Debemos aceptar que el terrorismo no será vencido nunca
Entrevista a Jesús A. Núñez Villaverde, codirector del IECAH, en el Diario de Navarra.
¿Viviremos en un mundo más inseguro si Irán logra desarrollar una bomba nuclear? ¿Qué han cambiado ocho años de presencia militar en Afganistan? Son algunos interrogantes a los que este experto internacional intenta dar respuesta. – «La llamada guerra contra el terror de EE UU durante estos últimos ocho años ha sido una gran equivocación» – «Obama, que a nadie se le olvide, ha sido elegido para defender los intereses de EE UU» – «No es el terrorismo internacional la única amenaza a la que nos enfrentamos y ni siquiera es la más importante»
Aunque lejanos en la distancia, los conflictos militares y las catástrofes humanas salpican cada vez de forma más directa nuestras vidas. Jesús Núñez Villaverde, Codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) y experto en seguridad internacional y construcción de la paz, analiza los escenarios calientes del planeta, como Afganistán e Irán, y su posible evolución.
Recientemente ha participado en una jornada del área internacional de IPES (Instituto de Promoción de Estudios Sociales) en Pamplona.
En Afganistán los talibanes parecen tener cada vez más presencia y las fuerzas internacionales más problemas. ¿Cuál es a día de hoy la realidad del país?
El Gobierno de Karzai es cualquier cosa menos un régimen eficaz para resolver los problemas del país. Ni en términos de reconstrucción, ni en términos de desarrollo, ni en términos de seguridad, Afganistán está hoy en mejor posición de lo que estaba hace ocho años. Los talibanes son un factor crecido y están generando un reto a las fuerzas internacionales que a día de hoy parece superar sus capacidades. La situación es claramente negativa. Es difícil hablar de un futuro que no sea incierto si pensamos que las elecciones no han resuelto nada y que la implicación internacional parece insuficiente. Así que es difícil pensar que a un corto plazo podamos ver un cambio sólido del país hacia un mejor escenario.
Hace unos días murió el último soldado español y se prepara una ampliación del contingente español ¿tras ocho años va a solucionar ya algo la presencia militar?
A día de hoy se asume que la solución al problema de Afganistán no es una solución militar, por lo tanto hay que hacer un esfuerzo civil, económico, político, social, y evidentemente de seguridad, pero no puede ser el instrumento militar el protagonista a la hora de resolver el problema. Si el instrumento militar no, está claro que tiene que ser un esfuerzo civil. Y aunque vuelva a haber una conferencia de donantes volveremos a ver el ejercicio clásico de la promesa de volumen de fondos que luego no se produce en realidad. Estamos empantanados en una situación difícil en la que no se adivina cómo puede terminar.
La noticia de que Irán había ocultado una nueva instalación nuclear ha despertado el recelo occidental. Pero, ¿hasta qué punto es una amenaza nuclear Irán?
Irán se mueve en un contexto en el que pelea de forma clara por ser reconocido por los demás países de la zona como el líder de Oriente Medio. Y, a día de hoy, está en condiciones de poder lograrlo, seguramente a corto plazo. Nadie está ganando la batalla en Irak, nadie está ganando la batalla en Afganistán, pero Irán, uno de los aspirantes clásicos a liderar la región, se encuentra en mejores condiciones que ninguno de sus competidores. Por otro lado, Irán tiene elementos para complicar mucho la situación a Estados Unidos en Irak, para complicársela a Israel, con Hamás y Hezbolá en Líbano… Tiene suficientes elementos de retorsión si alguien quiere ir en contra de los intereses de Irán.
¿Cabe esperar que el interés de Irán por las armas nucleares sea meramente disuasorio?
Parece bastante posible que así tendrá más fácil conseguir el objetivo de ser reconocido como líder regional. Es decir, que no haya ningún asunto en Oriente Medio que se pueda discutir sin que Irán esté presente. Hay que recordar que es un país que está sancionado por la comunidad internacional desde hace mucho tiempo, que se siente en el punto de mira y que busca garantías para la pervivencia del régimen de los ayatolás. Entiende que el arma nuclear puede ser un instrumento fundamental para evitar ser atacado y que de esa manera puede ser reconocido como líder.
¿No hay razones para preocuparse más que por los arsenales nucleares de otros países?
Si Irán tiene mañana armas nucleares no nos debe llevar a pensar que estaremos en el peor de los mundos posibles. Lo pensamos cuando India y Pakistán las consiguieron y hay otros muchos países que han jugado esa clave y lo seguirán haciendo. Pero no hay que olvidar que donde está el grueso de las armas nucleares es en EE UU y en Rusia. El arma nuclear tiene importancia no para ser usada sino para ser poseída. Como decía, si Irán las logra habrá conseguido mucho para convertirse en líder y para la pervivencia del régimen.
Honduras ha sido escenario del último golpe de Estado en América Latina, ¿cómo cree que debe actuar la comunidad internacional ante hechos como ese?
La comunidad internacional dice actuar en defensa de valores y principios universales. De ser así, cuando se contravienen esos valores y principios debería actuar. Pero en la práctica defendemos intereses. Donde hay intereses se actúa y donde no los hay, no. Así de sencillo.
¿Ve al Nobel de la Paz Obama como a un presidente más dispuesto a moverse por principios que por intereses?
Obama, que a nadie se le olvide, ha sido elegido para defender los intereses de EE UU y su salario va ligado a la defensa de éstos. Teniendo en cuenta el nefasto balance de la administración Bush es fácil que lo pueda mejorar. EE UU a lo largo de esta década ha cosechado una triste imagen de antipatía internacional hasta el punto de que en algunas sociedades ha sido visto como una seria amenaza a la seguridad mundial. El presidente Obama tendrá que rectificar esa imagen para que no afecte a los intereses de su país. Obama en política exterior aún es un futurible, aunque ya se le ha agotado el tiempo del simbolismo y ahora toca ver cómo actúa sobre el terreno.
¿Va a seguir siendo el terrorismo internacional una de las lacras del siglo XXI?
Tenemos que aceptar la idea de que al terrorismo no lo vamos a vencer nunca y de que es una amenaza real, con capacidad de golpear en cualquier lugar y momento. El asunto es si estamos estableciendo estrategias adecuadas para hacer frente a esa amenaza o no. Y, desde luego, la llamada guerra contra el terror de EE UU durante estos ocho años ha sido una equivocación con efectos muy contraproducentes. No se puede hacer frente a la amenaza del terrorismo con el protagonismo de los medios militares. Pero no es el terrorismo la única amenaza a la que nos enfrentamos y ni siquiera es la más importante. Si pensamos en las muertes que provoca el hambre o enfermedades perfectamente curables, está claro que habría que cambiar prioridades.