Irak´s Uncertain Future: Elections and Beyond
El 25 de febrero International Crisis Group publicó un artículo que, bajo el título «Iraq´s Uncertain Future: Elections and Beyond» trataba de abordar las claves y principales retos de las elecciones que iban a producirse el 7 de marzo en el país.
Estas elecciones, al igual que todas las celebradas desde la caída del Régimen de Sadam Hussein, vienen a poner de manifiesto los problemas estructurales que acarrea el país y que ponen en riesgo su recuperación.
La violencia electoral, las tensiones étnicas en Kirkuk, el resurgimiento de actitudes sectarias o la ostensible manipulación política de las instituciones del Estado son algunos de estos problemas que deben ser resueltos de manera acuciante.
Durante la campaña electoral, el acontecimiento más notorio ha sido la descalificación de cerca de 500 candidatos considerados próximos al prohibido Partido Baath. Esto puede convertirse en un elemento de desestabilización y deslegitimación de las elecciones, por lo que es muy importante que la Comunidad Internacional continúe con su labor de monitoreo y defina claramente unas límites que no puedan traspasarse para legitimar el resultado. Esto debería presionar al próximo gobierno para abordar, de manera rigurosa, las reformas necesarias para llevar a cabo el tan necesario proceso de reconstrucción nacional.
En los últimos tiempos la violencia en el país había descendido significativamente y había motivos para ser optimistas y considerar que las heridas producidas por la posguerra se habían curado y que todos los esfuerzos debían encaminarse al proceso de State Building (Construcción del Estado). De hecho, las elecciones provinciales de enero de 2008 fueron un revés para los partidos abiertamente más sectarios, se produjo un cambio en los gobiernos locales y los árabes suníis aceptaron entrar a formar parte de las Instituciones. Sin embargo, las heridas iban a tardar más tiempo en cerrase de lo previsto y la negociación sobre una nueva ley electoral se enfangó enormemente, lo que obligó a un retraso de 5 semanas de las elecciones. La dificultad permanente sobre el estatus administrativo de Kirkuk y la preocupación de los árabes suníis por la infrarepresentación de los refugiados dificultó las negociaciones.
Lo que más ha molestado fue la decisión, a mediados de enero, de la Comisión de Enjuiciamiento y Rendición de Cuentas, de inhabilitar a los 511 candidatos vinculados presuntamente al Partido ilegalizado Baath. Esto pone en tela de juicio la independencia de la Comisión y del poder judicial, además de las dudas que desata el hecho de que varios líderes de la Comisión fueran candidatos al Parlamento.
Afortunadamente se han producido pocos llamamientos al boicot y resultará capital la actitud que muestre la Comunidad Internacional en el monitoreo y apoyo post-electoral. La responsabilidad se ha incrementado para Estados Unidos, Naciones Unidas y la Unión Europea y cuestiones como el libre despliegue y acceso tanto a los puestos de votación como al recuento de los votos y la independencia de Agencias y Comisiones son un imperativo para garantizar la validez de las elecciones.
El principal reto tras las elecciones para el próximo Gobierno será demostrar su capacidad y voluntad para gestionar las numerosas deficiencias que tiene el país, desde el sectarismo a la politización de las Instituciones.
Es imprescindible que se inicie un proceso de apertura de espacios políticos, aumento de la participación y mejora de la transparencia y rendición de cuentas.
El proceso de reforma para la «des-baathificación» del país debe ser otra prioridad. Deben fijarse criterios claros y procedimientos establecidos dentro de la ley para, en un plazo máximo de 2 años, llevarlo a cabo, cerrando todo aquellos procesos que no hayan sido concluidos al llegar a la fecha límite.
El apoyo y cooperación política, económica, diplomática, técnica… de la Comunidad Internacional será clave para poder culminar con éxito este proceso.
Recomendaciones
-Las principales recomendaciones al Gobierno de Iraq son:
1. Asegurar elecciones justas y libres.
2. Realizar un esfuerzo serio para abrir espacios políticos, aumentar la participación, la transparencia, la rendición de cuentas y la independencia de las Comisiones Políticas o Judiciales.
3. Reformar la Comisión de Rendición de Cuentas y Justicia.
-Las recomendaciones para los miembros de la Comunidad Internacional (Estados Unidos, Naciones Unidas y Unión Europea):
1. Garantizar que las elecciones sean libres, justas y transparentes.
2. Definir clara y públicamente los límites que garantizarán la legitimidad de las elecciones.
3. Animar a los partidos a cumplir con el Código firmado el 17 de febrero.
4. Animar y fomentar la independencia de las Instituciones y Agencias implicadas en el proceso electoral, especialmente la Corte Suprema, la Alta Comisión Electoral Independiente, los militares y la policía.
5. Supervisar la votación y el recuento de votos de manera rigurosa a través de un libre despliegue de observadores iraquíes e internacionales.
6. Denunciar abiertamente los intentos de fraude y manipulación.
7. Animar a la reforma política de las Instituciones tras las elecciones, especialmente la Comisión de Rendición de Cuentas y Justicia, y empujar a la independencia política de las Comisiones Judiciales.
8. Desarrollar una postura de ayuda y colaboración diplomática, militar y de ayuda al desarrollo dependiente del compromiso de reformas institucionales.
Resulta imprescindible que, tras las elecciones del 7 de marzo, el Gobierno entrante y los actores internacionales trabajen de forma coordinada para poder poner en marcha las reformas estructurales, políticas, económicas y de fortalecimiento institucional que necesita el país, así como trabajar para fortalecer cada día el proceso de State Building que consolide la sociedad iraquí y establezca las bases para garantizar el correcto desarrollo del país.