Actualización Somalia (julio 2009)
La situación en Somalia ha empeorado durante el mes de junio, dando paso a más violencia y al continuo…
Por Malgorzata Kotomska
La situación en Somalia ha empeorado durante el mes de junio, dando paso a más violencia y al continuo desplazamiento de la población somalí. La ofensiva liderada por al-Shabab y Hisbul-Islam contra el gobierno y las fuerzas de paz de la Unión Africana ha costado aproximadamente 250 vidas desde principios de mayo, cuando empezó esta oleada de violencia. El 18 de junio, un coche bomba mató al Ministro de Seguridad, Omar Hashi Aden, junto con otras 22 personas, en un hotel de Mogadiscio. El Ministro tenía muchas aspiraciones para cambiar el destino de Somalia, entre ellas, crear las fuerzas de seguridad somalíes con la integración de excombatientes. Unos días antes del ataque contra el Ministro, el comisario jefe de la Policía de Mogadiscio fue asesinado, junto con otras 15 personas.
Según las últimas noticias, la insurgencia está ganando más fuerza con la llegada de combatientes extranjeros, supuestamente afiliados a al-Qaeda. El gobierno y oficiales de la ONU afirmaron que unos 200 combatientes de Yemen, Pakistán y otros países han llegado a Somalia para luchar al lado de al-Shabab. Por esta razón, el Presidente Sheik Sharif Ahmed está dando alertando a la comunidad internacional de que Somalia está bajo la amenaza de ser «invadida» por al-Qaeda. Además, tanto Somalia como el resto de los países que forman la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD) -Yibuti, Etiopía, Kenia, Sudán y Uganda- han culpado a Eritrea por suministrar las armas a los insurgentes somalíes y han pedido que la ONU imponga sanciones contra el país vecino.
Mientras tanto, la población somalí se encuentra en una situación cada vez más peligrosa. Desde el inicio de esta oleada de violencia, unas 120.000 personas han sido desplazadas, muchas de ellas son las que han vuelo a Mogadiscio a principios de año cuando parecía que la capital tenía alguna posibilidad de estabilizarse. Las rutas típicas llevan a los somalíes a Yibuti, Etiopía y Kenia. Sin embargo, los tres campos en Dadaab, (Kenia) -Dagahaley, Ifo y Hagadera- ya están sobreocupados. Aunque están diseñados para acomodar a 90.000 personas, actualmente proveen refugio para 275.000 personas (la mayoría somalíes).
Según algunos organismos como ACNUR, es muy probable que la cifra vaya a crecer en las próximas semanas o meses. Para evitar más caos, se está pidiendo al gobierno keniano que asigne más espacio para los refugiados. También, la ONU está negociando la reapertura de la frontera keniana, cerrada desde el año 2006 pero tan porosa que sigue permitiendo el paso a las personas que huyen de la violencia en Somalia.
Boletín IECAH nº 5, julio 2009