AQMI en Mauritania: fuentes de financiación (II)
En este nuevo capítulo de la serie sobre AQMI en Mauritania, abordaremos la cuestión económica, es decir, la fuente de financiación que mantiene a la red organizativa de AQMI…
Por Adrián Rodrigo Castillo
En este nuevo capítulo de la serie sobre AQMI en Mauritania, abordaremos la cuestión económica, es decir, la fuente de financiación que mantiene a la red organizativa de AQMI. Así y, debido a la dificultad para atentar en sus feudos tradicionales (Argelia y Marruecos), el grupo realiza secuestros de ciudadanos extranjeros[1]. Los lugares donde se producen tales secuestros muestran el amplio alcance geográfico de la organización. AQMI cuenta en el Sahel con cuatro brigadas que deambulan, bien equipadas y con modernos medios de comunicación, por un territorio cercano a los dos millones de kilómetros cuadrados[2]. Además, estas brigadas cuentan con el apoyo de contrabandistas y grupos insurgentes. Los secuestrados permanecen en manos de pequeños grupos que se desplazan continuamente por las fronteras de Malí con Argelia y Níger.
Dinero y/o presos liberados han sido los rescates exigidos. «Más que suficiente para mantener engrasada la maquinaria terrorista y seguir organizando campos de entrenamiento móviles en el desierto»[3]. Estos campos de entrenamiento móviles cuestan poco, formados básicamente por varios vehículos todo terreno en los que se desplazan los terroristas, permanecen no más de 48 a 72 horas en el mismo lugar para dificultar su localización y, en ese tiempo, entrenan a los candidatos en manejo de armas y explosivos y en tácticas subversivas[4].
No obstante, la financiación de AQMI no depende sólo del dinero que recauda a través de los secuestros, sino también del narcotráfico. Esto se debe a que «la permeabilidad de las fronteras del Sahel lo sitúa en las rutas de tráfico de personas y drogas hacia Europa, y de armas hacia los conflictos del África negra. Emite emigrantes ilegales mientras el crimen organizado solapa sus actividades con los grupos terroristas, proporcionándoles una financiación esencial para sostener sus actividades[5].
Manuel de Ramón[6] opina que el Sahel constituye para los grupos terroristas un escenario perfecto por la existencia de redes de narcotraficantes y de contrabandistas en las costas de África occidental y porque, en muchos casos, son los mismos que trafican con inmigrantes ilegales y que se benefician con la llegada de refugiados que huyen de los conflictos interestatales.
Los miembros de Al Qaeda en el Magreb Islámico se mueven (véase el mapa II, publicado en capítulo sobre el orígen del grupo) en un arco que abarca desde Mauritania a Chad, pasando por Malí y Níger, en una zona tradicionalmente usada por contrabandistas «donde trapichean y roban con la ayuda de nómadas, pastores y cheijs locales a los que proporcionan dinero y vehículos todo terreno»[7]. Sin olvidar el carácter poroso de unas fronteras demasiado extensas, con un terreno muy difícil para las patrullas de vigilancia. Así, los terroristas aprovechan la dificultad de vigilar las extensas fronteras por parte de Gobiernos con escasos recursos y la corruptibilidad de los agentes públicos de la misma manera que los narcotraficantes en los países de la costa atlántica[8].
En esta línea, Jesús Pérez[9] indica que la fachada atlántica de la región se ha convertido en la ruta de paso de la cocaína sudamericana rumbo a España. En la zona, la capacidad de operar de las organizaciones criminales frente a las fuerzas de seguridad pública se incrementa en comparación con lo que sucede en la Europa Occidental y el Caribe[10]. Sus recursos tecnológicos, por ejemplo navegación y comunicación por satélites, no tienen competencia con los empleados por las fuerzas públicas de los países de África Occidental[11]. Además, la capacidad de las organizaciones criminales de corromper autoridades, jueces y policías, dado el nivel de los salarios locales, es muchísimo mayor al manejar sumas millonarias de dinero.
En este sentido, Jesús A. Núñez[12] destaca que una de las mejores maneras de ganar influencia sobre las sociedades sahelianas, para controlarlas mejor, es «comprar» la simpatía de líderes locales aprovechando dos de los aspectos ya expuestos: la extensión del territorio y los recursos limitados de las fuerzas del orden para controlar ese basto terreno.
La droga que llega a Europa vía África Occidental procede fundamentalmente de América Latina, partiendo desde Venezuela o Brasil en barco o avión para realizar el cruce del Océano Atlántico por rutas en torno al paralelo 10, al que se conoce como «autopista 10″[13]. Los países de África Occidental se emplazan como almacenes temporales donde se reparte la droga en cargamentos más pequeños para introducirlos en Europa. Las organizaciones criminales disminuyen así riesgos realizando la última etapa con cargamentos más pequeños y de menor valor.
Se emplean varias rutas. Por tierra en África hasta Marruecos para aprovechar los canales habituales de entrada del hachís. Por mar mediante barcos de recreo, pesqueros, lanchas rápidas, etc. Por aire mediante aviones pequeños de la misma manera que se hace para cruzar el Atlántico. Y por último se emplean «mulas» que tratan de introducir en Europa a través de vuelos comerciales llevando paquetes de droga en las ropas, el equipaje o el cuerpo.
