La victoria electoral de Donald Trump encaja perfectamente con los planes de Netanyahu en Oriente Medio
Para elDiario.es
Solo quien cree en las casualidades puede aceptar que la decisión de Benjamin Netanyahu de cesar a su ministro de Defensa, Yoav Gallant, haya coincidido con el día de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Para los demás, se trata de un paso más en el intento del primer ministro israelí de despejar cualquier obstáculo en su afán por mantenerse en el poder y rematar su sueño de crear un nuevo orden en la región. Todo ello con las bendiciones que cabe imaginar por parte de un renacido Donald Trump.
Aunque ambos comparten filas en el Likud, las tensiones entre Netanyahu y Gallant eran bien conocidas desde el arranque del actual Gobierno a finales de 2022. De hecho, ya en marzo del pasado año el primero trató infructuosamente de desembarazarse del segundo, no solo porque Gallant se oponía a la reforma judicial que Netanyahu pretendía aprobar para blindarse ante las tres causas contra él que pueden llevarlo a la cárcel, sino porque hacía gala públicamente de que esa medida suponía un notable deterioro de la defectuosa democracia israelí.