20 de junio, Día Mundial de los Refugiados
El 20 de junio se celebra el Día Mundial de los Refugiados. Fue así aprobado por la Asamblea General de Naciones Unidas en la Resolución A/RES/55/76 de 4 de diciembre de 2000, que eligió ese día por cumplirse el 50 aniversario de la aprobación del Estatuto del Refugiado de 1951. Sin embargo, casi 65 años después la situación es muy similar a la que había entonces, tras el conflicto mundial, cuando el número de refugiados y desplazados era de 50 millones. En el año 2013 esa cifra se superó, contándose 51,2 millones de personas en el mundo que se encontraban en esa situación. A final de 2014 hablamos de 59,5 millones de refugiados y desplazados.
https://www.youtube.com/watch?v=bVJik5tTusI
20 de junio: Día Mundial del Refugiado. ACNUR Comité Español.
Situación global: lo que nos dicen las cifras
Según los datos del Global Trends 2014: World at War de ACNUR, actualmente se calculan en más de 59,5 millones los refugiados y desplazados internos en el mundo. Más de 54 millones de personas son las que dependen de la asistencia de la agencia. Es la peor crisis de refugiados desde el fin de la II Guerra Mundial. De los 59,5 millones más de 14,3. Las regiones con mayor número son África Oriental y el Cuerno de África (2.601.400), Oriente Medio (2.963.900), Asia-Pacífico (3.848.600) y Europa (3.107.600).
Por países de origen de los refugiados, los que mayores números arrojan son Siria, que supera a Afganistán, con 3,9 millones de refugiados, Afganistán, con 2,6 millones, Somalia (1,11 millones), Sudán (666.000), Sudán del Sur (616.200), República Democrática del Congo (516.800), Myanmar (479.700), República Centroafricana (412.000), Irak (369.900) y Eritrea (363.100).
Fuente: UNHCR Global Trends 2014: World at War. Elaboración propia.
Por su parte, los principales países de acogida son los siguientes: Turquía (1,6 millones), Pakistán (1,5 millones), Líbano (1,15 millones), Irán (982.100), Etiopía (659.500), Jordania (654.100), Kenia (551.400), Chad (452.900), Uganda (385.500) y China (300.000).
Fuente: UNHCR Global Trends 2014: World at War. Elaboración propia.
Respecto a las Personas Desplazadas Internas (PDI), estas ascienden a 32,3 millones aproximadamente, la mayoría distribuidas en las regiones de África Central y los Grandes Lagos, Oriente Medio, el Sudoeste de Asia y América Latina. Los países más afectados por esta tendencia son Siria, con 7,6 millones de PDI, Colombia (6 millones), Irak (3,6 millones), República Democrática del Congo (2,8 millones), Sudán (2,19 millones), Sudán del Sur (1,64 millones), Pakistán (1,3 millones), Nigeria (1,18 millones), Somalia (1,1 millones) y Ucrania (823.000).
Fuente: UNHCR Global Trends 2014: World at War. Elaboración propia.
Otro dato a señalar es el que se refiere a los apátridas. Se calculan en 10 millones las personas que carecen de nacionalidad en todo el planeta, aunque las cifras oficiales aportadas por los países hablan de 3,5 millones. Sin embargo, al carecer de ningún tipo de documentación es muy difícil conocer la cifra exacta. Lo que sí se sabe es que la situación de estas personas no ha cambiado mucho en los últimos años, con las cifras manteniéndose.
Situación por áreas geográficas
África: los conflictos siguen causando desplazamientos de población aunque se prevé que el número de personas de interés para ACNUR decrezca levemente. Las crisis más preocupantes son las de República Centroafricana (RCA) y Sudán del Sur. 267.000 malienses continúan internamente desplazados, pero su reasentamiento está condicionado a la mejora de la situación de seguridad. También es preocupante la situación en el norte de Nigeria, con 650.000 desplazados internos y 70.000 refugiados en Camerún, Chad y Níger. Un dato alarmante es el porcentaje de los refugiados en todas las zonas del continente compuesto por niños y niñas, superior al 50% del total de refugiados, y cerca del 60% en África Oriental y Cuerno de África.
En general, existe gran generosidad por parte de los países africanos, puesto que 3 millones de refugiados han encontrado asilo en algún país del continente, aunque se aprecian algunas tendencias negativas, como el desmantelamiento por parte del gobierno keniata del campo de refugiados de Dadaab. La implementación desde 2009 de soluciones duraderas para los refugiados angoleños ha continuado con repatriaciones desde Botsuana, Congo, República Democrática del Congo (RDC), Namibia, Sudáfrica y Zambia, además de medidas de integración locales. Además, ha sido firmado un acuerdo tripartito entre los gobiernos keniata, somalí y ACNUR para la repatriación del 1,1 millón de refugiados somalíes, si bien aún no puede ser realizado a gran escala.