Como vemos, y en línea con Jesús Echeverría, «no es nada desdeñable la retroalimentación que el terrorismo facilita a las redes de tráficos ilícitos preexistentes en la región al interactuar con ellas»[14]. De hecho, existe una preocupación cada vez mayor en el ámbito subregional. Así, el Consejo de la Comunidad de Estados Sahelosaharianos[15] (CEN-SAD) alerta contra la cooperación entre Al Qaeda y los narcotraficantes. Dada la amenaza real que pesa sobre la región, el secretario general de la Comunidad, Mohamed al-Madani al-Azhari, hizo un llamamiento a los estados miembros del bloque para que aunaran sus esfuerzos contra la alianza que actualmente se está forjando entre elementos de estos dos grupos[16]. De hecho, las relaciones supranacionales para combatir el terrorismo y las actividades delictivas relacionadas con él van a ser tratadas en el próximo epígrafe de la serie.
Notas:
[1] La lista de secuestros se inicia con dos ciudadanos austriacos en febrero de 2008 en el sur de Túnez, quienes fueron liberados en julio al norte de Malí; en diciembre de ese año, un diplomático y dos de sus acompañantes fueron capturados en Níger; en enero de 2009, cuatro turistas europeos (dos suizos, un alemán y un británico) eran secuestrados en Malí. En abril fueron liberados los diplomáticos canadienses, la turista alemana y una suiza. Sin embargo, el británico fue asesinado. Entre noviembre y diciembre de 2009, AQMI volvía a secuestrar a seis ciudadanos europeos, entre ellos los tres voluntarios españoles, capturados en Mauritania. Podríamos continuar con la enumeración hasta la actualidad, pero consideramos suficiente los ejemplos mostrados.
[2]ESCOBAR STEMMANN, Juan José: «Al Qaeda en el Magreb Islámico: del Sahel a España». Revista Política Exterior. Nº 134. Marzo/abril 2010. Pág. 87.
[3]ECHEVERRÍA JESÚS, Carlos: «La evolución de la amenaza terrorista en el Sahel». Revista del Ejército de Tierra Español. Nº 832, julio-agosto 2010. Pág. 26.
[4] Ibídem.
[5] MORALES TRUEBA, Adolfo: «Aproximación occidental y africana al problema del Sahel». Instituto Español de Estudios Estratégico (IEEE). Nº 26, marzo de 2011. Pág. 2.
[6] DE RAMÓN, Manuel: «El Sahel puede ser el próximo Afganistán». Revista Atenea, Nº 23. Pág. 25.
[7] IRUJO, José María, «Al Qaeda entrena en el desierto del Sahel a yihadistas reclutados en España», El País, 11 febrero 2007. http://www.elpais.com/articulo/espana/Qaeda/entrena/desierto/Sahel/yihadistas/reclutados/Espana/elpepuesp/20070211elpepinac_1/Tes
[8]PÉREZ, Jesús: «Un flanco sur profundo: el arco de inestabilidad en África Occidental». III Congreso Internacional de Seguridad y Defensa. Granada, noviembre 2008. Pág. 7.
[9] Ibídem.
[10]Históricamente las principales rutas de la cocaína colombiana hacia Europa cruzaban el Atlántico desde el Caribe hasta Holanda o la península Ibérica vía los archipiélagos de Azores, Madeira y Canarias. Con el tiempo, aumentó la eficacia de las fuerzas del orden en la persecución del narcotráfico debido a una serie de medidas como la mejor vigilancia de las costas gallegas, el aumento de los controles en los aeropuertos holandeses y la mayor colaboración entre países. En un momento de aumento del consumo en Europa, las redes de narcotráfico han buscado rutas más fáciles para la introducción de la droga en Europa y se han fijado en la fachada atlántica de África Occidental. United Nation Office On Drugs and Crime (UNODC), «Cocaine Trafficking In Western Africa». Octubre, 2007. http://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/Cocaine-trafficking-Africa-en.pdf
[11] Ibídem.
[12]NÚÑEZ VILLAVERDE, Jesús A., HAGERAATS, Balder y KOTOMSKA, Malgorzata: Terrorismo internacional en África. La construcción de una amenaza en el Sahel. Los libros de la catarata, Madrid, 2009. Pág. 90.
[13] En el caso del traslado por mar se hace en barcos que sólo navegan por la noche y por el día se mantienen al pairo cubiertos con lonas azules, tardando así cuatro o cinco noches en cruzar el Atlántico. Los traslados por aire se hacen en aviones pequeños a los que se instalan depósitos suplementarios para aumentar su autonomía de vuelo y que aterrizan en pistas poco vigiladas en los países de destino.
[14] ECHEVERRÍA JESÚS, C. : «La evolución de la amenaza..». Op. Cit. Pág. 29.
[15] Fundada el 4 de febrero de 1998 en Trípoli, a iniciativa del dirigente libio Muammar el Gaddafi, la CEN-SAD es la mayor comunidad económica regional de África y abarca el 45% de los territorios africanos y cerca de la mitad de la población del continente. Tiene por objetivo reforzar la cooperación política y económica entre sus miembros, preservar la seguridad regional y promover la integridad regional. En los últimos años, este bloque de 28 miembros pretende organizar una reunión regional con el fin de definir una estrategia colectiva para hacer frente a la creciente amenaza de este grupo terrorista.
[16] TOURÉ, Kadiata: «Estrategias políticas y cooperación entre los países del Sahel para combatir el terrorismo en Mauritania». Cuadernos del Mediterráneo. Edita Instituto Europeo del Mediterráneo (Iemed). 2010. Pág. 252. http://www.iemed.org/publicacions/quaderns/13/qm13ESP_pdf/16.pdf