Mujeres, paz y seguridad: una mirada crítica a la Resolución 1325 tras 25 años


Este año se conmemora el 25º aniversario de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Mujeres, Paz y Seguridad (MPS). Adoptada en 2000, esta resolución supuso un avance histórico al integrar la perspectiva de género en los debates internacionales sobre paz y seguridad, visibilizando tanto el impacto de los conflictos en las mujeres como su papel clave en la resolución de crisis y la construcción de una paz sostenible (Consejo de Seguridad de la ONU, 2000). Sin embargo, tras un cuarto de siglo, sigue siendo necesario evaluar sus logros, limitaciones y los desafíos que persisten en su implementación.
Una agenda en expansión, pero con barreras estructurales
La agenda MPS nació con dos objetivos fundamentales: garantizar la participación de las mujeres en la toma de decisiones sobre paz y seguridad y proteger sus derechos en contextos de conflicto. En los años siguientes, el Consejo de Seguridad amplió este marco con diez resoluciones adicionales, cinco enfocadas en la participación activa de las mujeres en la consolidación de la paz y cinco destinadas a prevenir la violencia sexual en conflictos (Naciones Unidas, 2023).
Desde su adopción, la Resolución 1325 ha reforzado otros marcos normativos internacionales, como la Plataforma de Acción de Beijing y la Convención para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), promoviendo políticas de género en la gestión de la paz y la seguridad global (ONU Mujeres, 2012). A nivel institucional, ha impulsado la adopción de Planes Nacionales de Acción (PAN) en 107 países, con un enfoque cada vez más amplio que incluye temas emergentes como el cambio climático, la ciberseguridad y la discriminación interseccional (Gómez, 2024).
No obstante, la implementación de la agenda sigue enfrentando barreras estructurales. La inequidad en el acceso a recursos es uno de los mayores obstáculos, pues solo el 26% de los PAN contaban con un presupuesto específico al momento de su lanzamiento (Cordaid/GNWP, 2014). Además, la falta de rendición de cuentas debilita su impacto: aunque el 86% de los PAN incluyen indicadores de seguimiento, la ausencia de mecanismos efectivos para medir resultados limita su alcance real. Esta falta de obligatoriedad ha convertido a la agenda MPS en un marco dependiente de la voluntad política de los Estados, sin garantías de aplicación efectiva.
Más allá de las narrativas tradicionales
Uno de los mayores logros de la Resolución 1325 ha sido visibilizar el papel de las mujeres en los conflictos, no solo como víctimas, sino también como combatientes, activistas políticas y constructoras de paz. Sin embargo, persisten estereotipos de género que restringen su reconocimiento en estos roles (Institut Català Internacional per la Pau, 2015).
A lo largo de la historia, las mujeres han desempeñado papeles fundamentales en conflictos armados: desde lideresas militares como Juana de Arco o las soldaderas en la Revolución Mexicana, hasta su participación en movimientos pacifistas y de resistencia, como Malala Yousafzai o el movimiento sufragista. Sin embargo, la narrativa dominante las ha presentado mayoritariamente como cuidadoras, víctimas indefensas o mensajeras de paz, relegándolas a posiciones subordinadas en los procesos de negociación y reconstrucción postconflicto.
Los desafíos persistentes: participación, recursos y violencia de género
A pesar de los avances, la participación efectiva de las mujeres en los procesos de paz sigue siendo limitada. En 2022, solo el 16% de los negociadores en procesos dirigidos o codirigidos por la ONU eran mujeres, una disminución respecto a años anteriores (Naciones Unidas, 2023). Además, solo el 33% de los acuerdos de paz firmados ese año incluyeron disposiciones de género, lo que limita la protección de los derechos de las mujeres en escenarios de posconflicto (Consejo de Seguridad de la ONU, 2023).
Esta baja representación es consecuencia de múltiples factores, incluyendo la falta de financiamiento para garantizar la inclusión de mujeres en espacios de toma de decisiones y la ausencia de marcos presupuestarios específicos que respalden su participación (Cordaid/GNWP, 2014). Redes internacionales como Global Network of Women Peacebuilders han abogado por la creación de mecanismos de transparencia en el uso de recursos, pero la brecha sigue siendo evidente.
