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A tan sólo ocho días de la III Conferencia Mundial sobre RRD en Sendai (Segunda parte)

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A tan sólo ocho días de la III Conferencia Mundial sobre Reducción del Riesgo de Desastres (RRD) que tendrá lugar en la ciudad japonesa de Sendai y tras una primera entrega en la que realizamos un breve recorrido por algunas cuestiones básicas en materia de RRD, queremos ofrecer en esta segunda edición una visión global de los temas clave que se están planteando hasta la fecha sobre las consultas y el desarrollo de un marco después de 2015 para la RRD (el llamado «MAH2»), así como conocer un poco más en profundidad la actuación de España al respecto.

No podemos olvidar que la revisión del marco después de 2015 para la RRD tiene lugar en un momento crítico y crucial en el que otros tres instrumentos principales clave para el aumento y la gestión del riesgo están siendo ahora objeto de debate: la Convención sobre el Cambio Climático, los ODM y los ODS. Esta sincronía es, sin lugar a dudas, una gran oportunidad para acordar y definir un paradigma después de 2015 coherente, cohesionado, general y lo más armonizado posible.

I. Desde los orígenes del Marco de Acción de Hyogo hasta nuestros días

El Marco de Acción de Hyogo (MAH) 2005 – 2015, adoptado por 168 países tras el tsunami del Océano Índico en 2005, se concibió con el objeto de impulsar el trabajo global sobre la RRD mediante «el aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres». Fue Naciones Unidas quien lo inició, en el Marco Internacional de Acción para el Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales de 1989 y se articuló tanto por la Estrategia de Yokohama como por el Plan de Acción de 1994 y la Estrategia Internacional para la RRD de 1999. Dichos documentos se constituyeron como marco de referencia de la ONU para la RRD y la resiliencia ante amenazas de origen natural y antrópico.

Pero, ¿qué avances se han logrado hasta la fecha? ¿A qué retos nos enfrentamos ahora que el MAH llega a su fin? No se puede perder de vista que el MAH ha sido un instrumento muy valioso que ha llamado la atención sobre la RRD y su inequívoca importancia en el ámbito humanitario y de desarrollo. Por un lado, numerosos países han conseguido muchos avances en algunas áreas prioritarias del MAH, sobre todo, en aquellas relacionadas con el crecimiento económico y la mejora en las condiciones de desarrollo en aquellos países de bajos y medios ingresos. Asimismo, el incremento de las capacidades en materia de alerta temprana y las fases de preparación y respuesta ante desastres han contribuido a reducir el riesgo de mortalidad, a menos con respecto a los fenómenos meteorológicos en los que es posible la alerta temprana.

No obstante, las pérdidas económicas relacionadas con los desastres en los últimos 30 años siguen incrementándose. La degradación ambiental, el desarrollo urbano mal planificado y gestionado, la pobreza y la desigualdad están impulsando el rápido aumento de la pérdida y daños asociados al riesgo extensivo, afectando gravemente a las familias de bajos ingresos y a colectivos vulnerables. Además, son los «pequeños» desastres los más frecuentes, los que causan más víctimas mortales y daños económicos, así como un mayor impacto en las vidas de millones de personas en todo el mundo.

II. ¿Y ahora qué? Consideraciones a tener en cuenta en el proceso de revisión del MAH

Durante el proceso de consultas, los países y grupos de interés han señalado que el marco después de 2015 para la RRD debería aprovechar la experiencia del MAH y de los marcos citados anteriormente, ser práctico y estar orientado en torno a la acción, así como ser capaz de afrontar escenarios de riesgo futuros naturales y tecnológicos.

Se propone la necesidad de replantear y mejorar la rendición de cuentas, el monitoreo y la transparencia en torno a objetivos e indicadores de progreso del nuevo marco, incluyendo una mejora en el análisis, la recopilación de datos y la importancia de los indicadores y las metas que midan los logros obtenidos y el grado de cumplimiento tanto por los propios países como por otros actores, que sirvan como herramienta para fomentar el diálogo entre las diferentes partes involucradas en la gestión del riesgo de desastres.

Asimismo, la revisión del marco de acción de Hyogo debe focalizarse en las personas y sus derechos. Por ello, debe estar orientado hacia las capacidades, las necesidades y el empoderamiento de mujeres y hombres, prestando especial atención a los colectivos vulnerables frente a los desastres, especialmente, personas mayores, personas con discapacidad, niños y niñas y minorías étnicas, entre otros. En este sentido, cabe considerar la perspectiva local del riesgo, las iniciativas y las capacidades locales, ya que es consustancial a la respuesta y compatible con una gestión del riesgo de desastres eficaz.

