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Los conflictos armados hipotecan el futuro de los niños

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La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la cultura (UNESCO), presenta hoy en Nueva York el Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo de 2011, titulado Una crisis encubierta: conflictos armados y educación. 

Con motivo de este lanzamiento, y para profundizar en la contenido y objetivos de este Informe, hemos entrevistado a Marisol Sanjines?, del Equipo del Education for All Global Monitoring Report.

¿Cuál es el objetivo principal de este informe?
El principal objetivo del informe no es otro que arrojar luz sobre lo que denominamos una crisis encubierta, que no es otra cosa que las devastadoras consecuencias que los conflictos tienen sobre la educación de niños y niñas. 28 millones de menores quedan fuera de la escuela a causa de las guerras. La magnitud de los datos debería avergonzarnos y, sin embargo, es una realidad que apenas tiene cabida en los grandes titulares, ni siquiera en la agenda de desarrollo de la comunidad internacional. Con este informe pretendemos, en primer lugar, presionar a los actores internacionales para que concedan una mayor atención a las atroces violaciones de derechos humanos que a diario sufren millones de niños en el mundo. En segundo lugar, se necesita un incremento del porcentaje de la ayuda humanitaria destinado a educación –un porcentaje que, actualmente, es de apenas un 2%. Los países donantes no están a la altura de las necesidades y esfuerzos que las poblaciones hacen para garantizar la educación de sus menores. En tercer lugar, los actores de desarrollo internacional deberían cooperar para consolidar los procesos de paz a largo plazo. Por último, deberían fomentar el enorme potencial que la educación tiene para construir la paz.

¿Cómo surge la idea de llevar a cabo el presente informe?
Una crisis encubierta, conflictos armados y educación es el noveno informe de una serie que comenzó en 2002 y que realiza un seguimiento global sobre el estado en el que se encuentran los Objetivos de Educación para Todos, con el fin de proponer políticas públicas, denunciar el incumplimiento de responsabilidades y fomentar la eficacia de los procesos educativos. El paso de los años nos está demostrando que esos objetivos, asumidos por 164 países en Dakar en 2000, no van a ser alcanzados en 2015, tal como estaba previsto. Y, precisamente, es la persistencia de conflictos una de las cuestiones que más están limitando el avance. No es casualidad que los peores niveles de educación de todo el mundo se den en los países en guerra.

¿Por qué el tema central este año es «Conflictos»?
En primer lugar, por esas terribles consecuencias que los conflictos tienen sobre la educación y, en segundo lugar, porque comprobamos que, 65 años después de la creación de Naciones Unidas, estamos fracasando de manera estrepitosa ante los enormes retos que nos imponen los conflictos armados. Las guerras no sólo arruinan la vida de millones de personas sino que, además, destruyen las posibilidades de acceso a la educación y, consecuentemente, a un futuro mejor. Prueba de ello es que el 40% de los niños y niñas que no van a la escuela viven en países en conflicto. La complejidad de los contextos actuales agrava aún más, si cabe, esta situación.

Como bien dice el informe, en 2015 probablemente no se lograrán los seis objetivos de la Educación para Todos. No obstante, ¿se han logrado progresos? De ser así, ¿qué progresos se han alcanzado y en qué áreas? ¿En qué punto nos encontramos?
Efectivamente, en los últimos años, se han producido ciertos logros que, si bien no son todo lo buenos que nos gustaría, han supuesto algunos avances significativos. El bienestar de los niños más pequeños ha mejorado; la mortalidad de los menores de cinco años pasó de 12,5 millones en 1990 a 8,8 en 2008. En Asia Meridional y Occidental se redujo a la mitad el número de menores sin escolarizar. En algunas regiones se mejoró en la paridad de género, sobre todo en aquellas en las que la disparidad era mayor. A pesar de todo ello, aún queda mucho por recorrer para alcanzar plenamente los Objetivos de Educación para Todos en 2015. El hambre está causando graves estragos en la capacidad de aprendizaje de niños y niñas, muchos abandonan la escuela antes de finalizar sus estudios, la calidad de la enseñanza continúa siendo baja en muchos casos, existe déficit de profesores y la crisis ha provocado una notable disminución en los presupuestos de los Estados destinados a educación. Los países donantes, por su parte, siguen sin cumplir sus promesas: la ayuda internacional a educación básica está estancada desde 2007 y queda muy lejos de los compromisos asumidos.

