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El juicio contra Jean Pierre Bemba sigue adelante

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Fuente: CPI

Por Ana Dols García

Los intentos de Jean-Pierre Bemba para evitar ser juzgado en la Corte Penal Internacional no han llegado a buen puerto y el juicio contra el exvicepresidente congoleño seguirá su curso a partir del 22 de noviembre. Sin duda se trata de una buena noticia, salvo para el propio Bemba, un exitoso hombre de negocios que nunca debió involucrarse en asuntos políticos.

Bemba, hijo de un influyente empresario congoleño, pasó su infancia y juventud en Bélgica, donde se licenció en Administración de Empresas. Posteriormente regresó a la República Democrática del Congo (RDC), donde pronto se convirtió en un exitoso hombre de negocios. Poco después pasó a ser asistente personal del entonces presidente Mobutu Sese Seko, por lo que tuvo que exiliarse tras el derrocamiento de este en 1997. Durante la guerra del Congo (1998-2003) Bemba formó, con la ayuda del presidente ugandés Museveni, y lideró el grupo rebelde Movimiento por la Liberación del Congo (MLC), opuesto al regimen que la familia Kabila había instaurado en la RDC (1). Tras firmar la paz con el gobierno de Joseph Kabila, el MLC se convirtió en un partido político y, ya en 2003, Bemba fue nombrado uno de los cuatro vicepresidentes de la RDC, cargo que ocupó hasta 2006, cuando pasó a ser el principal líder de la oposición tras ser derrotado por Kabila en las elecciones presidenciales. En abril de 2007 Bemba abandonó su país argumentando problemas de salud, aunque lo cierto es que temía por su vida tras una serie de enfrentamientos entre sus hombres y las fuerzas gubernamentales. Se exilió a Portugal, aunque fue finalmente detenido en Bélgica (en mayo de 2008), cuando visitaba a unos familiares.

Proceso ante la Corte Penal Internacional
Jean-Pierre Bemba está acusado de haber cometido crímenes de guerra y contra la humanidad en la República Centroafricana (RCA) entre octubre de 2002 y marzo de 2003. En un primer momento se emitió una orden de arresto contra él acusándole de ocho crímenes de guerra y contra la humanidad (2). Finalmente sólo se le juzgará por dos crímenes contra la humanidad (muerte y violación) y tres crímenes de guerra (muerte, violación y saqueos), ya que no se han encontrado pruebas suficientes para imputarle también por los delitos de tortura y ultrajes contra la dignidad personal.

Como comentamos anteriormente, todos estos actos ocurrieron en la RCA, donde acudió Bemba en calidad de presidente y comandante en jefe del MLC, en auxilio del entonces presidente Ange-Feliz Patasse, que había sido blanco de un intento de golpe de Estado por parte del general François Bozizé. Las tropas del MLC atacaron sistemáticamente a la población civil, sucediéndose los asesinatos, violaciones en grupo, saqueos y torturas. Esos ataques sólo finalizaron con la toma de poder de Bozizé en marzo de 2003.

Tras reconocer la Corte Centroafricana su incapacidad para juzgar los crímenes cometidos en los conflictos de 2002-2003, el Gobierno centroafricano reclamó la intervención de la Corte Penal Internacional (3). La Corte anunció la apertura de una investigación en la RCA en mayo de 2007, emitiendo una orden secreta de arresto contra Jean-Pierre Bemba un año después.

Desde el comienzo del proceso Bemba ha defendido su inocencia, negando su implicación en estos hechos y declinando toda responsabilidad sobre las violaciones de derechos cometidas por los hombres del MLC ya que, según afirma, estos estaban a las órdenes del Presidente Patasse desde que desembarcaron en la RCA. No es esta la opinión de la Corte, que considera que Bemba tenía el mando efectivo sobre sus hombres y que, conociendo las violaciones, saqueos y asesinatos cometidos por ellos, no hizo nada por evitarlos. La defensa también ha intentado evitar el juicio alegando que era improcedente al haber sido juzgado ya en la República Centroafricana. La Corte rechazó su demanda recientemente alegando que fue la propia Corte Centroafricana la que elevó el caso a la Corte Penal Internacional.