Se vuelve a llamar la atención sobre una de las principales preocupaciones actuales, a saber: la recurrencia creciente de los desastres de diversa naturaleza y, en especial, los desastres extensivos, por su gran impacto en el conjunto de los riesgos existentes y los costes provocados, sobre todo, para los colectivos vulnerables. Se incide en que el riesgo de desastres se puede reducir mediante el fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades y gobiernos locales; éste no debe ser el objetivo fundamental sino que debe considerarse como un enfoque sistemático para contribuir, de forma colateral, a la reducción de la vulnerabilidad. La base de la gestión del riesgo de desastres consiste en entender las amenazas, la exposición y vulnerabilidad de las personas ante dichas amenazas para cuantificar los riesgos y anticiparse a posibles impactos de los peligros.

En lo que respecta a los factores subyacentes del riesgo, se pone de manifiesto que el nuevo marco debe contribuir a combatirlas, ya que la financiación ha ido destinada a la respuesta y no a las causas. Así, la exposición a desastres y la vulnerabilidad están relacionadas directamente con la desigualdad (muy especialmente la desigualdad de género) y la pobreza, por lo que las etapas de preparación, prevención y respuesta precisan ser diversificadas en sectores, niveles y actores, así como integradas por las agendas de desarrollo y humanitaria desde todos los ámbitos de acción.

Teniendo muy presente que los Estados, como titulares de obligaciones, son los que deben comprometerse con el Marco de Acción de Hyogo y su aplicación, cabe subrayar la necesidad de incorporar en la elaboración de planes de gestión del riesgo de desastres a todos los actores involucrados: desde centros de investigación, a ONG, organizaciones internacionales, universidades, empresas, entidades del ámbito local y regional, etc.

Por último, se señala la relevancia de garantizar una vinculación adecuada entre la emergencia y el desarrollo, dando prioridad a las respuestas basadas en un análisis de amenazas, vulnerabilidades y riesgos. Así, se propone la necesidad de apostar por el compromiso y la puesta en marcha de herramientas que favorezcan la vinculación entre la emergencia y el desarrollo, sin olvidar que la respuesta debe adaptarse a los distintos tipos de contextos. Además, es necesario una mayor inversión en los fondos humanitarios y de desarrollo y, como decíamos anteriormente, priorizar aquellos grupos y poblaciones extremadamente vulnerables. Y, todo ello teniendo muy presente que el foco del trabajo humanitario está en la preparación y respuesta a los desastres.

III. España participa en la III Conferencia Mundial sobre RRD

Del 14 al 18 de marzo de 2015, la Cooperación Española participará en la III Conferencia Mundial sobre Reducción del Riesgo de Desastres (RRD) en Sendai. España cuenta con una amplia experiencia en Protección Civil y RRD y ha desarrollado durante años conocimientos y capacidades en el ámbito de la preparación y respuesta ante desastres. Así, la RRD y el fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades en zonas vulnerables ante crisis humanitarias están siendo incluidas en las prioridades del MAEC y la AECID, un cambio a todas luces positivo en la cooperación internacional.

La participación de España en el proceso de revisión de MAH presidiendo la plataforma regional de RRD en octubre de 2014 y el seminario de trabajo de la AECID el pasado 22 de enero con vistas a la Cumbre Humanitaria Mundial (WHS, por sus siglas en inglés) donde se acordaron una serie de conclusiones sobre los cuatro grandes temas que la WHS tratará el próximo año (entre otros, la reducción de la vulnerabilidad y la gestión del riesgo) son también claros ejemplos. Dichos foros y los debates que en torno a ellos se están generando sirven, sin lugar a dudas, para retomar y promover el conocimiento sobre la necesidad de anticipar, prevenir y responder a las crisis humanitarias con mayor eficacia.

El primer pilar del MAH era la necesaria inclusión de la gestión del riesgo en las estrategias nacionales de desarrollo. Ahora que han pasado diez años observamos que el foco sobre el fortalecimiento de la resiliencia ha cobrado especial protagonismo en la reflexión internacional sobre desarrollo y acción humanitaria, y está muy presente en las agendas de todos los organismos involucrados. Seguiremos informando.

Enlaces de interés:

Página web Cumbre Mundial sobre la Reducción del Riesgo de Desastres 2015

Programa

Borrador cero

Segundo anuncio 3º Conferencia Mundial sobre la Reducción del Riesgo de Desastres 2015

Contribuciones de Naciones Unidas a la Cumbre

Otras fuentes relevantes

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