmundo.es

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