La importancia de la reducción del riesgo de desastres para fortalecer las naciones
2011 es el año más caro de la historia en términos de costos de respuesta y recuperación posterior a los desastres. Deja un balance de, aproximadamente, 300.000 víctimas mortales y 206 millones de personas afectadas como consecuencia de 302 desastres. Se estima que el coste de los desastres acontecidos durante las dos últimas décadas supera la cantidad de dos mil millones de dólares.
No obstante, numerosos países continúan sin invertir de manera suficiente en prevención y preparación, así como muchos actores y expertos en materia de RRD siguen sin priorizar de forma adecuada este tipo de ayuda a los países pobres. De este modo, sigue existiendo una gran brecha de desigualdad y el riesgo global de desastres se concentra, de forma desproporcionada, en las regiones más pobres, con una gobernabilidad débil y unas infraestructuras y servicios básicos deficientes.
Desde una perspectiva de desarrollo, la RRD es primordial para construir un futuro más sostenible y equitativo. Su objetivo no es otro que garantizar que los procesos de desarrollo potenciados en la sociedad se dan en condiciones de seguridad óptimas para la sociedad civil y las infraestructuras y que las acciones llevadas a cabo ante un desastre promueven el mismo desarrollo. Para ello, es crucial realizar un esfuerzo sistemático de análisis y gestión de factores que provocan desastres, para reducir la exposición a las amenazas y atenuar la vulnerabilidad de las personas, con el objetivo de mejorar la preparación para hacer frente a dichos fenómenos naturales.
Entre las principales prioridades en materia de RRD, cabe destacar las siguientes:
1. Garantizar que la RRD sea una prioridad local y nacional.
2. Identificar, evaluar y monitorizar los riesgos de desastre y contribuir a la mejora de los sistemas de alerta temprana.
3. Utilizar la innovación, la educación y los conocimientos para la creación de una cultura de seguridad.
4. Reducir los factores de riesgos subyacentes.
5. Fortalecer las acciones de preparación para una respuesta y recuperación efectivas, desde el nivel local al nacional.
En este sentido, el empoderamiento y la participación de los agentes en materia de RRD, líderes políticos, organismos científico-técnicos, ONG, sector privado, instituciones gubernamentales, así como sociedad civil será vital en toda etapa de rehabilitación y reconstrucción, así como de prevención y preparación.
Fuente: PNUD
Fuente fotografía: ONU/Logan Abassi