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Entrevista a Michel Warschawski

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“No queremos que desaparezca Israel, pero sí exigimos que desaparezca este Israel” Entrevista a Michel Warschawski

Judío de origen polaco, Michel Warshawski es escritor, analista y activista por «la justicia en Oriente Medio y por una lucha conjunta israelo-palestina contra el colonialismo» .

Es cofundador y codirector del Alternative Information Center (AIC)  y con motivo del aniversario del fin del ataque de Israel a la Franja de Gaza, Warshawski está realizando una gira por cuatro ciudades europeas (Ginebra, Paris, Bruselas y Madrid).
Hablamos con él durante su visita a Madrid, sobre la situación en Gaza un año después del fin de la dura intervención militar Plomo Fundido, y sobre las perspectivas de futuro en relación a la ocupación israelí.

Está usted de gira por Europa para hablar a los ciudadanos, entre otras cosas, de la situación que se vive en los territorios palestinos. Cuéntenos brevemente; a un año de la operación Plomo Fundido, ¿cuál es hoy la situación de la población de Gaza?
Básicamente la situación de la población de Gaza es la que describía uno de los militares israelíes el año pasado, cuando hablaban de la «dieta estricta» a la que querían someter a los palestinos: están en una situación que no llega a la muerte, pero tampoco a la vida.
Israel controla todo lo que pasa: la comida o las medicinas que entran, la posibilidad de movimiento… es una prisión de un millón y medio de personas.
Esta es la situación de Gaza; lo era hace un año antes de la agresión militar y sigue siéndolo hoy. Israel sigue bombardeando de tiempo en tiempo, y ejerce un control total sobre la vida de este millón y medio de personas.

¿Existe resistencia entre la sociedad israelí frente a la actuación de su gobierno, en el plano civil?
No. Lo peor para mí, como activista y ciudadano israelí, es que de la situación de Gaza extraigo la certeza de que mi sociedad entera, mis vecinos, mis amigos, exceptuando a unos cientos, apoyan o aceptan esta situación; una situación inaceptable desde cualquier punto de vista humano. No es comparable a ninguna guerra o conflicto, no hay justificación racional para lo que pasa en Gaza. 
Sólo tenemos que ver las últimas elecciones israelíes: había derecha, derecha moderada y extrema derecha; esa es hoy la sociedad israelí, no existe espacio para la izquierda.

Es usted codirector del Alternative Information Center, un centro palestino-israelí que trabaja por el fin del conflicto. ¿Cómo surge esta organización?
El centro nace a partir de un grupo de israelíes y palestinos que llevamos unidos muchos años ya –desde los años 60, 70- por esta causa conjunta que es la lucha por la libertad palestina y contra la ocupación israelí. Años después se ha convertido en este centro, que es ahora la plataforma desde la que defendemos la justicia para el pueblo palestino.

¿Conoce alguna otra organización similar?¿palestinos e israelíes por el fin del conflicto?
No. Hay diferentes organizaciones trabajando en el mismo sentido –palestinas, asociaciones de mujeres…- pero todas trabajan de forma separada, siguiendo cada una su propia agenda…Nosotros no seguimos la agenda israelí ni palestina, seguimos la nuestra propia, basada en la exigencia política de la libertad de movimiento palestina.
No intentamos tomar las exigencias palestinas e israelíes y tomar una  solución intermedia; exigimos el fin de la ocupación israelí, y en eso nos identificamos con la meta palestina, porque creemos no sólo que son objetivos justos, basados en conceptos el derecho internacional y en la justicia, sino que es también la única manera de liberar a palestinos e israelíes de este enfrentamiento interminable. No queremos que desaparezca Israel, pero sí exigimos que desaparezca este Israel.

¿Cree usted que la independencia palestina vendrá de la mano de la lucha armada?
La verdad es que no lo sé. Creo que la resistencia es necesaria en momentos en que las vías diplomáticas o políticas no son las más efectivas, y creo que es cada pueblo quien tiene que calibrar si en un momento de su historia lo son o no. La eficacia de los distintos medios depende de demasiados factores –locales, internacionales y regionales-, y quien mejor sabe si la resistencia armada es necesaria son los palestinos, y no creo que debamos juzgarles por ello.

