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Impresiones de Haití desde el terreno

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Entrevista a Andrés Felices-Sánchez, Programme Manager de Respuestas de Emergencia de Save The Children UK, sobre su experiencia en la emergencia de Haití

Ha pasado más de un mes desde que un terrible seísmo sacudiera Haití. Durante ese tiempo, la respuesta de la comunidad internacional ha desempeñado un papel relevante. Miles de cooperantes y especialistas en acción humanitaria procedentes de distintos puntos del planeta se desplazaron al país para intentar atender desde un principio los problemas de la población haitiana. Entre ellos, se encuentra Andrés Felices-Sánchez, Programme Manager en el Equipo de Respuestas de Emergencias (ERP) de Save The Children UK, que tres días después del terremoto pisó tierra caribeña y se puso manos a la obra. Durante veinticuatro jornadas vivió de primera mano una de las crisis humanitarias más graves de los últimos años. Ahora, comparte con Iecah sus impresiones sobre el presente y futuro del país.

¿Cuál es el escenario actual de Haití?
Ya era el país mas pobre del hemisferio norte. De un día para otro, se ha encontrado con una situación calamitosa de la que le será imposible recuperarse si no encuentra un apoyo sostenido por parte de la comunidad internacional. La estimaciones más conservadoras sitúan la cifra de muertos en alrededor de 230,000 y las más pesimistas hablan de 300,000. Actualmente, las necesidades más acuciantes son proporcionar condiciones dignas de abrigo y saneamiento a la gente desplazada. Hay acerca de 300,000 personas heridas y mas de 1,200,000 malviven en asentamientos espontáneos

Como ocurre casi siempre, una de las partes más afectadas en cualquier emergencia es la población infantil. ¿Qué les espera a los niños haitianos?
Los niños constituyen quizás el grupo de población más vulnerable en cualquier situación de catástrofe. En el caso del terremoto en Haití, se estima que hay hasta dos millones de niños afectados. Muchos de ellos han perdido a todos o a algunos de los miembros de sus familias. Para aquellos que han sido separados de sus padres o familiares directos, aparte de proporcionar asistencia directa, organizaciones como Save the Children -entre otras- están trabajando en aspectos como la reunificación familiar y el apoyo psicológico. De especial importancia es que los niños en edad escolar puedan reincorporarse a la escuela lo antes posible. Ya hay muchas escuelas que han reiniciado las actividades y en aquellas que han quedado destruidas la intención es que se empiece cuanto antes a impartir clases en estructuras temporales. Mientras esto no sea posible hay que proporcionar a los niños los medios que les garanticen la protección necesaria para evitar que se produzcan abusos

Hemos visto imágenes en los telediarios, leído artículos de prensa y escuchado la voz de organizaciones humanitarias que trabajan en el país. Sin embargo, es difícil hacerse una idea consistente sobre cómo es el día a día en el país tras el terremoto.
Es para muchos haitianos afectados por el seísmo y sus replicas una lucha despiadada y constante por la supervivencia. Hemos visto situaciones en las que la población desesperada intentaba acceder a las distribuciones diarias de comida, agua potable o materiales de abrigo. Las replicas constantes hacen que la gente tenga miedo de volver a las pocas casas que aun siguen en pie por miedo a derrumbamientos. Por ello, se han creado por todos sitios asentamientos de desplazados formados por familias que conviven casi a la intemperie en condiciones elevadas de insalubridad que se complicarán aún más dentro de poco por el efecto de las lluvias

¿Hacia dónde se debería enfocar la intervención humanitaria?
La compleja situación en Haití hace que se tenga que actuar simultáneamente y con urgencia a varios niveles. El primer nivel y más urgente es el asistencial. Hay que seguir trabajando hasta que el cien por cien de la población afectada tenga asegurado el acceso a los alimentos, al agua potable y la asistencia sanitaria. También hay que proporcionarles unas condiciones de vida dignas, bien en los asentamientos que se han creado de forma espontánea o en los nuevos que el gobierno, en colaboración con diversas organizaciones, está planeando. En el segundo nivel las acciones que sobrepasan la fase de emergencia deben concentrarse en proporcionar ayuda a las personas afectadas para intentar que vuelvan a las actividades que desarrollaban antes del terremoto y tener un nivel de autosuficiencia similar al de entonces. Es necesario también acompañar los movimientos migratorios internos de manera que las personas que hayan decidido desplazarse desde la capital a las zonas rurales menos afectadas encuentren en estas las condiciones adecuadas para que no se produzca el desplazamiento opuesto debido a la falta de oportunidades. En el tercer nivel, los esfuerzos deberían ir orientados a asegurar que la población esté mínimamente preparada para afrontar las amenazas que cíclicamente afectan al país, que incluyen, aparte de los terremotos, los huracanes y las lluvias torrenciales

