El conflicto sirio se refugia en el Líbano
La magnitud de la crisis humana en el Líbano está alcanzando niveles escalofriantes, ya que se estima que un millón de sirios (en su mayor parte no registrados con ACNUR) se encuentran refugiados en el país y acampados en tiendas en condiciones extremas. La mayoría de ellos tienen un acceso muy limitado al agua potable, a las instalaciones sanitarias así como una escasa atención de salud primaria.
Sobre esta base, algunas ONGD están llevando a cabo intervenciones de agua, saneamiento e higiene entre otras, tal y como ha hecho Acción contra el Hambre (organización humanitaria internacional e independiente que combate la desnutrición infantil a la vez que garantiza agua y medios de vida seguros a las poblaciones más vulnerables) cuya misión se está centrando en el reparto de material de agua y en la construcción de letrinas de emergencia en el Valle del Bekaa, región donde se encuentran los campos que albergan a al menos 35.000 refugiados sirios. Así lo comunican en una reciente nota de prensa:
«Acción contra el Hambre-Líbano está trabajando principalmente en los asentamientos de tiendas, donde las necesidades de la población refugiada son más urgentes. Actualmente estamos construyendo letrinas de emergencia y distribuyendo agua potable, tanques de agua, filtros de agua y material de higiene a cerca de 35.000 refugiados sirios. Todas nuestras actividades se combinan con iniciativas de promoción de la higiene en cooperación con los municipios locales, otros organismos internacionales. Estamos constatando una gran participación de los propios refugiados, que están ayudando a la construcción de las letrinas».
Teniendo en cuenta todo lo anterior, no es de extrañar que Líbano se encuentre desbordado, ya que atraviesa una gran crisis humanitaria, política, económica y social. Por un lado, cabe hacer especial hincapié a la débil situación política y, por otro, no podemos olvidar la consecuente inestabilidad gubernamental interna. Dicha situación ha agravado la crisis en el Líbano por la intensidad de los conflictos constantes en las frontera con Israel y Siria, que han supuesto la puesta en marcha de operaciones militares, el uso de granadas y otras armas, el bombardeo de muchos pueblos del Valle del Bekaa o el fuego cruzado.
Esta situación no afecta sólo a los refugiados, sino que atañe también a la comunidad libanesa, razón por la cual no se pueden soslayar las dimensiones que está tomando este conflicto: la necesidad de aumentar la ayuda humanitaria es acuciante, así como lo es también el ser capaces de dar respuesta a la crisis humanitaria y prevenir un conflicto interno mediante el suministro de cobijo, agua, alimento y atención médica a todas aquellas personas afectadas y especialmente, a los colectivos más vulnerables.
Según ha publicado Acción Contra el Hambre, antes de que la situación empeore aún más «la comunidad internacional tiene que movilizar recursos y apoyar a un país y una población que ha sido demasiadas veces testigo de conflictos», pues el flujo oficial de refugiados (un millón de personas) está desestabilizando la situación de un país pequeño de tan solo cuatro millones de habitantes, cuya capacidad gubernamental para responder a las carencias cada vez mayores de su población, ya estaba en entredicho antes, y lo está ahora todavía más, al verse mermada y puesta a prueba.
Fuente de la fotografía: http://m.ruvr.ru/2012/08/17/1283510226/kollaj_2g455f65fd65df-1.jpg.1000x297x1.jpg
Fuente de información: http://www.accioncontraelhambre.org/noticias.php/id/456/titulo/un-millon-de-refugiados-sirios-hacen-de-el-libano-el-pais-vecino-mas-afectado-por-el-conflicto