Repercusiones del juicio
El anuncio de que el proceso judicial contra Bemba continúa ha de ser aplaudido. Es esencial que el juicio siga su curso y se emita una sentencia por varios motivos. En primer lugar, es necesario dar respuestas y consuelo a las víctimas, que merecen ser escuchadas, saber la verdad de lo ocurrido y seguir creyendo en la justicia. Además, el juicio es clave porque se centra en las violaciones masivas como crímenes de guerra, lo que supondría un gran avance en la lucha contra esta forma de violencia.

Una tercera razón es que la realización del juicio de Bemba supone un impulso para la propia Corte Penal Internacional y un paso adelante en el fortalecimiento de la justicia penal universal. Es importante lanzar un mensaje contra la impunidad de los crímenes de guerra y contra la humanidad, especialmente si tenemos en cuenta la situación actual de la RDC y la RCA, ya que ambos países se encuentran inmersos desde hace años en una grave espiral de violencia donde rebeldes y fuerzas gubernamentales vulneran sistemáticamente el derecho internacional humanitario y los derechos humanos. Gobiernos y rebeldes han de saber que sus crímenes no quedaran impunes.

Otro punto significativo es que el avance de este juicio supone una llamada a la comunidad internacional para que apueste claramente por la resolución de los conflictos que asolan actualmente ambos países.

El juicio también supone un importante desafío para los medios de comunicación independientes, así como para los servicios de comunicación de la propia Corte. Es importante, por una parte, que el juicio no quede relejado a un segundo plano y que se informe a la población sobre los hechos acaecidos en la República Centroafricana en su momento, así como de los hechos que ocurren en la actualidad (ocupación rebelde al norte del país, presencia del grupo rebelde ugandés el Ejército de Liberación del Señor (4) en el sureste). Por otra, es importante, incluso esencial, que la población centroafricana esté al tanto de lo que ocurre en el juicio. Los centroafricanos necesitan respuestas y, sobre todo, necesitan sentir que no están olvidados.

Por último, también se espera que el juicio dé respuesta a cuestiones como la muerte de Nganatouwa Goungaye Wanfiyo, abogado y presidente de la Liga Centroafricana de Derechos Humanos, que murió en un extraño «accidente» de coche cuando volvía de recabar información sobre las víctimas de los crímenes cometidos por los hombres del MLC. Falta también saber qué ocurrirá con Patassé ya que, si bien hasta el momento no se ha emitido una orden de arresto contra él, la depuración de responsabilidades a lo largo del juicio puede afectarle.

Sin duda este juicio ha creado grandes expectativas y es que tiene el desafío de responder a las demandas de las víctimas a la vez que reforzar el sistema penal internacional y la lucha contra la impunidad, dar un impulso a la consolidación de la paz en la RCA, y lanzar un grito de esperanza a la población congoleña y centroafricana. Ahora sólo queda esperar que tanto el juicio como el veredicto sean un verdadero ejemplo de justicia, capaz de cubrir todas las expectativas que ha creado y dar cierto consuelo a todas las víctimas que, presuntamente, Jean-Pierre Bemba ha ido dejando en su camino.

Notas:
1. Tras haber provocado el derrocamiento de Mobutu, Laurent- Désiré Kabila asumió la presidencia de la RDC. En enero de 2001 fue asesinado, por lo que su hijo, Joseph Kabila, asumió la presidencia del país.
2. Orden de detención de Jean-Pierre Bemba Gombo del 23 de mayo de 2008.
3. La República Centroafricana ratificó el Estatuto de Roma el 3 de octubre de 2001.
4. La Corte Penal Internacional ha emitido una orden de arresto contra sus cabecillas.

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