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La situación humanitaria en Palestina tras el conflicto de Gaza

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Un mes después del fin de las hostilidades y el cese el fuego provisional entre Hamas e Israel, la situación humanitaria de la franja sigue siendo muy crítica.

Este conflicto ha tenido un coste humano muy elevado: el número de víctimas ascendió a 1.326 muertos, de los cuales 430 eran niños y 110 mujeres. La ofensiva provocó también 5.380 heridos, 1.872 niños y 800 mujeres. El 30% de los heridos tendrá alguna discapacidad y requerirá atención especializada y un gran número de personas necesitarán apoyo psicológico.

Los daños en la población civil palestina eran previsibles por la densidad de la población, así como por la alta proporción de niños (el 56% de la población) y por el cierre de los pasos fronterizos, privando a la población de la posibilidad de huir de las bombas. 
Los daños materiales ocasionados por los bombardeos israelíes han sido también considerables: 2.400 han sido totalmente destruidas y 12.000 parcialmente; también han sido destruidos numerosos edificios públicos (ministerios, ayuntamientos, 60 comisarías de policía, 30 mezquitas), 21 empresas privadas y puertos de pesca, por citar algunos1. A consecuencia de la operación se estima que las pérdidas del sector de la pesca ascienden a 2,2 millones de dólares y el sector agrícola a 180 millones. El sector educativo ha sido también particularmente dañado con la destrucción parcial o total de 170 escuelas públicas y privadas. El coste total de los daños provocados por la ofensiva israelí ha sido estimado a 2000 millones de dólares2.

La ofensiva israelí contra la franja de Gaza agravó una situación ya de por sí precaria.

La vulnerabilidad de la población de Gaza, sometida a un largo bloqueo.

El origen de la crisis humanitaria de Gaza, agravada por la última ofensiva bélica, tiene una trayectoria mucho más larga. En realidad es a partir del estallido de la segunda Intifada cuando empieza a haber un progresivo deterioro económico y social de la Franja. El boicot impuesto a partir del 2006, seguido por el bloqueo impuesto por Israel y la Comunidad Internacional tras la ruptura entre las dos principales facciones palestinas, Hamas y Fatah en junio de 2007, ha llevado a una progresiva destrucción del tejido económico local. Con anterioridad a la operación militar “plomo endurecido”, el 98% de la actividad industrial de la Franja había sido paralizada y el 80 % de la población de Gaza dependía de la ayuda alimentaria. Se estima que la tasa de inseguridad alimentaria en Gaza subirá del 56% al 76% tras la última ofensiva.

Los retos de la respuesta humanitaria

Tanto el Secretario General de Naciones Unidas como John Holmes (coordinador humanitario) han reiterado que el éxito de la respuesta humanitaria en Gaza dependía de dos claves principales:
La primera condición es que el acceso a la franja fuera facilitado mediante la apertura de los pasos fronterizos para el personal humanitario y los materiales y bienes necesarios. 

La segunda condición es que la respuesta humanitaria no se viera inmersa en la batalla política de las partes implicadas en el conflicto, intentando ejercer un control político sobre la respuesta humanitaria.

Desgraciadamente estas dos condiciones, un mes después del cese de las hostilidades, están lejos de ser reunidas. En primer lugar Israel, lejos de facilitar el acceso a la franja de Gaza está obstaculizando la entrada de personal humanitario y de los bienes materiales necesarios para atender a las necesidades de las víctimas. El personal humanitario para entrar en la franja necesita una autorización previa de las autoridades israelíes y muchas peticiones han sido denegadas. También las autoridades israelíes limitan la entrada de dinero. Durante el mes de febrero se permitió la entrada de una media de 113 camiones a través el paso fronterizo de Kerem Shalom, una cifra muy inferior a la media de 246 camiones autorizados en julio de 2008 y a los 475 que solían abastecer la franja antes de la toma de poder de Hamas en la Franja de Gaza. Estas restricciones como lo están denunciando organizaciones como Human Right Watch o el CICR son ilegales y van sumándose a la larga lista de violaciones del Derecho Internacional Humanitario cometidas por Israel.

En segundo lugar, los principales actores implicados en el conflicto (las autoridades israelíes, la Autoridad Nacional Palestina y Hamas) intentan ejercer un control político sobre la respuesta humanitaria y el proceso de reconstrucción.

