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Actualidad | Artículos propios

República Democrática del Congo, elecciones y violencia

 

Situada en el corazón de África, la República Democrática del Congo (RDC) vive aún en el olvido de muchos a pesar de los conflictos que azotan su territorio, marcado por diferencias étnicas e intereses económicos, entre otras cosas.

 

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Situada en el corazón de África, la República Democrática del Congo (RDC) vive aún en el olvido de muchos a pesar de los conflictos que azotan su territorio, marcado por diferencias étnicas e intereses económicos, entre otras cosas. Estas dos circunstancias han convertido a esta zona en un campo de batalla perpetuo. Los principales focos de violencia se sitúan en las regiones donde cohabitan diversas tribus y donde distintos grupos armados se disputan el control de la zona, caracterizada por los importantes yacimientos de diamantes, oro, petróleo, estaño, uranio y coltán. Precisamente este último mineral es uno de los más codiciados en la actualidad, debido a su utilización para la fabricación de móviles y otros dispositivos que conforman el sector de las nuevas tecnologías. A esto, se le suma que el 80% de las reservas mundiales de coltán se localiza en este país, concretamente en la región de Kivu, lo que lleva a la pugna por su abastecimiento, estimulada por unas autoridades corruptas y sobornadas desde el exterior por multinacionales extranjeras que venden y exportan prácticamente gratis las riquezas de esta región.

En este contexto, la RDC acaba de celebrar elecciones presidenciales y legislativas en medio de un clima de violencia e inseguridad. El pasado 28 de noviembre tuvieron lugar los segundos comicios democráticos de la historia del país. En total se han presentado 11 candidatos presidenciales y alrededor de 18.000 para el Parlamento. El actual presidente, Joseph Kabila, del partido del Pueblo para la Reconstrucción y Democracia (PPRD), se ha presentado para la reelección, después de cinco años de mandato. Su principal rival era Etienne Tshisekedi, perteneciente al partido Unión para la Democracia y el Progreso Social (UDPS). Todo apunta a que el próximo 6 de diciembre la Comisión Electoral anunciará la victoria de Kabila, y el día 15 del mismo mes se sabrá quiénes ocupan los escaños del Parlamento.

Aproximadamente 32 millones de congoleños estaban llamados a las urnas (de un total de 75 millones de habitantes). La jornada se caracterizó por una serie de sucesos violentos (como la quema de colegios electorales en el feudo de la oposición) y por la falta de organización, aunque en la capital transcurrió con relativa normalidad. Cabe destacar que esta situación venía ya produciéndose desde el arranque de la campaña. De hecho, el Consejo de Seguridad de la ONU había lanzado un llamamiento en las últimas semanas para que el proceso se llevara a cabo de forma pacífica. Sus preocupaciones derivaban de los hechos acaecidos desde el comienzo de dicha campaña, el pasado 28 de octubre, con crecientes enfrentamientos entre los seguidores de Kabila y Tshisekedi, así como una serie de episodios violentos con la población civil como principal afectada. El Consejo de Seguridad emitió ese comunicado después de recibir el informe de la situación en el país de la mano del representante especial de la ONU para la RDC, Roger Meece, y de la representante especial sobre violencia sexual en conflictos, Margot Wallstrom, que insistía en que los grupos armados utilizan las violaciones como arma de guerra.

El presidente de la Asociación Africana de Defensa de Derechos Humanos (ASADHO), Jean-Claude Katende, también ha denunciado que la violencia registrada durante la campaña supera a la vivida en el año 2006, fecha de los últimos comicios. Asimismo, la Unión Europea, en su misión de observación electoral en la RDC liderada por Mariya Nedelchev, miembro del Parlamento Europeo, ha denunciado diversos incidentes surgidos en Mbuji Mayi, donde murió un niño y varios civiles resultaron heridos al inicio de la campaña. Por otro lado, la UE lamenta las restricciones impuestas a la población para manifestarse o celebrar concentraciones en Kasai Oriental, derechos reconocidos en la Constitución congolesa. También le preocupa la detención de diversos periodistas en Kinshasa y Mbuji Mayi en el ejercicio de sus funciones. Por todo ello, la Unión pidió encarecidamente que los líderes políticos asumieran su responsabilidad y garantizaran un proceso electoral pacífico, respetando, por otro lado, el trabajo de la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI).

En este clima de tensión, la violencia también ha traspasado la frontera, llegando por ejemplo a Barcelona, donde el pasado 9 de noviembre falleció Paul Bimba Mazembe, Secretario Ejecutivo del PPRD-España desde 2009. Bimba fue víctima de una brutal agresión que acabó con su vida y dejó heridos a otros dos compañeros de partido. Evariste Boshab, Secretario General del PPRD en Kinshasa, declaró que los agresores formaban parte de los llamados «combatientes», quienes tendieron una emboscada a Bimba. El término «combatientes» alude a los militantes de UDPS, puesto que son ellos mismos los que se hacen llamar así. Boshab culpa de esta forma a la oposición de instrumentalizar a la juventud marginal para lograr sus fines violentamente.

En resumen, el balance total de estos episodios hasta la fecha es de al menos 30 muertos y decenas de heridos a cauda de los enfrentamientos entre seguidores de los distintos aspirantes.

Por otra parte, cuatro candidatos oponentes de Kabila han exigido que se invaliden las elecciones alegando fraude sistemático. Argumentan que muchos votantes afirman que sus nombres no se encontraban en las listas, otros denuncian que en determinadas poblaciones rurales donde la mayoría de la población es analfabeta los delegados de los partidos se peleaban por acompañar a los votantes a las cabinas para persuadirlos y en ciertas localidades las elecciones se han celebrado con un día de retraso por problemas en la organización. También se ha cuestionado el papel de la CENI, con graves acusaciones por falta de transparencia. Incluso se le ha llegado a interponer una demanda por fraude desde el UDPS.

Desgraciadamente, la RDC sigue aún sin asentar la paz tras la Segunda Guerra del Congo (1998-2003), en la que se vieron implicados siete países africanos y en la que perdieron la vida unos tres millones de personas. Todavía hoy la ONU tiene desplegados 22.000 efectivos para mantener la paz en esta región mediante la MONUSCO (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo).

Los previsibles resultados electorales impiden atisbar cuándo la RDC podrá finalmente superar una situación marcada desde hace tanto tiempo por la pobreza (2/3 partes viven por debajo del umbral de la pobreza), la violencia y la corrupción.

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