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Actualidad | IECAH en los medios

Mali: si hay una intervención militar será muy dura

Los islamistas armados, que desde el pasado mes de marzo de 2012 controlan la región del norte de Mali -conocida como Azawad- han avanzado en el control del país con la toma de la ciudad de Konna, situada en el el centro. Los rebeldes que ya controlan más de la mitad del país están acabando con la libertad del país ya que están imponiendo la Sharia Islámica sobre la población.

El malestar político y la falta de seguridad en el país ha hecho que se desplacen fuerzas militares de Francia y Alemania en el país para frenar el avance de la ofensiva islámica. Sin embargo para el co-director del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, (IECAH) Jesús Nuñez, «las fuerzas internacionales no han sido ágiles a la hora de hacer frente a esta amenaza». En su opinión, esta intervención llega tarde.

La última resolución de la ONU sobre Mali autorizó el envío de una misión africana a este país para recuperar el control del norte. Así se envió una fuerza militar conjunta (AFISMA) que está compuesta por 3.000 efectivos. Sin embargo estos efectivos son muy pocos, ya que como explica Nuñez, se calcula que en el norte del país hay alrededor de 10.000 terroristas mientras que el total de las fuerzas de Mali junto con las fuerzas internacionales suman alrededor de «9.000 efectivos».

Por lo tanto, dado la escasez de efectivos y el tamaño de la región (igual que Francia), en caso de una intervención, esta será muy dura.

En el norte del país se encuentran tres grupos terroristas: el Movimiento Nacional de la Liberación de Azawad (MNLA), Ansar Dine, AlQaeda del Magreb Islámico (AQMI) y el Movimiento de Unidad para la Yihad en África Occidental (MUYAO). Se trata de grupos armados que han aumentado su capacidad armamentística a raíz de la guerra de Libia, de ahí que al codirector del IECAH no le «haya sorprendido» el avance de los grupos terrorista sobre la ciudad de Konna.

Además el gobierno de Mali carece de capacidad para frenar la oleada de violencia en el país ya que «estructuralmente es frágil y con poca capacidad para garantizar la seguridad de la población», concluye.

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