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La gran impostura, o… no es “humanitario“ todo lo que reluce

ca47

(Para Radio Nederland)
Comencemos diciendo las cosas con claridad y expliquémoslas luego. Nada tiene de humanitaria, y es una impostura presentarla así, la actuación de algunos ejércitos como el español en la guerra de Iraq. Recurrir a argumentaciones pretendidamente humanitarias para presentar el envío de tropas a la guerra como contribución a la paz, resultaría cómico, si no fuera porque en la guerra está muriendo mucha gente, población civil en su mayoría, y porque el abuso del término humanitario se convierte en un obsceno elemento legitimador de la guerra.

En ocasiones anteriores hemos recordado el origen del humanitarismo y del propio término para definir acciones de ayuda que van dirigidas sin distinción hacia las víctimas de los conflictos. Es esa idea de no discriminación y, por tanto, de imparcialidad de la ayuda, el criterio básico para calificarla de humanitaria o no. Ayudar sólo a los amigos es, si se quiere, un planteamiento muy humano e incluso hasta humanamente comprensible. Pero nada tiene de humanitario. Y esto es así para el Derecho Internacional Humanitario y para la doctrina del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. Conviene recordar ahora que en el célebre caso «Nicaragua contra Estados Unidos», por la ayuda de Washington a la contra durante la guerra que asoló aquel país, el gobierno estadounidense argumentó ante el Tribunal que su ayuda era humanitaria. En su sentencia, el Tribunal rebatía este argumento por varias consideraciones, de las que dos resultan fundamentales: la entrega de armas y el apoyo militar no puede considerarse humanitaria (¡¡¡bravo!!!) y la ayuda en alimentos, medicinas u otros productos de socorro, si sólo van dirigidos a unas víctimas pero no a otras, tampoco. Esa sentencia marca un hito en la consideración sobre el humanitarismo desde la perspectiva jurídica.

Más claro. Si un Estado sólo ayuda a sus aliados, sólo suministra bienes o servicios a una de las partes en conflicto (aunque se trate de bienes de primera necesidad) no puede llamar a esa ayuda humanitaria. El vocabulario español, y el de cualquier otra lengua, tiene una variedad de términos que pueden usarse en estas situaciones: socorro, ayuda sanitaria, ayuda alimentaria … En fin, el diccionario es rico, pero en ningún caso se debe calificar esa ayuda como humanitaria.

¿Por qué tanta obsesión en el gobierno español y en otros por adjetivar como humanitario algo que ellos saben (no les quepa duda de que en los Ministerios españoles hay buenos asesores jurídicos) que no lo es? A diferencia de otros conflictos anteriores, como Kosovo, en esta guerra el manoseo del término humanitario no se ha producido para tratar de justificar ex-ante la guerra. NO. En el periodo anterior al inicio de esta guerra, las argumentaciones fundamentales han tenido que ver con las enormes amenazas que el armamento de Irak representaba, con el riesgo que eso suponía para la paz, con su apoyo a los terroristas y, por supuesto, con la pretensión de liberar al pueblo iraquí de las garras del dictador. No hubo en esa fase alusiones a lo humanitario.

Sin embargo, conforme han ido avanzando las hostilidades, han comenzado a verse las primeras víctimas y han aumentado los gritos contra la guerra, los encargados de comunicación de los países beligerantes (y España aunque se diga lo contrario, lo es) han vuelto a encontrar la coartada universal: estamos solamente colaborando con ayuda humanitaria.

Es de agradecer que en esta ocasión la palabrita haya tardado algo más en usarse, pero al final se está intentando convertirla en una legitimación ex-post de la guerra. Por tanto, volviendo al inicio, debemos negar la mayor y expresar con claridad que la ayuda que está suministrando el ejército español nada tiene de humanitaria, y sí mucho de operación cosmética para trata de lavar ante la opinión pública su apoyo a la guerra. Y no porque lo digamos nosotros, sino porque no reúne los requisitos y condiciones que el Derecho Internacional Humanitario y la jurisprudencia internacional establecen al respecto.

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