Desmontando la falacia del gasto de España en defensa
Para elDiario.es
A pesar del tiempo transcurrido desde la instauración de la democracia y la anulación del poder fáctico del Ejército, y de los giros que ha experimentado la geopolítica mundial desde el final de la Guerra Fría, en España sigue pendiente un debate en profundidad sobre el modelo de defensa que mejor responda a la defensa de sus legítimos intereses. Y así, cuando, como acaba de ocurrir, el gobierno de turno decide aprobar una nueva partida adicional al presupuesto de defensa, se vuelven a repetir los ya consabidos argumentos a favor y en contra, anclados en posicionamientos ideológicos que en gran medida han quedado desfasados.
Posicionamientos que se resumen, por un lado, en considerar que todo gasto en ese capítulo es puro militarismo y belicismo, al servicio de un supuesto complejo militar-industrial interesado en promover violencia por doquier; lo que, llevado al extremo, plantea como ideal la eliminación de los ejércitos y las empresas de defensa en nombre de una ensoñación que olvida que Caín no necesitó ningún arma sofisticada para matar a su hermano y que la voluntad de poder no siempre puede ser contrarrestada con buenas palabras.