(Para Radio Nederland)
En Perú, los primeros datos y reacciones de los mercados –ese ente al que nadie parece controlar y que, sin embargo, controla todo- tras el triunfo de Ollanta Humala en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales peruanas, no podían ser más alarmantes: derrumbe de la Bolsa de Lima y señales de aviso al flamante presidente por parte de los inversores..
Escuche la entrevista con Francisco Rey Marcos
Crecimiento sin equidad
El mantra más repetido durante la campaña electoral y en los últimos años por todos los mandatarios peruanos y los organismos financieros internacionales Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM) ha sido el de enfatizar el crecimiento sostenido de Perú a un ritmo de en torno al 5% anual, con años incluso por encima del 8%. Pero ese dato cierto, debe ser analizado más en detalle, ya que se ha basado en un crecimiento desmesurado de la industria extractiva y las explotaciones mineras y de otros recursos para la exportación, y su impacto al día de hoy sobre los sectores populares ha sido muy escaso. El propio BM reconoce que el 66% de la población rural vive en situación de pobreza y más de un tercio en pobreza extrema. Pobreza que se hace más profunda, entre el 74 y el 88 %, en las regiones sureñas de Ayacucho, Puno, Apurimac o Huancavelica. Respecto al desempleo y a las elevadas tasas de informalidad, el Instituto Nacional de Estadística cifra el desempleo en un 58%, siendo el sistema de protección social de este colectivo muy escaso, sin posibilidades de pensión por retiro o jubilación, y existiendo todavía un porcentaje muy elevado de personas, el 68% se calcula, sin acceso a redes de saneamiento. Estas desigualdades e inequidades, pese a las elevadas tasas de crecimiento, quedan claras con ciertos datos. El sociólogo peruano Julio Cotler lo planteó claramente hace unos meses: «la paradoja del Perú es que los salarios cayeron el 10% en los últimos 10 años, pero los beneficios de los grandes grupos económicos crecieron el 30%».
Durante la campaña electoral
Ollanta Humala anunció diversos programas de inclusión social para estos colectivos (Pensión 65, nutrición infantil, subida del salario básico,…) que serán los primeros test sobre su real compromiso con estos sectores. Además, no hay que olvidar que la atención de anteriores mandatarios a la educación y la infancia ha sido escasa. Recordando, también, el fuerte componente indígena de la sociedad peruana, frecuentemente ninguneado por el presidente Alan García y que en muchas zonas extractivas del país plantea ya numerosos conflictos que deberán abordarse de modo distinto a como lo hizo el presidente saliente.
Inversión extranjera
Perú ha sido durante el año 2010 uno de los países de América Latina con más crecimiento de la inversión extranjera con el elemento diferenciador del elevado papel de los países asiáticos, especialmente Japón y China. Según datos de la UNCTAD, Perú fue en 2010 uno de los países de la región que han registrado el mayor aumento de inversiones directas (casi el 45%), superando incluso a Chile y justo por detrás México. Al estar muchas de estas inversiones concentradas en la minería, la alta dependencia de estos flujos de capital, que el país necesita, plantea retos a la hora de limitar, o al menos controlar estas industrias que han tenido y tienen elevados impactos sociales y medioambientales.
Búsqueda de estabilidad política para consolidar políticas sociales
El triunfo de Humala, sin duda, abre expectativas a una nueva izquierda latinoamericana y, consolida tendencias como la anterior victoria de Susana Villarán en la alcaldía de Lima. No obstante, la debilidad parlamentaria del futuro presidente y su partido Gana Perú, y la mezcla de sectores y tendencias que le han apoyado, le va a obligar a un juego de alianzas políticas, tanto a escala nacional como regional, en las que deberá demostrar cintura y capacidad de negociación. De ello depende, en gran medida, que se puedan poner en marcha las políticas sociales y redistributivas, y se avance en la equidad que Perú necesita. Pero la esperanza es clara y la sensación de oportunidad histórica para avanzar en ese camino, también.