Oleada de explosiones contra Hizbulá: vulnerabilidad de la milicia y extensión del conflicto por parte de Israel
Para elDiario.es
Muy pocos guionistas serían capaces de imaginar algo como lo que acaba de ocurrir en Líbano (y en Siria): unos ataques que han herido a miles de combatientes de la milicia chií libanesa de Hizbulá, además de una docena de muertos, como efecto de la explosión este martes de los buscas que les servían para recibir órdenes e instrucciones y de los walkie talkies este miércoles. No es una película, sino una nueva demostración de la impresionante capacidad tecnológica de Israel para batir a sus enemigos dónde quiera y cuándo quiera.
En este caso, y cuando aún quedan muchas claves por desentrañar, todo parece indicar que Tel Aviv no solo ha sido capaz de conocer los planes de adquisición de esos artilugios por parte de Hizbulá, sino también de manipularlos físicamente en algún punto de la cadena de suministro, introduciendo un explosivo en su interior, y de hacerlos detonar simultáneamente. Todo eso, visto desde la perspectiva de las filas comandadas por Hasan Nasrallah, supone una vulnerabilidad extrema que afecta tanto a su moral como a su capacidad operativa. Si la milicia libanesa ha recurrido a los menos sofisticados buscas o a tender líneas telefónicas propias es, precisamente, para intentar que Israel no pudiera rastrear sus conversaciones a través de los móviles. Pero, como ahora ha quedado dramáticamente claro, ni así ha logrado escapar a los ojos y a los oídos israelíes.