Oriente Medio y Norte de África: las emergencias humanitarias en esta región no cesan de aumentar debido a los conflictos prolongados. La crisis siria no tiene visos de ser solucionada en el corto plazo, lo que ha provocado que casi 4 millones de sirios sean refugiados en la región y otros 50.000 hayan sido concedidos asilo en 90 países. Además, 6,5 millones de personas están desplazados internamente y 10,8 millones precisan de asistencia humanitaria. La situación también empeora en Irak, con alrededor de 3 millones de iraquíes desplazados internamente, sobre todo acogidos en el Kurdistán iraquí, que también acoge a la mayor parte de los refugiados sirios en Irak.
La amenaza que supone Daesh es el principal factor que a día de hoy está prolongando el conflicto en estos dos países y, en general, en el resto de la región. Libia no se encuentra en mejor situación, con 140.000 desplazados internos y posibles desplazamientos a territorio tunecino y egipcio. Yemen también sufre también una situación compleja, con una población en situación de grave necesidad humanitaria. 334.000 están desplazadas internamente sufriendo de malnutrición e inseguridad alimentaria. A ellos se unen los 246.000 refugiados registrados, 95% de ellos somalíes, muchos de los cuales están siendo repatriados. Los niños y niñas también son fuente de preocupación en esta región, ya que suponen el 51% del total de refugiados. La solución militar que se está aplicando a estos conflictos, con ataques aéreos por parte de coaliciones internacionales, está agravando aún más la situación humanitaria, generando un mayor número de víctimas mortales civiles y contribuyendo significativamente al incremento en el número de refugiados y de desplazados internos.
Asia y Pacífico: 7,7 millones de personas en esta región preocupan a ACNUR, incluidos 3,5 millones de refugiados, 1,9 millones de personas desplazadas internas y 1,4 millones de apátridas. Los grandes grupos de refugiados de la región son los afganos y los procedentes de Myanmar (500.000 personas), caracterizados por pertenecer a diversos grupos étnicos violentamente perseguidos como los Karen y Krenni (acogidos en Tailandia), Chinos (en Malasia) o los Rohingyas (Bangladesh), además de 400.000 PDI. El 63% de los refugiados en esta región no vive en los campamentos de refugiados, con lo que se exponen a situaciones de gran vulnerabilidad, carecen de documentación y sufren riesgo de detención y deportación y explotación laboral y sexual. Finalmente, el aumento en los flujos marítimos irregulares ha resultado en que muchos refugiados arriesguen sus vidas en busca de protección y asilo. Los que consiguen llegar lo hacen en condiciones de abuso y malnutrición, mientras que muchos se quedan en el camino. Sólo 20 países de esta región han firmado la Convención sobre los Refugiados de 1951 y el Protocolo de 1967, lo que hace que las políticas de asilo en esta región sean bastante pobres.
América: uno de los problemas que se aprecia en Centroamérica es el movimiento de menores no acompañados o separados como consecuencia de la violencia ejercida por mafias criminales y grupos armados. Las conversaciones de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pueden tener repercusiones positivas en la vuelta de los refugiados y de los desplazados internos. De hecho, Colombia ha desaparecido del ránking de los 10 países con mayor número de refugiados, lo que supone una buena noticia. En el Caribe persisten los movimientos migratorios en veleros que resultan en numerosas muertes en el mar. Es necesario establecer alianzas estratégicas entre los actores regionales más importantes como la Organización de Estados Americanos y la Comisión Inter-Americana de Derechos Humanos para hacer frente a todos estos retos.
Europa: no ha cesado de aumentar el número de personas solicitantes de asilo en algún país europeo, especialmente motivado por conflictos como Siria e Irak y la constante inestabilidad en países como Afganistán y Eritrea. De las 264.000 solicitudes de asilo registradas en Europa en 2014, 216.300 fueron hechas en países de la Unión Europea, siendo los más solicitados Alemania, Francia, Suecia, Italia y Reino Unido. Es muy preocupante la situación en Ucrania, con 823.000 PDI, 168.000 personas que han solicitado asilo en Rusia y otras 148.847 en otros países europeos. Otro país europeo enormemente afectado es Turquía, en el primer puesto de acogida de refugiados, principalmente sirios, iraquíes y afganos.