A pesar del progreso conseguido, muchos países no conseguirán la equidad de género para el 2015. ¿Me podría citar alguno en concreto? ¿Hay alguno que tenga posibilidades de lograr dicho objetivo?
Lamentablemente, las desigualdades entre géneros siguen impidiendo avances en la educación. El informe destaca que si en 2008 se hubiera alcanzado a nivel mundial la paridad entre sexos en la educación primaria, hoy contaríamos con 3,6 millones suplementarios de niñas matriculadas en las escuelas primarias. Existen países como Suazilandia que están lejos de lograr este objetivo. En cambio, hay otros países que están avanzando adecuadamente hacia el objetivo establecido en relación con la equidad de género. Por ejemplo, en Burkina Faso, la construcción de escuelas satélites ha llevado la educación hasta las comunidades y eso ha hecho que se reduzca la desigualdad entre géneros.

Los niños y niñas son, en este caso, los principales protagonistas de los conflictos armados. ¿Me podría dar una cifra estimada de la cantidad de niños que no están escolarizados?
Uno de los principales problemas es la discriminación de género. ¿Cuáles cree que son las principales causas de dicha discriminación y qué soluciones piensa que se podrían llevar a cabo para conseguir que niños y niñas tengan los mismos derechos y oportunidades?
En 2008 había aún 67 millones de niños y niñas privados de escolarización en todo el mundo. De ellos, 28 millones,  a consecuencia de los conflictos armados. En relación con la discriminación de género, las causas han de situarse en los sistemas patriarcales que rigen nuestras sociedades y que expulsan a las niñas de las escuelas. Lógicamente, cada contexto tiene sus propias particularidades pero lo cierto es que la situación de desigualdad mundial deja a millones de niñas fuera de la escuela. Sin duda, es necesario promover políticas públicas que fomenten la inclusión de las niñas en la educación primaria; esto garantizaría, en gran medida, la permanencia en niveles superiores. Además, hay que combatir una de las violaciones más graves de derechos humanos que sufren las niñas: los abusos sexuales. En este sentido, y dada la dimensión de este grave problema, el informe defiende la creación de una Comisión Internacional sobre Abusos Sexuales y Violaciones que documente los casos, identifique a los responsables e informe ante el Consejo de Seguridad.

¿Cuáles son las deficiencias de los sistemas educativos que aumentan los riesgos del conflicto? ¿Qué posibles soluciones se pueden llevar a cabo?
La educación tiene un enorme potencial para el fomento de la paz pero, si no se utiliza correctamente, también puede suponer un acicate para la creación de conflictos. En países donde la población joven es muy numerosa, los sistemas de enseñanza deben proporcionarles una cualificación adecuada. El aumento de la formación debe ir acompañado de salidas profesionales apropiadas porque, de no ser así, pueden crearse situaciones como las que están ocurriendo en los países árabes, con una población formada que no encuentra salidas laborales que respondan a su preparación. Hay distintas actuaciones que alimentan la violencia y, por ende, el conflicto en el seno de las aulas: el refuerzo de identidades como rechazo al resto, el fomento de arengas violentas contra minorías o la imposición de un idioma determinado. Establecer la educación para la paz como parte de los currícula educativos o fortalecer el papel de UNICEF y UNESCO en la consolidación de iniciativas de paz puede ayudar, en gran medida, a consolidar los procesos de pacificación.

¿Cuál es el impacto más inmediato que tiene la violencia sexual en la educación?
Una de las consecuencias más graves sobre las niñas que sufren este tipo de violencia es el enorme trauma que les causa; un trauma que les impide realizar con normalidad los procesos de aprendizaje y que, en muchos casos, provoca que no se atrevan a salir de sus casas y caminar hacia el colegio. Los tabues culturales o el rechazo social condicionan, en muchos casos, las oportunidades educativas de la persona. Es evidente que los ataques a civiles se están multiplicando y que se están utilizando violaciones como arma de guerra en muchos lugares. En el caso del noreste de la República Democrática del Congo, por ejemplo, las cifras hablan por sí solas:  por cada miembro de la milicia que fallece, tres personas civiles son asesinadas, 23 mujeres y niñas son violadas y 20 casas son incendiadas. Todo ello supone consecuencias nefastas no sólo para la educación, sino para el bienestar integral de las niñas.

