Mozambique. “Gobierno sordo y mudo”, gritan ciudadanos en manifestación contra la guerra
“Esto es el verano del Índico” declaraba João Massango, candidato del Partido Ecologista a las elecciones autárquicas (municipales), en alusión a la primavera árabe durante una entrevista en la primera gran manifestación de la sociedad civil frente a los ataques violentos de los últimos días. Tras una semana de enfrentamientos entre las fuerzas del ejército y los hombres armados del principal partido de la oposición, pese a la escalada de raptos en la capital, los mozambiqueños salieron a la calle en lo que es el primer grito público contra la reciente ola de violencia que amenaza la estabilidad del país.
En la capital, Maputo, el tránsito y la habitual agitación matinal transcurría de forma más lenta y con menos embotellamiento. Algunas tiendas estaban cerradas y es allí, frente a la estatua de Eduardo Mondlane, uno de los líderes de la independencia de Mozambique, que se inicia la marcha pacífica organizada por la Liga dos Direitos Humanos (LDH) y por distintas confesiones religiosas.
Durante cerca de dos horas los manifestantes marchan de forma organizada por las principales arterias de la capital en una clara condena a la actitud del gobierno. “El Gobierno esta sordo y mudo”, “fuera raptores”, “fuera corruptos” gritan los manifestantes, muchos de los cuales van vestidos con camisetas apelando a la seguridad, justicia y paz. A la cabeza de la organización de esta protesta colectiva está Alice Mabota, conocida activista y presidente de la LDH que afirma, mientras sigue el trayecto de la manifestación “despierten mozambiqueños, ya basta (…); si lo pusimos donde ahora está también lo podemos sacar de allí” en una clara referencia al Presidente de la República que, según esta líder, “es connivente con la situación de inseguridad que vive el país”.
En los últimos 10 años Mozambique ha conocido un considerable crecimiento económico, potenciado por las minas de carbón y, más recientemente, por el descubrimiento de una de las mayores reservas de gas natural, en la Bacía del Rovuma, al norte del país. Sin embargo, el país sigue siendo el tercero con un índice de desarrollo humano más bajo(1), con una alta tasa de pobreza y analfabetismo y con uno de los más altos niveles de corrupción del mundo(2).
El FRELIMO (Frente de Libertação de Moçambique) y la RENAMO (Resistência Nacional Moçambicana) formaron los dos grandes bloques de una guerra civil sanguinaria que duró 16 años y que culminaba con el tratado de paz de 1992. Desde 1994 el FRELIMO se vio al mando del poder, no habiendo sido traspasado electoralmente en ningún momento por su opositora RENAMO. En las últimas elecciones presidenciales de 2009, Armando Guebuza, el actual Presidente, sería reelegido con el 75% de los votos a pesar de algunas acusaciones de irregularidades electorales.
Las divergencias entre ambos partidos se mantuvieron durante años, se recrudecieron hace un año y se han intensificado en los últimos meses. En Octubre de 2012, Afonso Dhlakama, líder de la RENAMO, se instala en una de las antiguas bases militares de la guerrilla, en la región de la Gorongosa, y allí establece la nueva base del partido. Desde uno de los bastiones de la RENAMO, la provincia de Sofala, Afonso Dhlakama protesta y va dando claras señales de insatisfacción en lo que concierne a la representación de su partido en las fuerzas armadas y en la Comisión Nacional Electoral. El partidismo del Estado es el principal enfoque de sus protestas, con un innegable objetivo de alcanzar una tajada más grande de los beneficios del carbón y del gas. Las conversaciones con el gobierno se iniciaban a finales de 2012 pero terminarían sin éxito ni acuerdo.
A partir de Abril de este año empezaron una serie de enfrentamientos localizados entre las fuerzas del ejército y militantes de la RENAMO provocando el recrudecimiento del miedo en la población y dejando en alerta a los inversores extranjeros. En la gran mayoría de los casos ambas fuerzas alegan actuar en retaliación frente a una provocación o ataque del opositor. La RENAMO argumenta que sufre diversas invasiones a su base y el gobierno fundamenta su actuación en la legítima defensa y mantenimiento de la estabilidad, mientras se elevan a más de una docena las muertes de civiles durante estos ataques localizados en el centro del país.
Paralelamente, se desarrolla una ronda de negociaciones en que los líderes de ambos partidos afirman estar abiertos a la vía del diálogo pero no llegan a encontrar un consenso. La RENAMO llega a solicitar la presencia de mediadores y observadores nacionales e internacionales pero el FRELIMO se opone a esta propuesta.
En Agosto el gobierno se embarca en los preparativos pre-electorales, pero el plazo de registro de partidos políticos para las “autárquicas” terminaría sin que la RENAMO se hubiera presentado, tornando así oficial su boicoteo a unas elecciones cuyo líder de este partido designaría de “acto fatal para la democracia multipartidaria una vez que los órganos electorales están incompletos”(3).
La semana que comenzaba el 21 de Octubre de 2013 elevaría Mozambique a noticia de portada de varios medios internacionales; la toma y control de la base de la RENAMO por las fuerzas militares mozambiqueñas y el desaparecimiento de su líder, que sigue, hasta el día de hoy vivo pero en paradero incierto, marcaba el inicio de enfrentamientos militares casi diarios entre las dos fuerzas, no solo en la provincia de Sofala sino también en Nampula. El portavoz de la RENAMO acusó enseguida al Presidente de la República y jefe máximo de las fuerzas de seguridad de poner así término a los acuerdos de paz, a la vez que éste último declaraba no ser posible tener dos ejércitos en el país.
