La UNMIS en Sudán del Sur: Retos y dilemas
Documento .iecah. nº5
Documento elaborado por Nahuel Arenas-García, consultor humanitario y colaborador del IECAH, sobre la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMIS) y el aumento de violencia en la región durante el año 2009.
El 2009 ha sido el año más violento en Sudán del Sur, tras de la firma del histórico «Acuerdo Amplio de Paz» (Comprehensive Peace Agreement – CPA), firmado en enero del 2005 entre el gobierno de Sudán (del Norte) y los rebeldes del sur, el Ejército/ Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán (Sudan People’s Liberation Army/Movement – SPLA/M).
El año pasado, la cifra de muertes en Sudán del Sur ha sido mayor a la de Darfur, lo que pone en peligro a aspectos cruciales del CPA, como el referéndum sobre la independencia de Sudán del Sur a celebrarse en enero del 2011.
La región es actualmente víctima de un aumento en la violencia inter-étnica, que desplaza a cientos de miles de personas, y que está vinculada a la historia de la guerra en aquel país. En el 2009, más de 390.000 personas han sido desplazadas en Sudán del Sur, doblando la cifra del 2008; y otras 60.000 personas se vieron desplazadas en los primeros cuatro meses del 2010. A esto se le suman niveles exacerbados de criminalidad y un aumento de la actividad en el país del Ejército de Resistencia del Señor, o LRA por sus siglas en inglés. El Gobierno de Sudán del Sur (GoSS) no cuenta con herramientas suficientes para proteger a civiles en este contexto de creciente violencia. El Servicio de Policía carece de recursos, capacidad y equipamiento para intervenir en conflictos armados de gran escala. El SPLA/M, si bien ha sido desplegado de manera mas sólida que la policía, también ha demostrado una capacidad limitada para hacer frente a la violencia, y parece haber adoptado una política de no intervenir en luchas inter-comunales (Human Rights Watch 2009).
La Misión de Naciones Unidas en Sudán (UNMIS, por sus siglas en inglés) es una operación de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas establecida a raíz de la firma del acuerdo de paz en el 2005, con el objetivo de ‘monitorear y verificar el acuerdo, y dar apoyo a su implementación’. Actuando bajo el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad ha autorizado a UNMIS a: «[…] adoptar, en las zonas en que estén desplegadas sus fuerzas y en el grado en que considere que esté dentro de sus posibilidades, las medidas necesarias para proteger al personal, los recintos, las instalaciones y el equipo de las Naciones Unidas, garantizar la seguridad y libertad de desplazamiento del personal de las Naciones Unidas, el personal humanitario y el personal del mecanismo conjunto de evaluación y de la comisión de evaluación y, sin perjuicio de la responsabilidad que atañe al Gobierno del Sudán, proteger a los civiles que se encuentren bajo una amenaza inminente de violencia física» Art. 16 (i) Resolución 1590 (2005) del Consejo de Seguridad.
El mandato de UNMIS y su presencia en el terreno han generado la expectativa, en las poblaciones locales, de que serán protegidos en situaciones de estallido de violencia. Pero este no ha sido el caso. Diversos informes observan el fracaso de la parte de la misión de comunicar adecuadamente su mandato y el límite de sus capacidades a las comunidades donde ha sido desplegada (Refugees Internacional 2009). UNMIS ha preferido contar, de manera general, con sus acciones de «buen oficio» y sus funciones de monitoreo del CPA (Human Rights Watch 2009). Pero los críticos demandan una operacionalización más activa de su mandato de monitoreo del alto el fuego y de los acuerdos en materia de seguridad, como así también el establecimiento de una presencia más dinámica en el terreno.
Este trabajo argumenta que la falta de una protección decisiva de civiles por parte de UNMIS no es sólo un dilema operacional, sino que se remonta a aspectos conflictivos y paradójicos en el núcleo de su mandato. El CPA, la intervención de la comunidad internacional y el mandato de UNMIS están basados en una imagen de construcción de la paz (peace-building) en un contexto de «post-conflicto» Norte-Sur. Pero el foco en los aspectos más generales y amplios ha generado una desatención de las aún presentes causas que están en la raíz del conflicto a nivel local. Hoy en día, la lucha inter-étnica, los conflictos entre facciones políticas y los ataques del LRA ponen en peligro la paz en el Sudán del Sur.
El Consejo de Seguridad le ha dado el mandato a UNMIS de apoyar a las partes en «hacer atractiva la unidad», dado que la secesión de Sudán del Sur tendría un impacto regional y podría ‘constituir una amenaza para la paz y seguridad internacionales’. Sin embargo, hoy en día todas las partes reconocen que Sudán del Sur está en el camino hacia la independencia. Incluso el Presidente Al-Bashir ha hecho comentarios sin precedentes al respecto, asegurando que su partido: el Nacional Congress Party (NCP), sería el primero en reconocer la independencia del Sur en caso que ese fuera el resultado del referéndum.
Por lo tanto, no solo el mandato de UNMIS parece estar basado en supuestos poco realistas (la unidad Norte-Sur), sino que también ha desviado la atención de la necesidad de ‘hacer atractiva la unidad dentro’ del Sur –y lo mismo se aplica al contexto del Norte-. Consecuentemente, UNMIS carece de las definiciones necesarias a nivel estratégico y operacional, para hacer efectiva una protección robusta de civiles. A nivel estratégico, el mandato de UNMIS falla al no reconocer expresamente las causas-raíz del conflicto a nivel local y, por lo tanto, no ubicar la protección de civiles en el corazón de su estrategia. Como resultado, UNMIS carece de los recursos necesarios, a nivel operacional, para proteger a civiles. En función de los argumentos mencionados, puede suponerse que UNMIS no responderá a los llamados para una intervención más decisiva, por lo menos hasta que el referéndum se lleve a cabo en el 2011 y su mandato sea re-definido.
Este artículo hace especial foco en las dinámicas, las tensiones y los desafíos presentes en el contexto de Sudán del Sur. UNMIS está posicionada a ambos lados de la frontera Norte-Sur, y cabe aclarar que el Norte también hace frente a sus propias tensiones y divisiones. Sin embargo, el país es tan extenso y complejo que las dinámicas regionales de sitios como Darfur (que de hecho cuenta con su propia misión de mantenimiento de la paz, UNAMID) y el Este de Sudan (por mencionar algunos), justifican un análisis por separado. De la misma manera, las particularidades del contexto de Sudán del Sur merecen un examen específico, especialmente a la luz del referéndum que pronto decidirá su destino como país.
La primera parte del artículo explorará brevemente la evolución de las misiones de mantenimiento de la paz y el rol de NNUU en el desarrollo de tales tareas. El actual contexto de Sudán del Sur será examinado en la sección siguiente, con el fin de proporcionar el marco necesario para el análisis del rol y el mandato de UNMIS en lo referente a la protección de civiles. Haciendo un paralelo con el estudio de Autesserre (2009) sobre República Democrática de Congo, se concluye que el marco de la operación de UNMIS, su mandato, no facilita el análisis de las causas-raíz de la violencia en (Sur) Sudán, por lo cual, dificulta una intervención decisiva para hacer frente a los desafíos de seguridad del contexto. Como resultado, el logro de una paz sostenida sólo será posible a partir de una revisión del mandato (el marco) de UNMIS.