Otro desafío crucial es la persistencia de la violencia sexual en conflictos. A pesar de los avances normativos, la violencia sexual sigue siendo utilizada como táctica de guerra. En 2022, la ONU verificó 2.455 casos denunciados de violencia sexual en zonas de conflicto, aunque el subregistro sigue siendo una preocupación (Naciones Unidas, 2023). Actualmente, 614 millones de mujeres y niñas viven en países afectados por conflictos, un 50% más que en 2017, lo que las expone a múltiples formas de violencia y exclusión en los procesos de reconstrucción y reconciliación (Consejo de Seguridad de la ONU, 2023).
La implementación de la Agenda MPS en España
La implementación de la Agenda de Mujeres, Paz y Seguridad (MPS) en España ha sido un proceso progresivo que refleja el compromiso del país con los principios de la Resolución 1325 de la ONU. A lo largo de los años, España ha promovido políticas estratégicas para garantizar la participación de las mujeres en la toma de decisiones sobre paz y seguridad, tanto a nivel nacional como en el ámbito internacional. Este esfuerzo se ha materializado a través de la adopción de planes de acción que buscan integrar la perspectiva de género en la seguridad y defensa, así como en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria.
En 2017, España aprobó el II Plan Nacional de Acción de Mujeres, Paz y Seguridad (2017-2023), cuyo objetivo ha sido consolidar el marco institucional para garantizar la participación de las mujeres en procesos de paz, prevenir la violencia de género en contextos de conflicto y reforzar la protección de mujeres y niñas en situaciones de guerra (Ministerio de Defensa de España, 2017). Este plan ha articulado diversas líneas estratégicas, entre ellas, el aumento de la representación femenina en la diplomacia y en la mediación de conflictos, el fortalecimiento de mecanismos de protección frente a la violencia sexual en conflictos y la adopción de políticas de prevención que aborden las desigualdades estructurales que perpetúan la exclusión de las mujeres en el ámbito de la seguridad. Asimismo, el plan ha destacado la importancia de garantizar recursos suficientes para la implementación de estas medidas, asegurando su viabilidad a largo plazo (AECID, 2019).
España ha desempeñado un papel destacado en la promoción de la agenda MPS en la política exterior y la cooperación internacional, especialmente a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Este compromiso se ha reflejado en el apoyo a proyectos de desarrollo y en la integración de un enfoque de género en la ayuda humanitaria, priorizando la protección y el empoderamiento de mujeres y niñas en zonas afectadas por conflictos (AECID, 2019). Por su parte, el Ministerio de Defensa ha trabajado en la inclusión de la perspectiva de género en las fuerzas armadas, fomentando la participación de mujeres en operaciones internacionales de paz y desarrollando programas de formación en violencia de género para el personal militar (Ministerio de Defensa de España, 2017).
A nivel interno, España ha integrado los principios de la agenda MPS en sus políticas de seguridad, promoviendo la incorporación de mujeres en las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y fortaleciendo los programas de protección a víctimas de violencia de género. No obstante, la representación de mujeres en altos cargos dentro del sector de la seguridad y la defensa sigue siendo baja, lo que limita la posibilidad de generar cambios estructurales en la toma de decisiones estratégicas (Gómez, 2024).
A pesar de los avances logrados, la implementación de la Agenda de Mujeres, Paz y Seguridad en España sigue enfrentando desafíos importantes. La persistencia de desigualdades de género en el ámbito político y militar sigue siendo una barrera para la plena inclusión de las mujeres en la toma de decisiones sobre paz y seguridad. Además, aunque se han promovido políticas para abordar la violencia sexual en conflictos, este sigue siendo un problema crítico que requiere una mayor coordinación internacional y el fortalecimiento de mecanismos de rendición de cuentas (Consejo de Seguridad de la ONU, 2023). La financiación también sigue siendo un reto, ya que garantizar recursos sostenibles es clave para la implementación efectiva de las políticas de género en la seguridad y la defensa (Cordaid/GNWP, 2014).
