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Cumbre Iberoamericana: ¿por qué no nos volvemos?

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(Para Radio Nederland)
La vigésima Conferencia Iberoamericana que tiene lugar en Mar del Plata (Argentina) se va a ver marcada por la publicación de documentos de Wikileaks que se refieren a los países y mandatarios participantes, por las ausencias de algunos de los jefes de estado o de gobierno y, en definitiva, por una falta de interés y relevancia sobre los que deberían ser los temas centrales del debate: la educación como factor de lucha contra la exclusión y la conmemoración de los bicentenarios de la independencia de algunas de las Repúblicas latinoamericanas.

 

Wikileaks en el fondo
Cuando se planifican con mucha antelación las periódicas y rutinarias cumbres y conferencias internacionales, no puede conocerse al detalle el contexto sociopolítico en el que finalmente habrán de realizarse, y  eso hace que, en ocasiones, como sucede estos días con la Cumbre Iberoamericana, o con la Conferencia sobre el clima de Cancún, cuando se inician estos eventos la atención política está en otros asuntos que, sin duda, cambian las prioridades de los asistentes a las reuniones y también de los medios de comunicación. Y por ello, por mucho que el coordinador argentino y secretario Pro Témpore de la cumbre, Diego Tetamanti, se empeñe en transmitir el mensaje referente a las filtraciones de Wikileaks «de ese tema no hay previsto ninguna declaración», al transmitir el espíritu de lo manifestado por la presidenta Cristina Fernandez de Kirchner y el canciller Héctor Timerman, ese tema influirá los debates de la cumbre. Dé lugar a declaraciones oficiales o no. En primer lugar porque muchos de los políticos concernidos por las filtraciones se encontrarán obligados a dar explicaciones sobre lo que supuestamente hicieron o dijeron y que se recoge en ellas. Y otros porque pedirán estas explicaciones.

Como se ha ido sabiendo estos días los países comprendidos en el denominado eje bolivariano -Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua- buscaban un acuerdo para formalizar una crítica contra los Estados Unidos por el carácter de los archivos publicados por medios internacionales. Argentina – a cuya presidenta Cristina Fernández de Kirchner telefoneó ayer la secretaria de estado Hillary Clinton para explicarse cuestiones referentes a Wikileaks – como país organizador está tratando de limitar este asunto, pero parece inevitable que de modo más o menos claro o más o menos tenso, las filtraciones de Wikileaks serán algo más que un telón de fondo de la cumbre. Una vez más, como sucediera en reuniones anteriores al hablar del ALCA (Área de Libre Comercio para las Américas) el gran ausente, los Estados Unidos, presidirá los debates.

Metas Educativas 2021
En lo referente a lo que era el tema central de la cumbre “Educación para la inclusión” se pretende concretar las llamadas Metas Educativas 2021 referentes a trabajo decente, conocimiento, innovación y tecnología, estableciendo algunos mecanismos financieros que hagan posibles estas metas. Sin embargo ya ha habido algunos reveses en este tema al no conseguirse el apoyo de la Comisión Europea. El impulso de los temas educativos parece relevante en una entidad caracterizada por una cierta homogeneidad cultural y lingüística pero los organismos encargados hasta ahora de llevar adelante día a día estas tareas, la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, Ciencia y Cultura (OEI) son todavía bastante marginales para poder promover con medidas de calado estas medidas en todos los países miembros de la llamada Comunidad Iberoamericana.

Ausencias
Por último, en el capítulo de ausencias, las hay de muy diverso tipo. Algunas como la “ausencia forzada” del presidente hondureño Porfirio Lobo pueden considerarse como positivas. Al menos hasta ahora el conjunto de países iberoamericanos continúan con su veto a un mandatario que surge de un golpe de estado contra la legalidad vigente. Y también en ese tema los papeles de Wikileaks son reveladores de las diversas complicidades y connivencia que tuvo el golpe contra Manuel Zelaya. Otras ausencias estaban previstas como las del presidente boliviano Evo Morales o su homólogo nicaragüense Daniel Ortega. Pero algunas, y muy particularmente la del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero resultan más sorprendentes. Por mucho que se argumenten las urgencias relacionadas con la toma de medidas internas contra la crisis económica, la ausencia por vez primera en la historia de un presidente español a una cumbre iberoamericana no deja de ser muy relevante.

España ha sido desde el principio el principal valedor y financiador de las cumbres y del “iberoamericanismo”, y desde la primera cumbre en 1991 ha hecho de este apoyo eje de su política exterior y referente fundamental de su posible influencia en el mundo. Y de ello, como bien conocen algunas multinacionales españolas presentes en América Latina, algunos sectores han obtenido importantes réditos. La ministra de asuntos exteriores Trinidad Jiménez y el Rey Juan Carlos representarán a España que también se ha visto muy afectada por las filtraciones de Wikileaks. Conociendo el estilo campechano del monarca español y los precedentes de anteriores cumbres, podría suceder que nos saliera con un “¿por qué no nos volvemos, Trini?”

 

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