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Los niños: principales víctimas de las minas anti-persona en Colombia

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El número de niños que han sido víctimas de minas antipersona o artefactos explosivos no detonados (UXO, por sus siglas en inglés) ha alcanzado niveles alarmantes en lo que llevamos de 2012 en Colombia.

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Por Guillermo Naya

El número de niños que han sido víctimas de minas antipersona o artefactos explosivos no detonados (UXO, por sus siglas en inglés) ha alcanzado niveles alarmantes en lo que llevamos de 2012 en Colombia. En tan sólo 23 días, tres niños han muerto y otros 12 han sido heridos en cinco accidentes en los departamentos de Cauca, Nariño, Putumayo, Caquetá y Valle del Cauca. En comparación con el mismo período de 2011, donde sólo un niño falleció y dos fueron heridos, las cifras han incrementado notablemente y comienzan a ser preocupantes.

El primer accidente de 2012 tuvo lugar el 14 de enero en La Frontera –distrito de Puerto Asis, Putumayo-, cuando un niño de nueve años de edad pisó una mina y se fracturó una pierna. El 24 del mismo mes, en Caloto, un niño de 8 años pisó otra mina cuando estaba jugando en una plantación de café en una granja cercana a su casa. A causa de las heridas que le produjo la explosión, el chico perdió la vida.

El día 1 de febrero, fallecía otro niño a explotarle una granada que se había encontrado cerca de un campo de fútbol en Iscuandé, Santa Bárbara. Otros seis niños de 8, 9, 10, 16 y dos de 15 años sufrieron múltiples heridas de diversa gravedad.

Al día siguiente, en Curillo, una niña de 8 años de edad y un chico de 6 sufrieron un nuevo accidente. De acuerdo con los informes iniciales, los niños estaban de paseo con sus familias cerca del río cuando se separaron del grupo y accionaron una trampa explosiva. El chico se encuentra en Caquetá recibiendo atención médica, mientras la niña se encuentra en estado más grave y fue trasladada al clínico de Neiva.

Recientemente, cuatro chicos de la comunidad indígena de Nasa Kiwe fueron también víctimas de un accidente con minas. Uno de ellos, de 15 años, perdió la vida. Su hermano de 17 años y los otros dos chicos fueron heridos por la metralla.

Estos accidentes dan buena cuenta de la extrema vulnerabilidad en la que se encuentran los niños que están en medio de un conflicto armado. Es necesario tomar medidas urgentes que garanticen la protección de los jóvenes, así como lanzar los programas de educación ante el riesgo de las minas antipersona, especialmente en aquellas zonas donde el riesgo es más alto. La Campaña colombiana para acabar con las minas antipersona informa de que está siguiendo estos casos para asegurarse de que las víctimas puedan acceder a sus derechos y sean rehabilitadas completamente.

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