Aunque algunos analistas afirmen que no se trata de una vuelta a un conflicto bélico, el académico Lourenço do Rosário, uno de los mediadores entre las dos fuerzas políticas, afirma que los recientes acontecimientos corresponden a una guerra no declarada.
En un año de fuertes inversiones en el país, de definición de mega-proyectos de gas en la provincia de Cabo Delgado y de elecciones municipales que preceden las presidenciales de 2014, Mozambique vive un ambiente turbulento y la peor crisis política de los últimos años. A pesar de que la tensión esté en este momento limitada al centro y norte del país, ya ha logrado despertar el fantasma de los 16 años de guerra civil. Comunidades enteras de pueblos localizados en la provincia de Sofala y Nampula, cercanos a los enfrentamientos ocurridos, abandonaron ya sus casas para refugiarse en el bosque, y temen perder los pocos bienes que poseen. Una continuación de los actuales conflictos pondrá segura y gradualmente en riesgo el desarrollo socio-económico logrado durante las últimas décadas y agravará el nivel de pobreza de las capas más bajas de la sociedad.
Aunque Afonso Dhlakama ya había amenazado con regresar a la guerra, principalmente cuando fueron conocidos los resultados de las elecciones presidenciales de 2009, es ahora en 2013 que fortalece sus protestas y hace hincapié en sus demandas. Lo que podría leerse como un juego político de maniobras entre los dos más grandes partidos para el reparto de los ingresos derivados de los recursos naturales, con el objetivo de negociar hasta el límite un porcentaje mayor del pastel económico, dejó ya de tener un escenario meramente político. La escena ahora tiene una componente bélica y tiende a complicarse en un momento en el que el país está a menos de tres semanas de las elecciones “autárquicas”.
En Noviembre de 2014 se definirá quien estará al mando de Mozambique en los próximos cinco años, un quinquenio crucial en la definición de políticas económicas, de inversión extranjera, de aplicación de las recetas domésticas y del dominio sobre los grandes negocios del país. Armando Guebuza, el actual Presidente no puede, con base en la constitución, volver a postularse como candidato. Afonso Dhlakama se apoyará en su bastión del norte y centro y amenaza dividir el país si las condiciones políticas se mantienen. Aunque la RENAMO no tenga, según algunos analistas, fuerza para rearmarse, podría desarrollar un bloqueo económico, dificultando el comercio del carbón y causando alguna inestabilidad militar. Un escenario como este, fuera de la normalidad político-militar, representa serios riesgos sociales y económicos pero también políticos; en cierta medida, un contexto como este puede ser conveniente para el líder de la FRELIMO como fundamento para la no realización de elecciones en 2014 y su continuación en el poder, donde tiene acceso directo a los gordos negocios que alimentan la codicia del poder. Alice Mabota en entrevista a un periódico local afirmaba que “No tenemos gobierno, tenemos empresarios que gestionan negocios a través del Estado”. El MDM (Movimento Democrático de Moçambique), la tercera fuerza política del país, habla incluso de una “FRENAMO” que podrá estar llevando el país hacia una situación de emergencia y estado de sitio, que interesa a los dos lados.
A la par de estos desarrollos político-militares y en la misma semana en que se intensificaban los ataques entre las dos fuerzas del país, crecía marcadamente la ola de secuestros que viene amenazando el país desde 2009. Por primera vez desde entonces, ocurría un rapto diario y cuatro personas están aún en cautiverio. Las víctimas pertenecen siempre a familias de empresarios de renombre y con abultados recursos económicos; los agresores actúan normalmente en locales públicos y, poco tiempo después del secuestro, exigen por teléfono una elevada cuantía de dinero, informando los familiares de las víctimas sobre su exacto saldo bancario. La policía nacional ya afirmó que hay funcionarios de bancos involucrados y posiblemente, también, elementos de la policía. “Abajo la policía corrupta”, “queremos justicia” gritaban los manifestantes, frente a la estatua del carismático Samora Machel, el primer presidente tras la independencia de Mozambique.
Venancio Mondlane del MDM afirma que puede haber una correlación entre los raptos y los enfrentamientos en el centro y norte del país “en el sentido de crearse una inestabilidad social y política que pueda llevar el gobierno a decretar estado de sitio”. Aunque no es posible confirmar tal hipótesis, lo cierto es que hay, efectivamente, señales de que se puede estar delante de una cierta desorganización organizada: mientras en Maputo las noticias y el miedo son dominados por estos secuestros, no se sabe en detalle y con rigor que es lo que está pasando en el centro y en el norte del país; ¿Quiénes inician cada ataque y a mando de quien?, ¿Cómo se desarrolla la respuesta del opositor?, ¿cuál es el número de heridos y víctimas mortales? y principalmente ¿que se está realmente haciendo para llegar a una solución?; esta información es escasa y varía frecuentemente según la fuente. Los próximos tiempos podrán confirmar o no esta conjetura que en nada beneficiaria el país; este tipo de situaciones aparte de representaren el reflejo de una grave fisura política, son propicias a acciones de descontrol social y aprovechamiento de los más descontentos, sea a nivel político o social.
La reciente ola de secuestros cuenta ya con una víctima mortal, un niño de 13 años asesinado tras su rapto..
(1)Tras la Republica Democrática del Congo y Níger .En PNUD, Informe sobre El Desarrollo Humano 2013
(2)Mozambique ocupa la 123ª posición de un ranking de 176 países del todo el mundo en cuanto a la corrupción percibida en el sector público; In http://cpi.transparency.org/cpi2012/results/