Otra de las situaciones más alarmentes es el aumento del número de refugiados y migrantes que cruzan el Mediterráneo. Más de 87.000 personas llegaron a Italia por mar hasta agosto de 2014, principalmente procedentes de Eritrea y Siria. Sin embargo, ha habido que lamentar incidentes como el naufragio en Lampedusa en 2013 o el más reciente frente a la costa libia en abril de 2015 que dejó 700 víctimas mortales. La operación Mare Nostrum lanzada por el gobierno italiano consiguió salvar numerosas vidas. Lamentablemente, ha sido sustituida por la operación Tritón de la Unión Europea, con un mandato y alcance mucho más reducido, más preocupada por la defensa de las fronteras que por salvar vidas humanas. Además, muchos países europeos no cumplen con la legislación internacional en materia de refugio y asilo y devuelven a personas en condiciones de recibir estatus de refugiado mediante procedimientos ilegales. En el lado positivo, algunas se han producido en los Balcanes, siendo retirado el estatus de refugiados a los croatas y mejorándose las condiciones para el retorno de muchos de los refugiados y desplazados por los conflictos de los 90. Sin embargo, 670.000 apátridas continúan en Europa careciendo de documentación y de derechos.
Tendencias actuales respecto a las personas refugiadas
En este día mundial del refugiado también es interesante analizar el estado y el cumplimiento de los instrumentos legales existentes, destinados a la protección de las personas refugiadas, solicitantes de asilo y desplazadas internas.
En abril de 2015 el número de Estados parte de la Convención relativa al Estatuto del Refugiado de 1945 ascendía a 145. Por su parte, el número de países que han ratificado el Protocolo sobre el Estatuto de los Refugiados es de 146. Los países reticentes a firmar estos instrumentos internacionales se encuadran, en su mayoría, en Oriente Medio, el subcontinente indio y el Sudeste asiático.
También hay que destacar el endurecimiento de la política de refugio y asilo de la Unión Europea, con el sistema de Dublín, que obliga a los solicitantes a pedir asilo en el país de recepción y no en el que ellos deseen y evitar así la multiplicidad de solicitudes. Además, quiere evitarse que los refugiados puedan moverse libremente por el territorio de la Unión en búsqueda de condiciones más favorables. Además, existe inquietud por la situación de las personas cuya solicitud se encuentra en estudio cuando, finalmente, el asilo es finalmente denegado.
Estas políticas restrictivas tienen como consecuencia situaciones como las que hemos podido observar en el Mediterráneo y en el mar de Andamán, con cientos de personas fallecidas a causa de la inacción de aquellos que estaban en condiciones de salvarles la vida.
También existen algunas noticias positivas respecto al retorno y al reasentamiento. 37.000 refugiados fueron reasentados durante la primera mitad de 2014, principalmente personas de Myanmar (9.300), Irak (5.300), Bután (5.100), Somalia (4.300) y Siria (3.500). Respecto al retorno de refugiados, 107.000 personas regresaron a sus países durante la primera mitad de 2014, principalmente en la RDC (20.000), Malí (15.600) y Costa de Marfil (12.300).
El caso español
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha publicado esta semana el Informe 2015: las personas refugiadas en España y en Europa, en el que hace una revisión del estado en el que se hallan estas personas en el continente y en nuestro país más concretamente.
Fuente y elaboración: Informe 2015 de CEAR, p. 226.
En el año 2014 5.947 personas solicitaron protección internacional en España. La Comisión Interministerial de Asilo y Refugio concedió el estatuto de refugiado a 384 personas, la protección subsidiaria a 1.199 y a dos personas la autorización de residencia por razones humanitarias. Finalmente, 377 personas fueron concedidas el estatuto de apátridas, procedentes en su mayoría del Sáhara Occidental. A las 2.029 personas restantes les denegó la protección. En comparación con el resto de países de la UE, España apenas contribuye en un porcentaje mínimo con esta política común de refugio y asilo. Los países de origen de los principales solicitantes de asilo son Siria, Ucrania, Malí, Argelia, Palestina, Nigeria y Pakistán. El conflicto Sirio es fundamental para entender el repunte en el número de solicitudes resueltas favorablemente.
Fuente y elaboración: Informe 2015 de CEAR, p. 218.
Numerosas solicitudes fueron presentadas en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Uno de los puntos positivos ha sido la instalación de una oficina de asilo en el puesto fronterizo de Beni-Enzar, en Melilla, que ha permitido que muchas personas hayan podido solicitar asilo en la frontera. Sin embargo, a la mayor parte de personas solicitan asilo en puesto fronterizo o en un CIE, se les deniega. La concesión de asilo se concentra en personas de origen sirio, palestino, iraquí, iraní o centroafricano, mientras que el resto de nacionalidades apenas lo consiguen. Esta situación es de especial relevancia para los países africanos (sólo 35 peticiones de asilo favorables), pese a los numerosos conflictos y desplazados que éstos generan.
