Netanyahu no quiere la paz
Para elDiario.es


Lo ha dejado claro en numerosas ocasiones. El objetivo principal de Benjamin Netanyahu es la victoria absoluta; algo que, además, dice tener al alcance de la mano. Y da igual si para lograrlo tiene que saltarse las normas más básicas de la guerra y masacrar a inocentes, violando de paso el derecho internacional humanitario. Tampoco muestra reparos en mentir, al forzar a los gazatíes a amontonarse en Rafah, con el argumento de que allí estarán a salvo de los ataques, para a continuación bombardearlos, matarlos de hambre hasta el exterminio y, posteriormente, ordenar una inminente “operación masiva” en el sur de Gaza. Todo sea por una victoria que sueña que le servirá para recuperar su muy dañada imagen de garante de la seguridad de sus conciudadanos, tras el aplastante fallo de valoración política que cometió el pasado 7 de octubre.
Del mismo modo, tampoco quiere la liberación de las personas que todavía están en manos de Hamás; o, al menos, ésa no es su prioridad. Por un lado, lo ha demostrado aplicando una vez más la directiva Hannibal, aunque eso suponga matar a su propia gente cuando tratan de escapar de su encierro portando bandera blanca o cuando sus carros de combate arrasan un edificio donde estaban algunos de ellos junto a sus captores.