En cuanto a gasto público, ¿me podría decir,  más o menos,  qué cantidad se destina a educación y qué cantidad a gasto militar? Según su punto de vista, ¿qué cantidad asignaría a la educación?
Hay una cifra que es bastante elocuente en este sentido: sólo seis días de gastos militares por parte de los países donantes cubrirían el déficit  de US$ 16 billones necesario para alcanzar las metas de Educación Para Todos. Creo que con eso está todo dicho. (**Hay un gráfico en la web bastante bueno sobre esta cifra).

Ante los desastres producidos en países en conflicto, las infraestructuras quedan devastadas. ¿Qué soluciones encuentran para que los niños y niñas sufran lo menos posible el impacto de la situación?
En muchos casos, estamos comprobando que las escuelas no se ven atacadas por encontrarse en medio de un fuego cruzado, sino porque son blanco directo de los ataques. Esto se está produciendo, en gran medida, por la creciente militarización de la ayuda, que se ha venido consolidando a raíz de la llamada «guerra contra el terror». La confusión entre los roles de actores humanitarios y militares está provocando que las escuelas se conviertan en objetivos de las partes enfrentadas. Evitar este enfoque –que une el desarrollo a la diplomacia y a la defensa- y definir los papeles que unos y otros deben tener, constituye una de las claves esenciales para evitar la vulnerabilidad de los colegios – no debemos olvidar que el número de escuelas atacadas ha aumentado exponencialmente en los últimos años, pasando de 242, en 2007, a 670, en 2008.

En el informe se menciona que el sistema de ayuda humanitaria no está satisfaciendo las necesidades educativas de los niños y niñas. ¿Qué medida inmediata establecería para llevar a cabo este objetivo?
En primer lugar, es necesario que la comunidad internacional responda de manera efectiva a las necesidades más inmediatas de las poblaciones: infraestructuras adecuadas, programas de tratamiento psicológico y promoción de programas de aprendizaje rápidos para quien haya faltado a la escuela. Pero además, es esencial que se promuevan programas educativos que fomenten la paz a largo plazo y que cuenten con financiación asegurada. Para eso, es absolutamente necesario que el fondo llamado Education for All Fast Track Initiative lleve a cabo las reformas propuestas por este mismo informe el año pasado. Es urgente que el fondo responda a la magnitud del problema con una cantidad de recursos que el informe establece en torno a los 6 billones de dólares anuales de 2011 a 2013.

Entendiendo que la educación forja actitudes dirigidas a mantener y consolidar la paz, bien es cierto que, en muchas ocasiones, no está presente en la prevención de conflictos ni en operaciones de paz. ¿Cuáles serían los mecanismos que contribuirían al fomento de la violencia? ¿Qué planteamientos se recomiendan adoptar por parte de la UNESCO y UNICEF?
En primer lugar, es necesario reconocer la política de educación como una parte esencial de la política de consolidación de la paz. En segundo lugar, debe realizarse un análisis detallado sobre aquellas cuestiones que pueden fomentar el conflicto o combatirlo, con el fin de evitar lo primero y apostar por lo segundo. Por otra parte, muchos países recién salidos de conflictos carecen de los recursos necesarios para iniciar programas de educación consolidados y multidimensionales. Por todo ello, es necesario que el Fondo para la Consolidación de la Paz de Naciones Unidas se amplíe y que UNICEF y UNESCO apoyen la inclusión de la educación para la paz, tanto en los currícula escolares como en las políticas de construcción de la paz.

Nota:

El Informe podrá descargarse a partir de su propio sitio web desde las 12:30, hora del meridiano de Greenwich, el 1 de marzo.
Para consultar la información relativa a la transmisión por Internet, las actualizaciones y otros aspectos de la presentación, visite el sitio web del Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo.

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