Ha escrito usted numerosos libros, traducidos al castellano, entre los que se encuentra «Israel-Palestina, la alternativa de la convivencia binacional». En el prólogo del mismo, ponía como ejemplo el funeral de tres compañeros del AIC en la región de Ayn Gedi  para hablaR de cómo la posibilidad de un estado binacional no es sólo posible, sino que es una «esperanza profunda escondida en los corazones de hombres y mujeres que se están destrozando mutuamente…» Tras los acontecimientos del pasado año en Gaza, ¿sigue usted pensando de este modo?
En este texto hablaba de la reacción general, y la israelí en particular, ante un accidente de la vida –los compañeros del AIC murieron ahogados- que pudiera haber tenido cualquiera, y que los periódicos recogieron –el funeral- como una situación casi imposible: palestinos e israelíes juntos de forma pacífica en un funeral.
La imagen de esa noche, en la que se unieron marxistas, cristianos, judíos, agnósticos y compartieron el dolor por esas personas de manera pacífica y respetuosa, es lo que representaba un reto… Sobre ese reto era sobre el que filosofaba en el libro,  no hablaba del plano político ni del discurso de las personas, sino del plano humano.
En realidad, en mi libro hablo del «reto binacional», y no del «estado binacional»… la idea del estado binacional sería posible sólo si los palestinos quisieran, y no es esto lo que buscan. De hecho, en este mismo libro en el que yo sueño con la idea binacional, mi amigo Elías Sambar señala el epílogo la belleza de mi sueño, pero me advierte de que no debo olvidar  que lo que Palestina necesita es una solución, y no más sueños.

Desde el ACI, ¿cuáles son las principales reivindicaciones que hacen para llegar a una solución del conflicto? ¿cuáles son los pasos principales que deberían darse?
El conflicto existe porque existe un rechazo hacia quien abusa, oprime y colonializa. Si los palestinos aceptasen esta ocupación, evidentemente, el conflicto terminaría; pero lógicamente no es de eso de lo que hablamos, de resolver el enfrentamiento como sea; sino que estamos hablando de obtener una solución justa al conflicto. 

El fin del conflicto debe venir con la aceptación de las demandas actuales palestinas. No nos importa que se pedía o exigía hace cincuenta años, lo que nos importa es hoy.  Y hoy lo que es necesario es: primero, el fin de la ocupación en la Franja de Gaza y Cisjordania; segundo, el retorno de los refugiados; y tercero, libertad e igualdad para los palestinos en Israel. Estos son los mínimos sin los cuales no habrá fin del conflicto.
No exigimos que se cumplan todas las demandas palestinas; sólo unos puntos básicos que constituyen el mínimo para avanzar a la solución de este conflicto.

Nosotros apoyamos las demandas del pueblo palestino, queremos lo que ellos pidan como justo, y hoy no quieren un estado binacional, sino la separación de los dos estados, la creación de una vez por todas de un Estado Palestino y la convivencia pacífica como estados independientes, y eso es lo que apoyamos.

Declaraba usted en julio del pasado año que la única esperanza es que Obama obligue a Israel en nombre de los intereses de Estados Unidos, que siempre pasan por Oriente Próximo. ¿Cree que es esto posible?
Por su puesto que es posible, pero quizá es algo que no va a pasar. Después de su discurso de El Cairo, Obama dio la impresión de apoyar la causa y los intereses palestinos, de hecho afirmó que resolver la cuestión palestina era una de las prioridades de su administración.
En seguida, volvió atrás. Volvió atrás porque entendió que hacer una llamada al gobierno israelí y decir «necesitamos que os sentéis con los palestinos» supone realizar una fuerte presión sobre el gobierno israelí; y ahí es donde está el punto importante de esta cuestión: en si la administración americana está dispuesta a presionar real y efectivamente a Israel, no a limitarse a declarar que «Obama no está contento con los israelíes», eso no es suficiente.

Necesitamos medidas de presión verdaderas por parte del gobierno americano y la verdad es que no veo, ni siquiera con la administración Obama, que esto ocurra. Dejando a un lado el discurso de El Cairo, no creo que estén haciendo mucho: están descontentos, no hay buenas relaciones en el terreno personal entre la casa Blanca y Tel Aviv, pero no hay pasos ni medidas efectivas. Que el gobierno estadounidense no este contento con el estado Israelí no va cambiar nada; podría haberlo hecho hace veinte o treinta años, pero no ahora.  Necesitamos que se fuerce a Israel, y eso implica sanciones y condenas firmes.

¿Cuál cree que podría ser el papel de Europa en este conflicto?
Creo que el rol que debería seguir Europa es el de unos diez años atrás. Que no imponía una política diferente, pero permitía que se expresara en la comunidad internacional un discurso alternativo al israelo estadounidense -colonial-.
De forma simbólica, se puede ayudar rompiendo el monopolio en la opinión ante este conflicto.

Notas:

1.- «No será una Conferencia en Madrid lo que acabe con nosotros, lo prometo» http://www.interpueblos.org/noticias/articulos/?id=106
2.- Organización israelo-palestina dedicada al análisis crítico, la difusión de información y la incidencia política sobre la ocupación de Palestina y las sociedades israelí y palestina. www.alternativenews.org
3.-  Puede consultarse el documento In Memoriam disponible en  http://www.jstor.org/pss/3012488

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