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La reforma humanitaria II: mecanismos de financiación

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Uno de los objetivos fundamentales de la reforma humanitaria es asegurar la previsibilidad, rendición de cuentas y asociación en todos los aspectos de las operaciones humanitarias, y en este punto, los mecanismos de financiación desempeñan un papel fundamental. La eficacia de la respuesta humanitaria se basa en rápidas acciones que se realizan a favor de los beneficiarios, pero que son altamente dependientes de la financiación. A lo largo de los últimos años ha quedado claramente demostrado que durante una respuesta a una emergencia la adecuación, previsibilidad y flexibilidad de la financiación son aspectos que condicionan drásticamente el éxito o fracaso de las operaciones humanitarias.

Se han creado distintas iniciativas que persiguen reforzar la financiación humanitaria: Fondo Central de Respuesta a Emergencias (CERF), Fondos de Respuestas a Emergencias (ERF), Fondos Comunes (Pooled Funding) o la iniciativa de la Buena Donación Humanitaria (GHD). Asimismo, se sigue trabajando para reforzar los ya existentes Procesos de Llamamientos Consolidados (CAP) y Marco de Análisis de Necesidades (NAF). 

CERF
El Fondo Central de Respuesta a Emergencias (CERF) es un fondo humanitario establecido por Naciones Unidas con el fin de proporcionar ayuda humanitaria de manera más rápida y responsable a las víctimas de desastres naturales y conflictos armados. Fue aprobado por consenso por la Asamblea General de Naciones Unidas el 15 de diciembre de 2005, aunque no fue creado oficialmente hasta el 9 de marzo de 2006. El CERF sustituye al anterior Fondo Rotatorio Central para Emergencias creado en 1991 (Central Emergency Revolving Fund) al que se le incluye un componente de donaciones basado en contribuciones voluntarias realizadas por gobiernos y organizaciones del sector privado como empresas, particulares y ONG.

El CERF puede contar con hasta 500 millones de dólares, entre los que se incluye un componente de donación de hasta 450 millones de dólares y uno de préstamo de 50 millones de dólares. El componente de donación está formado por dos elementos, que son compatibles entre sí :

• Elemento de respuesta rápida: estas donaciones permiten a los organismos empezar a prestar la ayuda humanitaria mediante una inyección inicial de fondos para programas humanitarios básicos de emergencia. De esta manera, se puede responder de forma inmediata a una crisis humanitaria (desastre natural o situación compleja de emergencia) y salvar vidas en casos de desastre repentino, deterioro de una crisis existente o intervenciones donde el tiempo es un factor crítico. Este elemento abarca aproximadamente dos tercios del componente de donaciones. La cantidad máxima que se puede solicitar para una sola crisis humanitaria es de 30 millones de dólares.

• Elemento de emergencias infrafinanciadas: esta asignación de fondos promueve fortalecer los elementos básicos de la respuesta humanitaria en situaciones de crisis con financiación insuficiente. Se realiza cada año en dos fases a países con emergencias humanitarias con un déficit crónico de financiación.
El componente de préstamo es un fondo rotatorio de 50 millones de dólares del que pueden desembolsarse préstamos para los organismos cuando se espera financiación de otras fuentes que aún no se ha recibido. Pueden solicitarse para cubrir los gastos inmediatos surgidos tras una crisis humanitaria y deben devolverse en el plazo de un año.

Los organismos especializados y los fondos y programas operacionales de Naciones Unidas, así como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) pueden acceder tanto a las donaciones como a los préstamos. La asignación de los fondos del CERF se realiza en función de las necesidades que existan en el terreno. La solicitud de donaciones sólo las realizarán los coordinadores humanitarios y los coordinadores residentes, que son quienes establecen las prioridades en la necesidad de asignación de recursos basándose en las necesidades críticas humanitarias, los vacíos de respuesta, las insuficiencias de financiación y la posibilidad de aplicación.

El CERF se financia mediante contribuciones voluntarias de los Estados Miembros de Naciones Unidas, empresas privadas, fundaciones, ONG y particulares. Desde marzo de 2006 hasta diciembre de 2008, el componente de donaciones del CERF ha alcanzado 100 donantes por un valor superior a los 1.100 millones de dólares . En la siguiente tabla se pueden ver los diez primeros contribuyentes, donde España aparece en sexto lugar.

A nivel de sede, los organismos de Naciones Unidas y la OIM deben presentar un informe anual que contenga la experiencia adquirida sobre el acceso a los fondos del CERF, un análisis del impacto que estos fondos tienen sobre la capacidad de los organismos de responder ante crisis repentinas o de continuar con las actividades que contribuyen a salvar vidas. A nivel de terreno, los coordinadores o residentes humanitarios deberán remitir un informe anual en el que se detallen los países que se beneficiaron de asignaciones de fondos, las repercusiones y resultados logrados con la financiación del CERF, en qué sectores de respuesta o qué aportaciones han realizado los organismos que trabajan en el terreno.

A petición de la Asamblea General, el Secretario General encargó una evaluación independiente del CERF en 2008. Dicha evaluación estableció que el Fondo, durante sus dos primeros años de vida, había sido una herramienta valiosa e imparcial, convirtiéndose en poco tiempo en un instrumento esencial para la acción humanitaria internacional que complementaba otros mecanismos de financiación ya existentes. Concluyó que el Fondo ayudó a acelerar la respuesta y a incrementar la cobertura de las necesidades, además de hacer de catalizador para mejorar la coordinación a nivel de terreno y contribuir a priorizar en función de las necesidades.

Asimismo, la evaluación también incluía varios retos a los que se enfrenta el Fondo, así como 37 recomendaciones. En respuesta a dichas recomendaciones, se creó una matriz  en la que se detalla la respuesta y las acciones que se deben llevar a cabo para cada una de las recomendaciones y que sirve como “mapa de ruta” para el trabajo que se realizará hasta la próxima revisión del Fondo, planeada para el año 2011. 

Por otro lado, OCHA encargó un examen independiente del componente de donación del CERF. El objetivo era hacer un balance del primer año del Fondo, con el objetivo de contribuir a fortalecer la eficacia del mecanismo y su potencial impacto en el conjunto de la respuesta humanitaria. Este examen concluyó que se había realizado un gran progreso en la implementación del CERF. Sin embargo, existían varios aspectos que se debían mejorar, como por ejemplo, clarificar cuál era el alcance del CERF; una gestión más eficaz; reforzar las relaciones del Fondo con las agencias de Naciones Unidas, la OIM y la comunidad de ONG; y proporcionar información sobre el CERF más eficaz y transparente.

El examen ofrecía quince recomendaciones, para las que también se realizó una matriz .

La misión del CERF no es sustituir a los mecanismos de financiación humanitaria ya existentes, sino complementarlos. Tanto es así, que el Fondo apoya los CAP como herramienta de coordinación. Se podría decir que el CERF es la oferta en la financiación humanitaria y los CAP son la herramienta que coordina la demanda.

Más información en: http://www.humanitarianreform.org y http://ochaonline.un.org/

Notas:

1.- Los fondos de respuesta rápida pueden ser asignados también a países que reciben ayudas para emergencias infrafinanciadas.

2.- http://ochaonline.un.org/FundingFinance/tabid/1082/Default.aspx

3.- Tanto la matriz como la evaluación se pueden consultar en http://ochaonline.un.org/cerf/WhatistheCERF/EvaluationsandReviews/tabid/5340/language/en-US/Default.aspx.

4.- Íbidem

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