Con la finalización del II Plan Nacional de Acción en 2023, España está evaluando los avances y desafíos pendientes con el objetivo de diseñar un III Plan Nacional que fortalezca la integración de la perspectiva de género en las políticas de seguridad (Ministerio de Defensa de España, 2017). En este contexto, se busca consolidar la igualdad en la toma de decisiones, mejorar la prevención de conflictos desde un enfoque de género y reforzar la protección de las mujeres en contextos de crisis. La implementación de la agenda MPS en España ha avanzado significativamente en los últimos años, con un marco legal y político sólido, esfuerzos en el ámbito de la cooperación internacional y la integración de políticas de género en la seguridad nacional. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer para superar las barreras estructurales y consolidar un enfoque más inclusivo y efectivo en la construcción de la paz y la seguridad (Instituto de las Mujeres, s.f.).
Hacia una implementación real y una visión más inclusiva
Para que la Resolución 1325 logre un impacto transformador, es necesario replantear algunos de sus enfoques y fortalecer su implementación. Es fundamental incorporar un enfoque interseccional que tenga en cuenta cómo el género se cruza con otros factores como la raza, la clase y la etnicidad. Asimismo, se requiere un compromiso real por parte de los Estados para dotar de recursos suficientes a la implementación de la agenda (Cordaid/GNWP, 2014). Sin una financiación adecuada, la participación de las mujeres en procesos de paz seguirá siendo simbólica y los compromisos internacionales carecerán de impacto tangible (Naciones Unidas, 2023).
A 25 años de su adopción, la Resolución 1325 ha sido clave para integrar la perspectiva de género en la seguridad internacional, pero aún queda un largo camino por recorrer (Naciones Unidas, 2023). La paz sostenible solo será posible si las mujeres son plenamente incluidas en la toma de decisiones y si sus derechos están protegidos en todos los niveles de la agenda internacional de seguridad. El desafío ahora no es solo garantizar su participación, sino transformar las estructuras de poder que han perpetuado su exclusión.
Referencias
Gómez, M. (2024). La Resolución 1325 de 2000: su implementación en España y la OTAN. Revista Científica General José María Córdova, 22(34), 218-235. Recuperado de https://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S1900-65862024000100218&script=sci_arttext
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. (2023). Las mujeres y la paz y la seguridad: Informe del Secretario General (S/2023/725). Recuperado de https://digitallibrary.un.org/record/4064287/files/S_2024_671-ES.pdf
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). (2019). La Cooperación Española apoya la implementación de la Resolución 1325 de Naciones Unidas sobre mujer, paz y seguridad. Recuperado de https://www.aecid.es/w/la-cooperacion-espanola-apoya-la-implementacion-de-la-resolucion-1325-de-naciones-unidas-sobre-mujer-paz-y-seguridad
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Ministerio de Defensa de España. (2017). II Plan Nacional de Acción de Mujeres, Paz y Seguridad (2017-2023). Gobierno de España. Recuperado de https://www.defensa.gob.es/Galerias/ministerio/organigramadocs/omi/OD-5-IIPLAN-NACIONAL-ACCION.pdf
Instituto de las Mujeres. (s.f.). Mujeres, Paz y Seguridad en España. Ministerio de Igualdad, Gobierno de España. Recuperado de https://www.inmujeres.gob.es/areasTematicas/Internacional/MujeresPazSeguridad.htm
Institut Català Internacional per la Pau (ICIP). (2015). 15 años de la Resolución 1325 de las Naciones Unidas. Recuperado de https://www.icip.cat/wp-content/uploads/2020/12/1325-castella-maquetat.pdf
Cordaid/GNWP (2014). Financing for the implementation of National Action Plan on UN Security Council Resolution 1325: critical for advancing women’s right, peace and security. Nueva York: GNWP.
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Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. (2000). Resolución 1325 sobre Mujeres, Paz y Seguridad. Naciones Unidas. Recuperado de https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2006/1759.pdf i