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¿Por qué Kenia invadió Somalia?

En las últimas semanas, diversos analistas en la región han expresado su sorpresa cuando Kenia invadió Somalia desde su frontera norte el pasado 16 de octubre. Según estos, ni siquiera EE.UU. fue avisado de los planes.

Por René Roemersma, WorldCom/LolaMora Producciones.

En las últimas semanas, diversos analistas en la región han expresado su sorpresa cuando Kenia invadió Somalia desde su frontera norte el pasado 16 de octubre. Según estos, ni siquiera EE.UU. fue avisado de los planes. La extrañeza aumenta si se toma en cuenta que Kenia apenas tiene fuerza área y que depende, casi completamente, de la fuerza área de los EE.UU para sus vuelos de reconocimiento.

Lo que aparentemente provocó la invasión militar fue el secuestro de dos trabajadoras españolas de Médicos sin Fronteras (MSF) en el campo de refugiados el Dadaab, ubicado unos 100 kilómetros al sur de la frontera norte con Somalia. Según estimaciones de Naciones Unidas, 3,7 millones de personas están en peligro de sufrir y/o de morirse de hambre en la región, por lo que la población trata de buscar ayuda.

El campo de Dadaab alberga ya más de 400.000 personas, y sigue creciendo cada día. A las autoridades de Kenia les preocupa su crecimiento y las tensiones que se están generando entre los campamentos -en realidad, Dadaab son tres campos- y la población local. Y ésta podría ser la primera razón por la que Kenia haya entrado en Somalia: construir un corredor de 100 kilómetros dentro del territorio de Somalia para evitar que lleguen más personas refugiadas.

Una segunda razón podría ser el peligro que corre la industria del turismo. Además del secuestro de las dos trabajadoras de MSF, varios extranjeros que se encontraban en centros turísticos en el noreste de Kenia, frontera con Somalia, han sido asesinados o secuestrados. Kenia responsabiliza al grupo islámico Al-Shabaab de los secuestros, tanto de los perpetrados en las zonas turísticas como del secuestro en el campo de Dadaab. Así, justifica Kenia la invasión.

Esto puede parecer lógico, pero no es tan evidente. Primero porque es muy difícil para Al-Shabaab cobrar un rescate: como la organización está en la lista de organizaciones terroristas, ningún gobierno o empresa de seguros pueden pagar el rescate directamente a Al-Shabaab.

Los secuestros mencionados podrían también ser secuestros «comerciales» perpetrados por grupos irregulares independientes a Al-Shabaab y quieren desestabilizar más la región. Aunque en el caso del secuestro del campo Dadaab es posible que este último grupo haya pretendido generar una sensación de inseguridad para quebrar la ayuda a los refugiados. Al-Shabaab ha declarado la hambruna como una «ficción de Occidente» y, prácticamente, ha cerrado todos los caminos de acceso, de tal forma que las organizaciones internacionales tengan dificultades en llegar a la gente más necesitada.

Y éste es precisamente uno de los puntos más críticos: el punto central en este asunto es que quienes sufren las peores consecuencias son las familias, las personas amenazadas por la hambruna y por la violencia, y ahora por la invasión. Son las personas que, una vez más, se ven obligadas a caminar durante más de un mes para alcanzar el campamento y recibir alimentos y un hospedaje seguro, mientras se dirimen responsabilidades y se hacen especulaciones.

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