Aumenta a casi medio millar el número de victimas en Nigeria
Los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes, iniciados en los últimos diez días de enero en la ciudad de Jos, han dejado hasta el mes de febrero casi 500…
Por Francesco Maria Autolino
Los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes, iniciados en los últimos diez días de enero en la ciudad de Jos, han dejado hasta el mes de febrero casi 500 muertos, según las cifras de la organización Human Rights Watch.
Los actos de violencia entre las dos comunidades se han extendido a los pueblos alrededor del Delta del Níger y a la ciudad de Pankshin, un centenar de kilómetros más al sur, donde han ardido varios edificios.
La versión oficial afirma que el episodio desencadenante de estos enfrentamientos habría sido el asalto por parte de unos cristianos a las obras de construcción de una mezquita en un área de la ciudad habitada por población de confesión cristiana.
Además, las afirmaciones del grupo de Al Qaeda establecido en el Magreb, conocido como Al Qaeda del Magreb Islámico, declarándose dispuesto a intervenir a favor de la población musulmana, han contribuido a aumentar la tensión.
Los integristas islámicos critican al gobierno de Nigeria, por su industrialización a manos de los infieles, su occidentalización y la disminución de la religiosidad.
Según Monseñor Ignatius Ayau Kaigama, arzobispo de Jos, el origen del conflicto actual estaría en la lucha entre el grupo indígena de los Berom, de mayoría cristiana y residente en el sur del país y los Hausa, de religión musulmana y asentados en el norte, por el control político de la ciudad y más concretamente el oro negro, el petróleo.
Además, a la crisis social se suma la inestabilidad política: el presidente Umaru Yar’Adua, en el poder desde el 2007, está convaleciente en un hospital en Arabia Saudí, lo que está generando un vacío institucional en el país.
Tras la intervención del Secretario General de la ONU Ban Kin Moon, que llamaba a una solución pacífica de las hostilidades, el vicepresidente Jonathan Goodluck -que el 9 de febrero asumió la totalidad de los poderes presidenciales hasta el regreso de Yar’Adua- ha ordenado el envío de tropas al estado de Plateau, en el centro del país, buscando con ello dar los primeros pasos para poner fin al conflicto.
Fuentes: IRIN, Thomson Reuters Foundation, HRW, El País