Fuente y elaboración: Informe 2015 de CEAR, p. 226.
Por otro lado, España sigue sin cumplir la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que condena a España por vulnerar el artículo 13 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos. España también continúa sin reconocer la trata de personas como motivo para la concesión de protección internacional para sus víctimas.
¿Qué hacer para mejorar la situación?
Son necesarias algunas medidas que ayuden a paliar la dramática situación en la que se encuentran millones de personas en el mundo. Sin el compromiso de los Estados de cumplir la legislación internacional vigente y sus obligaciones legales es muy difícil que la situación pueda dar un giro. Algunas de las propuestas más urgentes que los Estados deben tener en cuenta son las siguientes:
– El compromiso de reasentar a un millón de refugiados durante los próximos cuatro años. Los Estados deben atender las necesidades de estas personas. Por un lado, aquellos que retornan, pese a que las condiciones en el país se hayan estabilizado, necesitan aún de asistencia humanitaria. Estas personas no pueden ser abandonadas a su suerte por los gobiernos. Medidas de reintegración social son fundamentales. Por otra parte aquellos que han sido reasentados en otros países también necesitan asistencia y reconocimiento por parte de esos gobiernos, con medidas de integración que reconozcan su estatus especial pero que le den la posibilidad de formar parte de la sociedad de acogida, estudiándose incluso su naturalización.
– Establecer un fondo global para los refugiados que pueda cubrir los llamamientos humanitarios de la ONU para las crisis de refugiados y provea de apoyo financiero a los países que acogen a grandes números de refugiados. Es necesario un reparto de la carga global de los refugiados. Países como Turquía, Líbano, Jordania o Kenia no pueden hacerse cargo de millones de refugiados con las consecuencias negativas que ello tiene para su economía y situación social, mientras que los países industrializados apenas contribuyen, con la excepción de Suecia y Alemania. La crisis de los refugiados sirios ha mostrado esta situación de forma muy clara. A consecuencia de la misma, un país como Líbano ha pasado del puesto número 69 en la lista de países de acogida de refugiados al número 3, con 232 refugiados por cada 1.000 habitantes. Si queremos evitar que la situación se propague a otros países, es urgente abordar el problema de los refugiados, especialmente frente a crisis humanitarias como la siria. Un problema global requiere de una solución global, no pueden ser siempre los mismos los que paguen la cuenta. Sin embargo, las políticas de los países industrializados se caracterizan cada vez más por su dureza frente al asilo y el refugio. Es necesario cambiar este enfoque para evitar que el derecho de unas personas se convierta en la desesperación que les lleve a dejarse la vida en el intento de lograr una solución para su situación y la de su familia.
– Perseguir la ratificación global de la Convención de los Refugiados. Esta situación es especialmente relevante en lugares como Asia-Pacífico, donde muy pocos Estados son parte en estos tratados, lo que ha posibilitado que suceden situaciones como las de los Rohingya en el mar. Asimismo, es necesario perseguir el estricto cumplimiento por parte de todos los Estados, especialmente aquellos que reciben mayor número de solicitudes de asilo, como los países europeos, y cuya legislación comunitaria en esta materia se está endureciendo cada vez más. El derecho de asilo es un derecho que no debe ser coartado por razones de índole económica o política.
– Desarrollar sistemas nacionales transparentes para evaluar las solicitudes de los refugiados y garantizar que tienen acceso a servicios básicos como la educación y la salud. La tendencia global que se aprecia hacia el establecimiento de los refugiados en zonas urbanas más que en rurales (6 de cada 10 vive en zona urbana) puede ayudar a mejorar la situación global de millones de personas. Pero sin políticas nacionales que persigan la integración de estas personas, muchos pueden correr el riesgo de verse desprotegidos.
Cada año las cifras que arroja ACNUR nos hablan de un empeoramiento de la situación de las personas desplazadas en el mundo. Los países y organizaciones internacionales deben comprometerse en dos sentidos: el primero, en terminar con los conflictos que asolan regiones del planeta y que en gran manera son fomentados por la irresponsabilidad de muchos de esos Estados; el segundo, entender de la mejor manera posible que los refugiados y desplazados son víctimas de unos conflictos que ellos no han provocado y que merecen el respeto y la protección internacional, no sólo por solidaridad sino por derecho.