Los líderes israelíes han manifestado claramente en varias declaraciones que no estaban dispuestos a que Hamas consolide su legitimidad con el proceso de reconstrucción. Peter Lerner, portavoz de la administración militar de los Territorios Palestinos Ocupados declaraba en una entrevista que no había que permitir a Hamas atribuirse cualquier mérito3. En la misma línea Gilead Sher, el asesor del ministro de defensa Ehud Barak, afirmaba en una entrevista que Israel quería que la Autoridad Palestina liderara el proceso de reconstrucción de Gaza con el fin de recuperar el control de la franja. Parece difícil, sin embargo, impedir que Hamas afiance su popularidad. Una reciente encuesta de opinión indicaba precisamente que Hamas había consolidado su legitimidad en Cisjordania tras la guerra de Gaza y que por el contrario Fatah había perdido bastante popularidad4.

La ANP también tiene mucho interés en controlar un proceso que podría brindarle la oportunidad de recuperar una credibilidad que ha caído en picado durante la ofensiva de Gaza.

Las pretensiones de la comunidad internacional como Israel o la Autoridad Nacional Palestina de aislar a Hamas y marginarle en la respuesta humanitaria y en el posterior proceso de reconstrucción parecen de difícil alcance. Al igual que en 2006, después de la guerra contra Líbano, fue difícil y, en cierto modo contraproducente, no coordinarse con Hezbollah, es probable que ocurra los mismo con Hamas ya que controla políticamente la franja desde el año 2007 pero que cuenta desde su creación con una amplia red social y caritativa.   

Durante el mes de enero esta competición por la ayuda se ha saldado por unos incidentes como la confiscación por parte de oficiales de Hamas de 10 camiones de ayuda alimentaria de la UNRWA que fueron finalmente devueltos.

La posición de algunos donantes como la UE contribuye también a acentuar el carácter político de la respuesta humanitaria y el proceso de reconstrucción de Gaza. La Unión Europea anunció a finales de enero que iba a desbloquear 32 millones de euros en concepto de ayuda de primera urgencia. Louis Michel, el Comisario Europeo de desarrollo y acción humanitaria, ha dejado claro en sus declaraciones que descartaba cualquier tipo de colaboración o contacto con Hamas.  En la misma línea, la Comisaria de Relaciones Exteriores de la UE, Benita Ferrero Waldner, advertía que el proceso de reconstrucción de Gaza dependería de la existencia de un socio aceptable para llevar a cabo todo el proceso.
Una vez más la Comunidad Internacional se ha movilizado para volver a reconstruir lo que destruye Israel. El 2 de febrero Naciones Unidas lanzó un llamamiento inmediato (flash appeal) por 613 millones de dólares para la ayuda humanitaria y la reconstrucción de la Franja de Gaza. Los fondos servirán para ofrecer alimentos, agua, saneamiento, salud pública, refugio y educación a los residentes de Gaza.

Las organizaciones humanitarias han denunciado esta manipulación política de la ayuda en Palestina y claramente consciente del carácter paliativo de su asistencia han hecho llamamientos a los actores políticos que tomen las medidas necesarias para acabar con la crisis humanitaria crónica de Gaza.
Incluso el CICR ha hecho una declaración en la misma línea: «Sería inaceptable volver a la situación que había antes del conflicto», dijo el Presidente del CICR, Jakob Kellenberger. «No deberá permitirse que las anteriores condiciones políticas afecten los esfuerzos de recuperación. El derecho de Israel de atender sus preocupaciones legítimas en relación con la seguridad debe ser proporcional al derecho de los habitantes de Gaza a llevar una vida normal y digna».

Notas:
1.- El Palestinian Centre for Human Rights ha establecido una lista preliminar de los daños materiales causados por los bombardeos israelíes, ver: http://www.pchrgaza.org/files/campaigns/english/aftermath/3.html  

2.- Para informes detallados de lo que ha sido destruido por Israel en la franja de Gaza, ver los informes del Palestinian Center for Human Rights en http://www.pchrgaza.org/

3.- Le Monde, 21/9/2009.

4.- Los resultados de la encuesta llevada a cabo por el Jerusalem Media and Communications Center (JMCC) a finales de enero de 2009 indican que el nivel de confianza a Hamas ha aumentado de 16,6% el pasado noviembre a 27,7% en enero 2009. Paralelamente Fatah ha conocido un paralelo descenso de su popularidad del  31,3% al 26% durante el mismo periodo. El incremento de la popularidad de Hamas se debe sobre todo a un incremento de popularidad en Cisjordania donde pasó del 12,8% en noviembre de 2008 a 26,5% en la encuesta realizada en enero de 2009. Ver http://www.jmcc.org/publicpoll/results/2009/67_jan_english.pdf

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