¿Se puede hablar de una respuesta de la comunidad internacional apropiada?
Aunque todo es mejorable yo pienso que la respuesta hasta ahora ha sido adecuada. Ahí está el caso de la Republica Dominicana que de inmediato puso a disposición su territorio para que sirviera como base lanzadera para la organización y el suministro de la ayuda durante las primeras semanas. Aunque todavía es necesario un mayor esfuerzo, los donantes internacionales han adquirido compromisos de apoyo que se van materializando poco a poco. Lo que es claramente mejorable es la gestión de esa ayuda en el terreno. De todas maneras no se puede pasar por alto la complejidad que supone lanzar una operación de emergencia de esta escala en un país en el que la mayoría de las infraestructuras centrales resultaron dañadas por el seísmo

Sería necesaria una mayor coordinación entre los actores que intervienen en la reconstrucción…
Si, por supuesto. Estamos oyendo muchas críticas al papel jugado por las agencias de la ONU a las que le corresponde un papel central en la coordinación de la ayuda. El sistema de «clusters» no ha funcionado con la celeridad debida y queda aún mucho por hacer para evitar duplicidades en los esfuerzos y para asegurarse que las necesidades más apremiantes de la población sean cubiertas antes que la situación empiece a complicarse por los efectos de las lluvias

Desde algunos sectores se ha apuntado a que es EEUU quién está realmente resolviendo la crisis en Haití. ¿Está de acuerdo?
EEUU se ha interesado históricamente mucho por la situación en Haití. Hay intereses geoestratégicos y políticos en juego y la administración y el pueblo norteamericano en general han mostrado una gran sensibilidad hacia las necesidades generadas por esta crisis. Otros países también se han involucrado muy directamente, pero es evidente que la respuesta de EEUU ha sido determinante para estabilizar una situación muy complicada, especialmente durante las primeras semanas

Sin embargo, no todos los sectores han visto con buenos ojos el envío de tropas estadounidenses al país caribeño. ¿Cree que se puede hablar de una excesiva militarización de la ayuda?
En mi opinión, se ha actuado adecuadamente. Aunque lo ideal sería que las organizaciones humanitarias no requirieran de la ayuda militar hay que recordar que la capacidad de reacción del gobierno y de las autoridades locales resultó seriamente afectada. No había en ese momento, ni sigue habiendo en mi opinión, aparte de las fuerzas militares, ningún tipo de organización que tenga la capacidad de gestionar el tremendo esfuerzo logístico necesario para hacer llegar la ayuda a las personas afectadas de una manera eficiente, asegurando al mismo tiempo la seguridad de los beneficiarios y de los proveedores de la misma

El Ministro de Exteriores brasileño, Celso Amorim, ha declarado recientemente que pasada la emergencia, sólo deberían seguir en el país las fuerzas de la ONU. ¿Qué opina al respecto?
El gobierno haitiano deberá decidir sobre la mejor fórmula para proporcionar seguridad y condiciones de trabajo adecuadas para todas las personas y organizaciones, locales e internacionales, que permanecerán en Haití una vez que la fase de emergencia haya pasado

¿Cuánto tiempo puede pasar hasta que se pueda hablar de la reconstrucción del país?
Es difícil hablar de plazos. Haití se enfrentaba ya antes del terremoto a grandes desafíos debido a factores sociales como la pobreza y la corrupción, entre otros, y también medio-ambientales como la deforestación, la erosión y los problemas generados por el éxodo masivo del campo a las ciudades. Lo que hay que intentar es que no se produzca la llamada fatiga de los donantes y que el esfuerzo necesario para la reconstrucción se mantenga durante los próximos años

El terremoto no sólo ha captado la atención de la asistencia humanitaria internacional. Hasta el país, se desplazaron cientos de periodistas procedentes de diferentes países y medios de comunicación. ¿Se ha hecho un uso sensacionalista de la emergencia de Haití?
Sin lugar a dudas. No solo se han magnificado, para ganar audiencia, comportamientos o situaciones que han resultado ser muy puntuales, como el intento de secuestro de niños, sino que se han explotado imágenes de tragedia y desesperación. La población haitiana es consciente de esto y se han dado muchos casos de represalias contra periodistas por fotografiar situaciones que van en contra de la dignidad de las personas, como por ejemplo de gente que, a falta de infraestructuras apropiadas, se han visto obligadas a bañarse o ducharse en medio de la calle

¿Hemos aprendido de los errores del tsunami de 2004?
Parece que no y que la comunidad internacional se empeña en no aprender de las lecciones del pasado. Otra vez se han repetido los mismos errores de descoordinación y precipitación

Según su experiencia, ¿hacia dónde se orienta el futuro del país?
En mi opinión Haití se enfrenta a un futuro muy incierto. Hay que dar protagonismo al pueblo haitiano para que sean también ellos y no solamente el gobierno o las organizaciones internacionales los protagonistas de la reconstrucción del país. Haití ya contaba antes del terremoto con organizaciones de base que eran muy activas en la promoción del desarrollo local. Por otra parte, la comunidad internacional ha de mantenerse alerta para que las tensiones políticas internas que puedan aparecer no supongan una amenaza para la continuidad y la efectividad de las acciones de asistencia y de reconstrucción

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