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Yihadismo en Francia, una amenaza real

(Para Radio Nederland)

Al menos desde que España (11-3-2004) y Gran Bretaña (7-6-2005) sufrieron graves atentados de neto perfil yihadista, Francia era consciente de que la amenaza le afectaba igualmente de manera muy directa. Aunque han sido muchos desde entonces los planes abortados por los servicios de seguridad franceses, desgraciadamente matar es demasiado fácil y todos los sistemas de seguridad tienen, por definición, resquicios que siempre pueden ser aprovechados por quienes tengan voluntad para cometer actos violentos.

Esto es todavía más claro si, como parece en este caso, quien actúa no es un grupo más o menos numeroso sino un «lobo solitario» peculiar, que no necesita coordinarse con nadie para asesinar indiscriminadamente a ciudadanos anónimos. Hasta donde se conoce actualmente, cuando Mohamed Merah ya ha dejado de ser un peligro para los franceses, su afán asesino es el resultado de un proceso de radicalización que le ha llevado desde la delincuencia común hasta la inmersión en las redes yihadistas, incluyendo su instrucción en Afganistán/Pakistán.

Hablamos, de confirmarse lo que de momento solo se conoce de fuentes gubernamentales francesas, de un individuo que ha reconocido lo que ha hecho y que únicamente se arrepiente de no haber logrado provocar más muertes, mientras trataba de justificar las siete que ha acumulado como respuesta al sufrimiento palestino a manos de Israel, a la intervención francesa en Afganistán y al rechazo de las autoridades francesas a permitir el velo integral de las mujeres de identidad islámica en su territorio.

Puntos de reflexión

A la espera de que se vayan conociendo los detalles de lo ocurrido estos días en Francia, cabe apuntar ya algunos elementos de reflexión. Entre ellos, y siempre de manera provisional, destacan los siguientes:

– Todos estamos expuestos a la amenaza terrorista en la medida en que el terrorismo internacional yihadista cuenta con células activas en muchos lugares del planeta incluyendo, obviamente, a Europa). La nefasta estrategia de la «guerra contra el terror», liderada por la anterior administración estadounidense, no solo no logró eliminar el problema sino que contribuyó a amplificarlo (con frecuencia se insiste en que si el Afganistán de los años ochenta del pasado siglo fue la escuela de Al Qaeda, el Irak de la pasada década ha sido la facultad de esta red terrorista internacional).

– Al mismo tiempo que el núcleo central de la red -localizado en la zona fronteriza entre Afganistán y Pakistán- ha sido muy castigado en estos últimos años, hasta el punto de debilitar muy significativamente su capacidad operativa, se ha incrementado notablemente la de sus franquicias regionales, con Al Qaeda del Magreb Islámico como la más próxima al territorio europeo. Esto ha llevado a entender que en un determinado momento estas franquicias terminarían por ampliar su radio de acción para atentar directamente en suelo continental.

– En esa línea, y conscientes de la creciente dificultad para planificar y ejecutar operaciones que impliquen a un grupo numeroso, se preveía asimismo que podrían optar por utilizar «lobos solitarios» (individuos preferentemente nacionales de algún país europeo, en la medida en que esa característica facilitaba sus movimientos dentro del espacio Schengen) previamente radicalizados. Merah no parece, de todos modos, un terrorista solitario (que actúa por «autorradicalización»), sino más bien la mano ejecutora de un plan elaborado por un grupo inspirador.

– Esta opción, aunque también indica la capacidad de estos grupos para modificar rápidamente su modus operandi, refleja una innegable debilidad estructural de Al Qaeda y sus grupos afines. En definitiva, siguen siendo capaces de golpear mortalmente, pero han tenido que reducir la magnitud de sus ataques ante el creciente acoso de los servicios policiales y de información e inteligencia.

– El odio a los judíos sigue siendo hoy un factor muy presente en determinados círculos de opinión europeos. Ese sentimiento debe ser radicalmente condenado y nada justifica un acto violento como el que ha provocado la muerte de un rabino y tres niños de un colegio de Toulouse (ni tampoco el de los militares franceses en Montauban). Esta realidad, sin embargo, debe obligar a reflexionar a todos, sobre la necesidad de evitar la aplicación de dobles varas de medida para enjuiciar todo acto violento y, especialmente, a las autoridades israelíes para entender las consecuencias contraproducentes de su propia estrategia de fuerza contra sus vecinos.

– Aunque de momento tanto unos como otros han tratado de presentarse unidos en el rechazo al terrorismo y al antisemitismo en cualquiera de sus formas, el contexto electoral en el que ya está inmersa Francia plantea la tentación de que lo ocurrido sea utilizado como una baza para tratar de conseguir mejores resultados en los comicios presidenciales del próximo 22 de abril. Si así ocurre se seguirá sin entender que toda disensión en este asunto se traduce en una ventaja para los terroristas. Ojalá nadie sea tan ciego y sordo como para cometer ese error.

 

 

 

 

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