Entrevista a Marc Schade Poulsen
Desde 1998 es Director Ejecutivo de la Red Euromediterránea de Derechos Humanos (REMDH-EMHRN).
Antes de unirse a la REMDH, trabajó como coordinador en el Instituto danés para los Derechos Humanos, investigador en el Centro danés para la Investigación y el Desarrollo, investigador en la Universidad de Copenhague y profesor en la Escuela de Negocios de Copenhague.
Le hemos entrevistado en Madrid, aprovechando que participaba con nosotros en el ciclo «El Mediterráneo: un mar de dudas y esperanzas»
¿Cuál es el papel que desempeña su organización con respecto a las revueltas árabes vividas en estos últimos meses? ¿Qué es lo que persigue?
En nuestra organización, una red de derechos humanos, contamos con miembros en prácticamente en todos los países donde han tenido lugar las revueltas árabes. Nosotros hemos estado allí antes. De hecho, fuimos una de las pocas organizaciones dentro de Túnez antes de que se desencadenaran las revueltas. Nos hemos encargado de apoyar a diversas organizaciones. También en Egipto cuando se violaron derechos como el de asociación, etc. hemos intentado movilizar a la comunidad internacional al respecto. Asimismo, hemos tratado de lanzar una crítica acerca del apoyo que Europa dio a estos regímenes.
Cuando se registraron las revueltas, estuvimos antes, durante y después de ellas, y básicamente lo que intentamos ahora es ayudar a nuestros miembros a cobrar fuerza como organizaciones y ser capaces de que los derechos humanos estén en la agenda de diversos países. Por ejemplo, el Presidente de nuestra Red ha sido el Presidente de la Comisión electoral en Túnez. Por tanto, en este sentido, hemos desempeñado un papel crucial allí y trabajamos en Túnez para desarrollar las capacidades de las organizaciones tunecinas.
¿Cómo ve desde su organización la vulneración DDHH en países musulmanes como Siria, Túnez, Libia…? ¿Qué se puede hacer para lograr un mayor respeto de los DDHH?
Es muy importante la creación de nuevas Constituciones que contribuyan al respeto de la Convención de DDHH y la integración de la misma en las legislaciones nacionales, algo que no sucede ahora. Por tanto, el sistema judicial de estos países estaría inspirado en el compromiso de los estados hacia el respeto de los DDHH. Así pues, es vital también haber contactado con Comisiones de la Verdad o mirar al pasado para garantizar, en primer lugar, que las familias de los mártires que fallecieron en la revolución reciben compensaciones. Pero también es necesario comprobar cuáles fueron esas vulneraciones de DDHH para evitar que se vuelvan a producir.
¿En el caso de las mujeres, qué medios hay para luchar contra la discriminación de género y promover la igualdad? ¿Cuál es el papel de la mujer en la recién formada Asamblea Constituyente en Túnez?
Los activistas que luchan por los derechos de las mujeres están preocupados por la situación actual, en la que es difícil el acceso a información. Queda por ver lo que hará la Asamblea Constituyente. En mi opinión, Túnez hizo muy bien al asegurar el mismo número de mujeres que de hombres en las listas electorales. Así que, la primera lectura es positiva. Pero es preocupante que las mujeres no estén representadas como deberían en la Asamblea Constituyente. Desde mi punto de vista, el papel de las mujeres es clave porque marca la diferencia en mi opinión del partido islamista frente a otros partidos más seculares
¿Qué sucede con los demás países, cuáles son las perspectivas de las mujeres?
Hoy en día el futuro no es nada prometedor. Los derechos de las mujeres no forman parte de los asuntos más importantes dentro de las agendas. Por eso, no estoy seguro de que se hagan reformas al respecto. Llevará mucho tiempo hasta que las mujeres consigan tener los mismos derechos que los hombres.
Ahora mismo lo que importa sobre todo a los activistas son las movilizaciones en la plaza de Tahrir, el papel del ejército y las elecciones.
Según el CNT de Libia, la fuente del Derecho será la sharía, ¿cómo cree que afectará esta decisión al cumplimiento de los DDHH?
No son necesariamente malas noticias, porque una cosa es que la sharía sea la fuente de inspiración y otra que se introduzca en la Constitución. La sharía no estará necesariamente en la Constitución. Por ello, no me aventuraría a decir que es algo preocupante. En mi opinión, en Libia se producirá un amplio debate, probablemente más tenso y difícil que en otros países. Así que es difícil predecir, pero no creo que debamos estar preocupados por ahora.
¿Cómo ve los resultados de las elecciones en Túnez? ¿Confía en un proceso democrático de la mano del partido islamista en coalición con otros dos partidos?
