Violenta jornada electoral en Filipinas
La celebración de elecciones presidenciales y locales en Filipinas terminó el pasado 10 de mayo con 7 personas muertas y 14 heridas. La utilización de la violencia por parte de los caciques locales viene siendo ya habitual para desestabilizar los procesos y amenazar a los candidatos en Filipinas, especialmente durante los últimos tiempos, cuando se ha convertido en una constante.
Nada más iniciarse la jornada se registró el primer incidente, en la provincia de Maguindanao. Dos personas murieron y otras cuatro resultaron heridas en un colegio electoral como consecuencia del tiroteo entre partidarios de dos candidatos, lo que supuso la suspensión de las votaciones en este lugar.
En un colegio electoral de La Unión (al norte del país) la explosión de una bomba artesanal causó heridas leves a 4 personas. Otros dos artefactos estallaron sin causar víctimas en colegios electorales de Marawi (Sur del país).
Pero la violencia no comenzó con la apertura de las urnas: antes de que comenzase la jornada electoral tres aliados de un candidato a alcalde murieron y otros diez fueron heridos en un tiroteo en la provincia meridional de Zamboanga Sibugay, en Mindanao. También en Mindanao, en la madrugada previa a la jornada electoral, un seguidor de un candidato a vicegobernador de la provincia de Cotabato del Norte fue asesinado a tiros y su acompañante herido de gravedad. Según la policía sus agresores eran sicarios del aspirante rival. Poco después otra persona murió y varias resultaron heridas durante un enfrentamiento entre los simpatizantes de dos postulantes a la alcaldía de la isla de Palawan, al oeste de Filipinas.
El gobierno filipino desplegó durante esta la celebración de la elcciones 250.000 soldados y agentes en el archipiélago, pero fueron incapaces de frenar a los ejércitos de mercenarios contratados por los caciques locales para presionar a los distintos candidatos y tratar de desestabilizar, en su favor, el proceso electoral.
Tras el dramático balance de esta ocasión, el gobierno filipino pretende seguir profundizando en el combate de las prácticas violentas que se han hecho comunes en el país y que hacen que los caciques desestabilicen las convocatorias de elecciones, coaccionen a los votantes e impongan su voluntad en las instituciones democráticas.
Fuentes:
http://www.publico.es/internacional/311504/filipinas/elecciones/violencia