investigar. formar. incidir.

Menú
Actividades | Eventos

La nueva Guerra Fría, la seguridad y la democracia

El clima de tensiones entre grandes potencias indica peligrosas tendencias en los campos de la seguridad, los derechos y el bienestar de millones de personas

La guerra de Ucrania, producto de la invasión rusa y su violación del Derecho Internacional, ha generado un consenso generalizado para responder con más militarización, ampliación de la OTAN, mayores transferencias de armamentos y aumento de los gastos militares. Esto debería generar un debate sobre si estas medidas son necesarias, son las mejores, o deben complementarse con otras, como fortalecer la diplomacia en sus múltiples sentidos, y las capacidades de mediación y prevención para defender la democracia y el orden liberal internacional, y el bienestar general de la sociedad global.

Resulta importante debatir, así mismo, acerca de las necesidades inmediatas (defender la soberanía nacional de Ucrania y el principio de no intervención, detener las violaciones de derechos humanos) y las consecuencias sobre aumentos del gasto militar y reforzamiento de lógicas militaristas y de equilibrio de poder. Esto dará justificaciones a gobiernos de diferentes países para seguir políticas similares basadas en el principio de balance de fuerzas, o predominio regional, y fortalecer la defensa nacional mediante mayores dotaciones a los presupuestos de defensa. La militarización va unida a un fortalecimiento de la seguridad nacional como prioridad, y esto podría debilitar más al sistema multilateral y políticas de seguridad cooperativas.

Estos debates y dilemas no son cuestiones teóricas, sino que afectan directamente la política de los países europeos y de todos los miembros de la OTAN. Por ejemplo, el Partido Verde alemán (que gobierna en coalición con el Partido Socialdemócrata SPD) se ha transformado desde el pacifismo a un actor favorable a la guerra de Ucrania.  La misma línea ha adoptado el partido socialdemócrata (SPD) de ese país en el marco del cambio de era (Zeitenwende), y los partidos socialistas europeos, quienes consideran que la invasión rusa obliga a Europa a asumir costosas responsabilidades en defensa y seguridad en el marco del reforzamiento del orden internacional y la transición a una economía verde. Esta se podría ver en cuestión porque mientras que se argumenta que debe acelerarse para evitar la dependencia del gas ruso, diversos gobiernos han levantado las restricciones a la producción de carbón y se están reactivando las centrales nucleares.

Mientras que en Estados Unidos y Europa se argumenta que es necesario reforzar militarmente la seguridad y la defensa para defender la democracia, la tendencia global a la militarización coincide con el auge de gobiernos autoritarios y el descrédito de la democracia en diversos países. La presencia de partidos de ultraderecha con apoyo electoral en parlamentos y gobiernos europeos, además de la radicalización ultraderechista del Partido Republicano en Estados Unidos, indican que esta nueva militarización se llevará a cabo en algunos casos en contextos antidemocráticos.

Restricciones a derechos y gastos sociales

El énfasis en políticas de seguridad tradicionales, que se apoyan en el equilibrio de fuerzas y, en el caso de nueve Estados, en la disuasión nuclear como herramienta máxima para preservar la soberanía, podrían alentar directa o indirectamente a otros países a reforzar sus políticas militaristas, sus arsenales y, algunos, a tratar de contar con armas nucleares. El fracaso en 2022 de la reunión para revisar el Tratado de No Proliferación no es un ejemplo promisorio.

Las políticas que propugnan el control civil y democrático sobre las fuerzas armadas (y sobre los cuerpos de policía) se podrían ver debilitadas debido al énfasis en fortalecer al sector militar. Los golpes de Estado en África subsahariana en 2021 y 2022, la durísima represión en Myanmar, poner o mantener a la policía bajo la jurisdicción de las fuerzas armadas (casos de México y Colombia), y la militarización en diferentes ámbitos de las sociedades también indican una peligrosa tendencia. 

El clima de guerra fría y militarización incrementará la posibilidad de nuevas guerras y restará medios financieros e interés político a la diplomacia de gobiernos, la ONU y otras organizaciones multilaterales y no gubernamentales. Así mismo, se contará con menos recursos en el trabajo de las instituciones multilaterales (en particular Naciones Unidas y organizaciones regionales) para impulsar la Agenda 2030 sobre desarrollo sostenible, proteger derechos humanos; responder a emergencias humanitarias; defender los derechos laborales frente a la precariedad laboral que afecta al 60% de la fuerza laboral adulta mundial (alrededor de 2.000 millones de personas), y los derechos de las minorías, los emigrantes y solicitantes de asilo. Habrá menos fondos para prevención y gestión de crisis alimentarias, pandemias y guerras; y trabas para el cumplimiento de los acuerdos sobre cambio climático; y apoyo a procesos de construcción de la paz.

Tareas urgentes

Ante la falta de políticas comunes y coordinadas, y alentados por un clima de nueva Guerra Fría, muchos Estados continuarán profundizando las tendencias actuales: rearme; más muros y fronteras cerradas ante las crecientes migraciones por falta de medios de vida e inseguridad, y restricciones al derecho de asilo. Las tendencias autoritarias y antidemocráticas en algunos espacios nacionales fortalecerán la falta de cooperación en el ámbito internacional.  En el contexto europeo será un gran desafío combinar democracia y militarización, para que la primera contenga las presiones e intereses de la segunda.

Más allá del debate sobre si estamos o no ante una segunda Guerra Fría, son numerosos y complejos los problemas que enfrenta la humanidad ante la crisis ambiental y el desafío de que todos los ciudadanos del planeta tengan bienestar y una vida digna con sus necesidades satisfechas y sus derechos respetados. Es posible que una nueva Guerra Fría estreche los márgenes de acción para el cambio de paradigmas económicos y de relación con la naturaleza, formas de representación política, y modelos de seguridad. La acción política para preservar las libertades y derechos frente a los ataques del autoritarismo, al tiempo que abrir espacios y cambios y reformas es una tarea urgente.

Presentación

El miércoles 19 de abril Mariano Aguirre presentará en Madrid su obra «Guerra Fría 2.0: Claves para entender la nueva política internacional» con la participación de Cristina Manzano, directora de esglobal.org y Aurea Moltó, directora de Política Exterior.

——————-

Mariano Aguirre es associate fellow de Chatham House (Londres), y miembro de la Red Latinoamericana de Seguridad Incluyente de la Fundacion Friedrich Ebert. Miembro de la Junta Directiva de IECAH. Este texto se basa en su nuevo libro Guerra Fría 2.0. Claves para entender la nueva política internacional (Icaria, Barcelona, 2023).

Publicaciones relacionadas