Creo que hasta ahora las cosas han salido mejor de lo esperado. Desde mi punto de vista es una muy buena señal que no se pueda decir que la Asamblea haya sido elegida de manera corrupta, así que estamos ante un paso positivo. Aunque, por supuesto todo está por ver. Se trata de un algo nuevo, con lo cual se tendrán que enfrentar a problemas internos a la hora de definir la dirección que van a tomar, ya que no creo que ni ellos estén seguros. Sin embargo, por ahora han avanzado para establecer una coalición con dos partidos. Veremos qué depara el futuro, puesto que dentro de un año se celebrarán elecciones y la población podrá ver cómo dirigen el país los islamistas y puede que salgan fortalecidos.
Entre sus cometidos se encuentra hacer lobby, en el caso de Túnez y la formación de una Asamblea Constituyente y Gobierno, ¿cuáles son las medidas que se han tomado para ejercer presión?
Durante las elecciones nos hemos mantenido en silencio ya que nuestro presidente era el presidente del Comisión electoral y tenía que considerarse como alguien totalmente neutral. Pero ahora estamos organizando una reunión para la semana que viene con organizaciones internacionales de derechos humanos y organizaciones tunecinas de DDHH para hacer una declaración o recomendación a la Asamblea acerca de la necesidad de una reforma judicial, así como la necesidad de promover los derechos de las mujeres, etc. De esta manera, se sentarán las bases para ejercer lobby y apoyar a las organizaciones tunecinas para presionar a la Asamblea y que a su vez los gobiernos extranjeros hagan lobby cooperando así con Túnez.
¿Qué opina de las movilizaciones que están teniendo lugar en Egipto? ¿Cree que pueden desencadenar un cambio de régimen real?
Antes, Egipto era un régimen militar y lo sigue siendo. Creo que las movilizaciones populares son muy positivas. Es preocupante que haya muerto tanta gente en manos de los militares en los acontecimientos de las últimas semanas, y que la junta militar no haya podido manejar la situación. Por eso opino que es muy positivo que la gente se movilice y que se acepte que la población se reúna para reclamar un proceso democrático. Ahora queda ver el resultado de las elecciones, que la gente vote de una forma segura y que no se produzcan boicots. Será un proceso largo que llevará tiempo. Sin embargo, los resultados aún no están nada claros. Nadie sabe cómo acabará esto.
En cuanto a Siria, ¿tienen algún proyecto en este país? ¿Cómo ve su futuro?
Hemos tenido diferentes reuniones con defensores sirios de DDHH que trabajan con sirios exiliados para ver cómo pueden ayudar a Siria en esta difícil situación. Una de los grandes retos es ayudar en toda la documentación de la forma más eficiente posible acerca de lo que está sucediendo en esto momentos, así como de presentar los hechos de la manera más creíble, ya que es difícil entender lo que está pasando exactamente dentro de las fronteras sirias. Por tanto, urge ayudar en el tema de la documentación. Por otro lado, es también urgente contribuir en la producción de archivos de los que poder echar mano en la transición. Esto es algo que hemos aprendido de Egipto y Túnez, que hay que empezar a trabajar durante los acontecimientos, es decir, cuando se están produciendo los hechos, para elaborar expedientes y así, posteriormente, poder demandar a aquellos que han perpetrado crímenes contra la humanidad.
Acerca del futuro, no creo que ni los sirios puedan vaticinarlo. Por desgracia, hay un elemento muy potente de política exterior por el chiismo (Siria, Irak, Irán… contra los países del Golfo). Es decir, que es una situación complicada desde el puto de vista de la política exterior, más complicada que Túnez y Libia, por ejemplo. Con todo, es una situación muy difícil.
Finalmente, ¿cuáles son los retos a los que se enfrenta EMHRN en la actualidad?
Dado que somos ONG de DDHH, nuestro reto es ayudar a nuestros miembros a que tengan un papel clave. Antes de las revoluciones, las organizaciones de DDHH apenas tenían incidencia en las políticas, ya que los partidos políticos estaban prohibidos, así que la comunidad de DDHH se ha convertido en un espacio fundamental donde formular políticas relacionadas con los DDHH.
En la actualidad con todas las revoluciones, muchos defensores y organizaciones de DDHH tienen que definir su papel, así como los partidos políticos, sindicatos, etc. y apoyarlos para contribuir a que encuentren su papel y ser capaces de promover derechos humanos y una nueva configuración en la que estén también los partidos políticos. El escenario actual se caracteriza por ser muy complejo, pero hay que afrontar estos retos con confianza.