La acción humanitaria española en 2020-2021: algunos progresos a la espera de reformas
Para el informe La acción humanitaria en 2020-2021: la pandemia retrasa las reformas necesarias
Como ya poníamos de manifiesto en el Informe anterior, la irrupción de la pandemia generada por la COVID-19 ha marcado la mayor parte de la acción humanitaria española en estos dos años. La aprobación de la «Estrategia de respuesta conjunta de la Cooperación Española a la crisis del COVID-19: afrontando la crisis para una recuperación transformadora»1 en julio de 2020 constituyó, sin duda, un hito fundamental tras un proceso participativo liderado por la Dirección General de Políticas de Desarrollo Sostenible (DGPOLDES) y que reflejó un fuerte consenso. La Estrategia está sirviendo para una cierta focalización de la Cooperación Española (CE) en torno a la respuesta frente a la COVID-19 y ello ha tenido efectos presupuestarios relevantes en materia humanitaria, como analizaremos a continuación.
Junto a esto, durante estos dos años se ha iniciado un proceso de reforma del conjunto de la Cooperación Española, en la que se enmarca la acción humanitaria que, lamentablemente, se está viendo ralentizado por los efectos de la pandemia primero, y por los cambios en los responsables, la falta de continuidad y de claridad por parte de la Administración pública y los partidos políticos sobre el alcance y las prioridades de esta reforma. En este contexto de una cierta confusión y pesimismo sobre si se podrá avanzar de modo importante en la reforma en esta legislatura, es destacable el renovado protagonismo del Consejo de Cooperación –órgano consultivo con representación de los diversos actores de la CE– que acordó un documento de propuestas para el fortalecimiento de la acción humanitaria española. Esta ralentización del conjunto de la CE a la que hacemos referencia ha afectado también al proceso de elaboración de una Estrategia de Diplomacia Humanitaria que, pese a haber sido iniciado hace casi dos años, aún no ha finalizado.
Por otra parte, más allá de la pandemia, el año 2021 está viendo agravadas algunas crisis y la CE ha tenido que responder a situaciones como el terremoto en Haití, el conflicto en Afganistán, las crisis migratorias en Venezuela y Centroamérica o la violencia en Etiopía, Yemen, Palestina o Siria.