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Diagnóstico de construcción de paz

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Análisis de la perspectiva de construcción de paz en la cooperación al desarrollo de las comunidades autónomas

La Escola de Cultura de Pau de Barcelona ha realizado un diagnóstico de Construcción de Paz con el objetivo de valorar el rol de las Comunidades Autónomas -CCAA- en el ámbito de la construcción de paz y sensibilidad al conflicto, entendida como una cooperación de carácter transversal determinada por elementos de desarrollo y acción humanitaria que se llevan a cabo en un contexto de conflicto armado.

La evaluación ejecutada por Escola de Pau nació tras constatar que algunos proyectos de cooperación o acción humanitaria, aunque cumpliendo sus objetivos, podían en ocasiones aumentar la inseguridad, generar grupos armados o fomentar nuevos conflictos.

Con las intervenciones militares realizadas en Somalia y Bosnia-Herzegovina en 1993 y Ruanda en 1994 se inició un periodo de reflexión y evaluación crítica sobre el modelo de intervención utilizado hasta el momento. A partir de ellas se constató, en primer lugar, que la acción humanitaria no puede ser un sustituto de la acción política y, en segundo, que los mandatos deben ser coherentes con las decisiones tomadas por los países. Por último, en ese primer ámbito se destaca también que las intervenciones externas influyen en el desarrollo del conflicto y que es necesario una mayor coordinación de los actores involucrados en sus intervenciones.

Es importante destacar que en esos años se produjeron intervenciones exitosas como la de la Oficina de Asistencia para Desastres de EEUU, que en 1991 facilitó el retorno de la población kurda al norte de Iraq evitando que se creara un nuevo campo de refugiados en la frontera con Turquía, que ya les había denegado el derecho de asilo.

Según el Informe, las comunidades tienen que participar en la construcción de paz -concebida como el conjunto de medidas encaminadas a transformar los conflictos violentos en relaciones más pacíficas y sostenibles (Lederach, 1998: 47) independientemente de que estas medidas se tomen en un contexto de tensión, de confrontación armada abierta, o de posconflicto armado- y en la sensibilidad al conflicto. Pero hoy en día se registran varias imperfecciones en este sentido: por ejemplo, a la hora de analizar cuántos de los países prioritarios se encuentran en situación de tensión o conflicto armado, el número total varía considerablemente de una comunidad a otra; oscilando los primeros entre un mínimo de 7 y un máximo de 21, y los segundos entre 13 y 50.

Otra forma de considerar la importancia de que la cooperación autonómica asuma objetivos de construcción de paz o de sensibilidad al conflicto es analizar hacia qué países se destinan los gastos. Más del 60% son países en situación de tensión o conflicto armado y casi el 56%, es decir 856.198.738, representa el presupuesto comunitario.

Una posible razón que justifique la no correspondencia entre la proporción de países en situación de violencia y la asunción de objetivos de paz o el gasto en construcción de paz puede tener que ver con el desconocimiento de las teorías de sensibilidad al conflicto.

Solo el 11,8% de los Planes Directores autonómicos mencionan las directrices del CAD sobre cooperación y conflicto; más del 60% del personal técnico manifiesta no haber leído las directrices; casi el 50% no conoce la Estrategia de Construcción de Paz de la cooperación española publicada en 2007 y el 75% no conoce de las teorías de sensibilidad al conflicto.

Además, sigue el estudio, en los Planes Directores de las CCAA, en poco más de la mitad (52,9%) se define qué tipo de desarrollo se persigue, mientras que solo el 47,1% definen lo que entienden por acción humanitaria. Si bien son muy pocos los actores de cooperación autonómicos que definen la paz en sus planes directores, cuando éstos lo hacen es con una visión positiva, relacionada con el desarrollo, la justicia social, el respeto a los derechos humanos, o la gobernabilidad (PD Aragón o PD Castilla-La Mancha).

El Plan Director de Extremadura, por ejemplo, define desarrollo preventivo como la necesidad de que la prevención de conflictos sea una acción constante de los programas de desarrollo. Al mismo tiempo, el término construcción de paz se utiliza con una concepción mucho más amplia de lo estrictamente militar y diplomático (PD Extremadura). Estos ámbitos de intervención suelen ser la prevención de conflictos o la rehabilitación posbélica, y en otros casos menos frecuentes, se habla incluso de la gestión de crisis o la transformación de conflictos (PD Cataluña, PD Extremadura).

En general, las comunidades autónomas optan por priorizar bien la construcción de paz o bien la sensibilidad al conflicto; pocas veces lo hacen por promover ambas aproximaciones simultáneamente. Algunas comunidades se centran en medidas de construcción de paz, mientras que lo hacen en acción humanitaria o desarrollo.

En sus últimas páginas, el informe sigue analizando las distintas formas de incorporar la construcción de la paz y la sensibilidad al conflicto mediante medidas generales o especificas. Entre las primeras figuran la participación exterior -como la vinculación de las políticas a iniciativas estatales o supranacionales-, la participación en grupos de reflexión sobre sensibilidad al conflicto y la facilitación de grupos de trabajo con ONG para la obtención de lecciones aprendidas.

Las medidas más específicas son entendidas como aquellas que se refieren a la estructura de la agencia -existencia/inexistencia de un departamento de construcción de paz o de sensibilidad al conflicto y dotación de personal técnico dedicado a estos temas y con experiencia-, aspectos más políticos -planes directores o leyes de cooperación y presupuestos- o de actuaciones -proyectos de cooperación de las ONG: convocatorias, formularios y evaluación, licitaciones y consultorías del sector privado, cooperación directa, formación del personal técnico de la agencia de cooperación y de las ONG y promoción de la investigación-.

En conclusión, es clara la importancia de que las CCAA identifiquen los objetivos de intervención para la paz, ya sean de construcción de paz o de sensibilidad al conflicto. Además, para asegurar que este compromiso permanezca en el tiempo, se deben que crear y mejorar estructuras, contabilizar los gastos e invertir en la formación del personal técnico de las agencias de cooperación y ONG.

Todos esos objetivos, junto con la mejora de las capacidades españolas en materia, podrían llevar el país a ser unos de los actores más importantes en este campo.

Informe disponible en:
file:///C:/DOCUME~1/user/LOCALS~1/Temp/escolapau.uab.catCCPsensibilidadindex.html

Fuentes: Escola de Pau, MAEC, IECAH, Naciones Unidas.

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