investigar. formar. incidir.

Menú
Actualidad | Artículos en otros medios

Colombia: deshojando varias margaritas

ea15

(Para Radio Nederland, desde Colombia)
Las elecciones municipales y a las Gobernaciones de Departamento celebradas en Colombia el pasado domingo, pese a haber tenido algunos hechos destacables, no han alterado mucho el panorama político del país, pero si han servido para que afloren algunas de las tendencias para el próximo futuro. El proceso electoral se ha saldado, además, con muchas menos víctimas por asesinato que en ocasiones anteriores y, aunque la cifra de 22 candidatos asesinados básicamente por las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) está lejos de cualquier normalidad y en algunos municipios subsisten las quejas por fraude, el saldo en términos de avances democráticos es positivo. Todos los partidos han interpretado los resultados de la forma que más les conviene y, aparentemente, no hay ni ganadores ni perdedores claros… ¡¡cómo siempre!!.

Por ello, la primera sorpresa de la resaca  postelectoral está siendo el palpable nerviosismo del Presidente Uribe que hasta la fecha no ha querido entrevistarse con uno de los grandes ganadores, el próximo Alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, del Polo Democrático Alternativo. Los nervios del señor Presidente ya se manifestaron en la última fase de la campaña en la que, contra lo que exige el ordenamiento jurídico colombiano, trató de influir a favor de su candidato, Enrique Peñalosa, y arremetió contra algunos candidatos del Polo con insinuaciones de cercanía a los grupos guerrilleros. Esta participación en “política” expresamente prohibida por la legislación colombiana a los altos funcionarios de la nación, le va a llevar a la Comisión de investigación y Acusaciones de la Cámara y, aunque en ella tiene una holgada mayoría que le evitará males mayores, deja en evidencia un estilo de hacer política bastante entrometido en áreas fuera de su competencia. Para algunos analistas, estos nervios de Uribe le están haciendo aparecer ante la opinión como el primer perdedor de las elecciones. Al menos en el plano subjetivo. Y ha vuelto a poner en el tapete una de las margaritas a deshojar, ¿se presentará Uribe a la segunda reelección en el año 2010?. Tanto el actual Presidente como sus allegados han manifestado que esa eventualidad sólo se produciría ante una posible “hecatombe”, pero no han aclarado  a que se refieren. Para algunos, la derrota de Peñalosa en Bogotá ya es esa hecatombe. Parece claro, no obstante, que la consolidación y presencia pública de líderes del Polo como Gaviria, Petro, Garzón, Navarro y ahora Moreno, asusta en el stablishment político colombiano.

En este contexto postelectoral las declaraciones del líder de las FARC detenido en los Estados Unidos, Simón Trinidad, en el sentido de no poner como condición para un intercambio humanitario, su inclusión en el mismo, dan un cierto soplo de aire a este proceso de canje del que se lleva hablando hace muchos meses pero del que no se concreta nada. La atrevida y bastante oportunista intervención del Presidente francés Nicolas Sarkozy, que prácticamente daba por hecho pocos días después de su toma de posesión, el éxito de la liberación de Ingrid Betancourt y algunos otros secuestrados, hicieron aparecer ante los ciudadanos que este intercambio se produciría con celeridad y, como siempre, la realidad se encarga de poner las cosas en su sitio. La posterior intervención del Presidente venezolano Hugo Chávez, tan ávido de imagen mediática como su colega francés, parece que puede facilitar la mediación con las FARC pero, en cualquier caso, el proceso puede demorarse un cierto tiempo. Además, el reto de cualquier tipo de operación de canje de secuestrados, detenidos, prisioneros es que se haga de forma verdaderamente coherente con los motivos humanitarios que se argumentan. Aunque resulte una obviedad, conviene recordar que humanitario viene de humanidad y esto quiere decir que este principio básico debe ser respetado. Es decir, no deben primar los criterios de popularidad, nacionalidad, interés político u otros si se quiere apellidar a un posible acuerdo como humanitario. Eso sería un fraude y un sarcasmo para las víctimas. Y para avanzar en este posible acuerdo que mejore la situación de algunas de las víctimas del conflicto, el Presidente Uribe debe también deshojar otra margarita y plantear hasta dónde está dispuesto a llegar en su negociación. Tener la ocurrencia hace unos meses de anunciar a bombo y platillo la liberación de presos de las FARC y hacer creer que se estaba ya en el camino de conseguirlo, deberían exigirle ahora una mínima coherencia en sus posiciones.

En esta misma línea aparece la tercera flor a deshojar. Las negociaciones con el oro grupo guerrillero el Ejército de Liberación Nacional (ELN) están en un momento de parálisis y necesitadas de nuevos impulsos tras tres años de conversaciones. Como dice un reciente informe del International Crisis Group “ el ELN es quizás militarmente más fuerte de lo que cree el gobierno y políticamente más débil de lo que creen sus líderes. Para contrarrestar la propagación de la frustración y evitar el fracaso, el gobierno y los rebeldes deben explorar de inmediato opciones creativas tanto para empezar a establecer una apremiante confianza mutua como para abordar los persistentes cuellos de botella en cuestiones procedimentales y sustantivas”.

En un proceso como el llevado a cabo entre gobierno y ELN, que se ha realizado dentro de la “ortodoxia” de los procesos de desmovilización, ambas partes deben ceder en algunos planteamientos, pero parece evidente que corresponde al gobierno una cierta generosidad que, por cierto, tuvo a manos llenas en el cuestionable proceso de desmovilización y reinserción de los grupos paramilitares a través de la Ley de Justicia y Paz. Muchos de los cuales, según todos los datos, han vuelto de una forma un otra a la violencia armada. Pero esa última “flor” habrá que deshojarla otro día.

Publicaciones relacionadas