Balance de la visita de Sánchez a Palestina: de los gestos a los resultados
Para elDiario.es
Lo que ocurre, en cualquier caso, es que lo que demanda actualmente la situación sobre el terreno no son tanto gestos como hechos y resultados inmediatos. Y, desde esa perspectiva, de la visita no se extrae un balance que permita pensar que habrá servido para, al menos, encarrilar el proceso hacia una pronta solución.
Salvo que se la esté reservando para una posterior andanada diplomática, hasta sorprende la timidez de la reacción del gobierno israelí a la visita del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, por tierras palestinas. A fin de cuentas, se ha limitado a acusarlo de dar apoyo al terrorismo de Hamás, cuando lo habitual hubiera sido que completara el exabrupto acusándolo de antisemita. Esa es la forma en la que tradicionalmente Benjamin Netanyahu y los suyos pretenden callar voces críticas, como si señalar las violaciones del derecho internacional que vienen cometiendo desde hace tiempo significara un alineamiento con los terroristas y un odio visceral a los judíos. Y lo peor es que, en la mayoría de los casos, es un recurso que les funciona; lo que otorga a Tel Aviv un margen de maniobra del que no dispone ningún otro Estado del planeta para saltarse todos los límites y todas las reglas de juego que obligan a una potencia ocupante y a un Estado que se dice democrático y de derecho.