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Nigeria: tuits no liberarán a las niñas raptadas

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Para El Universal

Expertos valoran la eficacia de la campaña mundial que personajes destacados realizan para que más de 200 escolares secuestradas por el grupo extremista islámico Boko Haram recuperen su libertad

MADRID.— «La opinión pública no evita guerras ni libera secuestrados. Son los gobiernos y las organizaciones internacionales los que lo consiguen», asegura Víctor Luis Gutiérrez, profesor de Derechos Humanos, Democracia y Globalización de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) en entrevista con EL UNIVERSAL. Por tanto, en su opinión, la campaña que se ha creado en Twitter bajo la etiqueta #BringBackOurGirls (#Devuelvan a nuestras niñas) para liberar a las más de 200 niñas nigerianas secuestradas por el grupo terrorista islamista Boko Haram, aunque es útil porque ha servido para sensibilizar a la opinión pública, no va a influir para que éstos las liberen.

«La influencia que puede tener la opinión pública en este caso es relativa. Hará efecto a nivel internacional, otros gobiernos presionarán al nigeriano y el presidente nigeriano intentará lograr su liberación, pero a los secuestradores no les hará cambiar de opinión», asegura. «Si fuera una petición al gobierno nigeriano sería más importante, pero al ser un caso de secuestro la opinión pública no lo es tanto», añade.

Ferrán Lalueza, director de estudios de Ciencias de la Información de la Universidad Oberta de Catalunya resalta el hecho de que la campaña «ha puesto a Nigeria en el mapa», pero también ha provocado que «el grupo terrorista haya conseguido un altavoz con el que dar voz a sus reivindicaciones. Todo un éxito mediático que no se esperaban los que crearon la campaña de Twitter», dice a EL UNIVERSAL. Aun así, en su opinión ha sido positiva «porque ha servido para que el gobierno de Nigeria y el de Estados Unidos colaboren en el envío de aviones a la zona y seguramente sin la campaña esta iniciativa no se hubiera producido. Y también porque si la noticia no hubiera trascendido estas niñas hubieran acabado esclavizadas, que es el siguiente paso tras el secuestro».

También Francisco Rey, miembro fundador y codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, considera en charla con EL UNIVERSAL que pese a que se ha dado visibilidad a un grupo terrorista y a su líder, «el balance de la campaña de solidaridad creado en Twitter es positivo porque se ha puesto sobre la mesa la terrible situación de la mujer en Nigeria y la atrocidad que se ha cometido contra estas niñas». Aunque, en este sentido, lamenta el hecho de que sólo se esté hablando de un tema de Nigeria, que es el de la situación de la mujer «cuando Nigeria es un país muy grande que tiene muchísimos problemas como un elevadísimo índice de violencia, de pobreza y de desigualdad terrible, mientras es uno de los países más ricos de África con enormes recursos naturales», apunta.

«Quizá habría que resaltar el que sólo hablamos de Nigeria cuando ocurren secuestros como este o cuando explotan oleoductos, pero no seguimos atentamente la situación de un país que en Europa se conoce muy poco», indica.

Unas horas después de que se conociera la noticia de que más de 200 niñas nigerianas habían sido secuestradas, el abogado nigeriano Ibrahim M. Abdullahi creó la etiqueta «Devuelvan a nuestras hijas». Y en apenas unos días 5 millones de personas la apoyaron: entre otros actores, deportistas, presentadores de televisión, políticos y la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama.

En opinión del profesor Víctor Luis Gutiérrez, el hecho de que Michelle Obama apoyara la petición, «es un canto al sol», porque «ha servido para que mucha más gente conozca la problemática de la mujer en Nigeria, nada más».

Pero, ¿podría ser perjudicial porque vaya a crear un clima de opinión de que Estados Unidos tiene legitimidad para actuar en Nigeria? Francisco Rey no cree que sea un riesgo real. «El riesgo es que se simplifique la compleja problemática de Nigeria y se opaquen otras situaciones».

Haya o no riesgo, Gutiérrez hubiera preferido que en lugar de que Michelle Obama retuiteara se hubieran tomado otras medidas «eficaces y suficientes como intervenciones a nivel diplomático, gubernamental, intergubernamental en organizaciones internacionales, medidas de cooperación militar o de inteligencia», y en este sentido subraya el que existen tratados internacionales con garantías de derechos «pero que no se aplican porque hay intereses de por medio». «En muchos países sigue habiendo legislaciones discriminatorias hacia la mujer y hacia otros sectores, y la comunidad internacional no hace nada pese a que forman parte de convenios de derechos humanos». ¿Por qué?

«África es un continente emergente con una media de crecimiento del 7%, y allí Estados occidentales han primado sus intereses y han potenciado gobiernos de dictadores. Han preferido la explotación de recursos frente a democracia real, a la transparencia y a los derechos de mujeres y niños». Y añade: «el problema de África es que nos fijamos en lo que ocurre, pero no en aquello que ha producido eso. En América y Europa sí analizamos los procesos y la evolución de los políticos, pero en África se desprecia el análisis», comenta.

Gutiérrez también señala el hecho de que ha pasado a ser más noticia el número de personas famosas que han firmado la petición, que la noticia del secuestro en sí y el porqué ha ocurrido. «Lo que deberíamos preguntarnos es por qué ha pasado esto en Nigeria». Él tiene la respuesta: «Es la consecuencia de que la comunidad internacional no se haya tomado en serio los derechos humanos en África y no haya obligado de forma indirecta a muchos Estados a implementar normas que garanticen los derechos de las mujeres y las minorías».

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