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22 de marzo: Día Mundial del Agua 2012

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Elaborado por Intermón Oxfam

Este año ha llovido muy poco en la región del Sahel y millones de personas se encuentran con serias dificultades para sobrevivir. Ante una sequía de tal magnitud, en Intermón Oxfam trabajamos para que la población tenga medios para disponer de algo tan vital como el agua. Desde Mauritania, nuestra oficial de medios, Irina Fuhrmann, nos cuenta cómo el acceso a una bomba de agua permite que las cooperativas hagan crecer sus verduras cerca del río Senegal y cómo la perforación de pozos proporciona agua a las comunidades que viven lejos del río.

En el sur de Mauritania, el río Senegal ejerce de frontera natural entre los dos países. Pero ese gran lecho de agua azul verdoso recuerda cada día a los miles de personas que viven a sus orillas que no sólo es necesario tener agua, sino que es imprescindible tener medios para utilizarla. Más aún, cuando en años de sequía como el actual, la lluvia ha caído de forma casi imperceptible.

No hablamos sólo del agua para beber, las personas y los animales, sino del agua que hace crecer los cultivos de cereales y el pasto para los rebaños, en un país donde viven más cabezas de ganado que personas.

Huertos en el desierto

¿Qué hacer cuando no hay cereales y cuándo el ganado no tiene con qué alimentarse? Para algunas mujeres en el sur de Mauritania existe otra alternativa: la huerta. Desde hace años, Oxfam apoya a distintas cooperativas en la zona, con el objetivo de aumentar sus beneficios, además de proporcionarles una dieta más variada. Pero este año, para muchas de ellas la huerta se ha convertido en la única fuente de ingresos:

«Estamos trabajando sin descanso, con todos nuestros esfuerzos puestos en esta producción, pues de ella depende nuestra vida y la de nuestros hijos durante los próximos meses» explica Aminata Yero Dia, de la comunidad de Ganki.

«Con la venta de estas cebollas, podré pagar azúcar, arroz, aceite y ropa para mis hijos» añade dejando claro que este año todo lo que gane será consumido.

Con un sistema bien organizado de aportaciones comunitarias, las mujeres cotizan para obtener la infraestructura mínima que hace funcionar el huerto: una bomba de agua, un sistema de riego canalizado y el carburante para su uso. Estas pequeñas huertas agrupadas, situadas en el valle, son el único punto verde que se ve en la zona.

«El río lleva menos caudal por lo que hemos tenido que alargar la tubería hasta poder alcanzar la orilla y como no ha habido crecida el agua no es de tan buena calidad» añade Aminata, sin quejarse, pues sabe que es de las pocas que podrá contar con algún ingreso durante los próximos meses.

Acceder a agua lejos del río

«Teníamos dos pozos para toda la comunidad, pero este año uno se ha secado y el otro está teniendo muy bajo rendimiento» explica Mohammed Would Barma, el jefe de Natriguel, una comunidad situada a una decena de kilómetros del río. En estas poblaciones más alejadas, donde la horticultura no es posible, y la infraestructura es mínima, la sequía está resultando todavía más desafiante.

Desde Oxfam trabajamos para rehabilitar los pozos, acondicionar su profundidad a las necesidades de este año y sensibilizar a la población sobre los hábitos higiénicos, para evitar que las enfermedades diarreicas aumenten la malnutrición entre los niños.

En las regiones de Brakhna y Gorgol, antes consideradas el granero del país, viven la mayoría de las 700.000 personas que este año se enfrentan a la inseguridad alimentaria en Mauritania. Un valle regado por el río Senegal, un caudal que silencioso e infrautilizado, atraviesa silenciosamente esta tierra seca hasta desembocar en el mar.

Para más información sobre el trabajo de Intermón Oxfam sobre agua, higiene y saneamiento en acción humanitaria véase el siguiente enlace: http://www.intermonoxfam.org/es/que-hacemos/accion-humanitaria/como-trabajamos/wash

Foto: Warya construye con sus manos las contenciones de barro para canalizar el agua de riego a través del huerto.

(c) Pablo Tosco / Intermón Oxfam

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