Entrevista a Jesús A. Núñez, codirector del IECAH, para el Heraldo de Aragón
Para Heraldo
Lo primero, enhorabuena. El Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (Iecah) que codirige cumple 20 años.
Nos vamos haciendo mayorcitos.
¿Estamos mejor o peor que en 2000 en cuanto a conflictos?
En el terreno de la seguridad está claro que si empezábamos el siglo con los atentados del 11-S de 2001 -y eso marcó un periodo largo equivocado por parte de Estados Unidos de guerra contra el terror- a día de hoy nos encontramos con un mundo más complejo en el que el orden internacional nacido a finales de la II Guerra Mundial muestra sus desajustes e incapacidad para gestionar la globalización. Y si lo miramos desde el privilegiado puesto de ciudadanos del mundo desarrollado, somos conscientes del impacto de la crisis económica que estalló en 2008 con el añadido ahora del impacto de la pandemia de la covid. Por lo tanto, una situación generalizada de preocupación e inquietud.
Bueno, ‘EE. UU. está de vuelta’. Suena bien el mensaje del presidente electo Joe Biden.
Me cuesta mucho compartir esas expectativas. Cuando apareció Obama se vivió una situación muy similar pensando que, después de la nefasta Administración de Bush hijo, iba a resolver todos los problemas del mundo. Y no fue así. Como mínimo dejemos que sean los hechos los que confirmen o no esa expectativa.
¿Se imaginaba que Donald Trump pusiera tantos impedimentos para reconocer su derrota?
Lo que me preocupa mucho más es el hecho de que Trump ha obtenido 74 millones de votos, más que en 2016. Si no hubiera sido por la pandemia, habría ganado las elecciones. Trump no ha terminado. Con ese respaldo popular podemos pensar en que trate de volver en 2024. A lo que se va a dedicar es a poner todas las piedras posibles en el camino de Biden.
El padre científico del programa nuclear iraní acaba de ser asesinado, ¿qué está pasando en Oriente Medio?
Hay una reordenación geoestratégica derivaba del hecho de queEE. UU. ya no transmite a Arabia Saudí e Israel la misma confianza que antes, de estar dispuesto a defenderlos en cualquier circunstancia. Desde 2010 llevan matando a varios científicos y líderes militares, atacando con virus informáticos los sistemas iraníes… Es una senda que busca provocar el colapso del régimen iraní porque lo identifican como su principal amenaza de seguridad.
La amenaza que no desaparece es la del yihadismo. Recientemente, Europa ha sido víctima de varios atentados islamistas.
Dáesh y Al Qaeda siguen siendo dos entidades con capacidad y voluntad para matar y continúan manteniendo un alto nivel de operatividad en el Sahel africano. El problema está en que esa amenaza aún a día de hoy sigue siendo respondida por parte occidental, fundamentalmente, con una perspectiva militarista.
El coronavirus está centrando, lógicamente, la agenda internacional. ¿Qué otros conflictos le preocupan?
Si tengo que señalar uno por encima de todos es que tenemos más de 5 millones y medio de refugiados palestinos y a una agencia-la Unrwa- que se ha quedado sin fondos porque los gobiernos no los están transfiriendo para que puedan llevar a cabo sus tareas. Y seguimos desatendiendo una crisis climática para la que el acuerdo de París resulta insuficiente y la amenaza no espera. Si ahora estamos pensando en la amenaza de la pandemia, la de la crisis climática es infinitamente superior.
Se ha hablado de que hay una relación entre ambas.
Claramente. Lo que queda de manifiesto es que hay una relación con nuestros modelos de desarrollo económico, de explotación y despilfarro de recursos que hace cada vez más probable la transmisión de virus de animales a seres humanos. Ese es el resultado de nuestros propios modelos y no veo que haya un esfuerzo serio para modificarlos.